Matterhorn. Tocando la Leyenda
MCS AlexClimbPrograma de escalada al Matterhorn
Club Alpino y Escuela de Escalada MCS AlexlClimb
Lo imposible se hace realidad, y el cielo cae a tus pies...
El tiempo fluye de manera diferente para las montañas y las personas; Los siglos humanos son sólo segundos para los imperturbables gigantes de piedra. La gente va y viene, generación tras generación, la historia de la humanidad lava el granito frío como el viento, sin dejar rastro en él...
Sólo por un momento increíblemente corto las rocas retendrán el calor de la mano humana, el eco de la montaña repetirá por un momento el sonido de una voz viva. Y todo vuelve a calmarse. Las montañas fueron antes del hombre y serán después de él, inmutables en su fría grandeza, guardianas inexpugnables de la eternidad...
Mediados del siglo XIX. Europa da un paso hacia el futuro: se inventan el avión, el telégrafo y la dinamita. Rusia está aboliendo la servidumbre, Estados Unidos está luchando en la histeria de una guerra civil...
Las reformas están cambiando por completo el modo de vida de millones de personas. Detrás del estruendo de los grandes acontecimientos mundiales, casi se perdió un logro modesto y aparentemente imperceptible: varias personas valientes se unen para resolver la tarea más difícil de ese momento y lograr el éxito juntos. Un primer hombre ha puesto su pie en la cima de la montaña alpina más difícil e inaccesible: el Matterhorn...
Ha pasado casi un siglo desde que un grupo de aventureros escaló el Mont Blanc en 1786 y demostró al mundo entero que los picos blancos como la nieve eran accesibles para escalar. El montañismo encontró adeptos y se convirtió en una actividad popular de moda. En los Alpes civilizados sólo quedaba un pico no conquistado por los escaladores: el Monte Cervino - Matterhorn.
Y hasta hoy, este gigantesco diente rocoso, que sonríe depredador al cielo, no deja indiferentes a quienes, por voluntad del destino, tuvieron la oportunidad de presenciar este grandioso espectáculo...
El 14 de julio de 1865, un equipo de siete personas comenzó el ascenso por la ruta hoy conocida como Hörnli Ridge. Este equipo de escalada estaba dirigido por el famoso escalador y viajero británico de la época, Edward Whymper. Por otra ruta (opuesta), desde Italia, escalaba al mismo tiempo otro equipo, liderado por el guía y escalador italiano Jean-Antoine Carrel.
El motivo del ascenso simultáneo fue una apuesta sobre quién sería el primero en alcanzar la meta deseada e inaccesible: la cumbre del Matterhorn. Por supuesto, la cuestión del orgullo nacional jugó un papel importante: para Carrel, siendo italiano, era difícil aceptar el hecho de que el primer escalador en la cima del Matterhorn pudiera ser británico...
La ruta elegida por Whymper desde Suiza, la arista norte (Hörnli), resultó inesperadamente mucho más sencilla que la ruta a lo largo de la arista sur tomada por Carrel. El escalador británico ganó la “carrera por la Cumbre” al asentir al Matterhorn varias horas antes que su rival. Pero las competiciones en la montaña nunca condujeron a nada bueno. Y la victoria de Whymper sería difícil de considerar una victoria...
De los siete participantes en la ascensión, sólo tres lograron regresar. Cuatro escaladores murieron tras caer al abismo. Según la versión propuesta por Whymper, la cuerda con la que todos estaban atados, tras una caída común, se rompió entre él y su compañero, dejando a los tres escaladores una oportunidad de salvación.
Sin embargo, después del descenso de los supervivientes a Zermatt, donde Whymper contrató un equipo para su ascenso, no todos creyeron en esta explicación. Algunas personas sospechan que la cuerda estaba cortada: los bordes de las partes de la cuerda parecían demasiado lisos. La verdad nunca fue encontrada. Un testigo mudo de esta vieja tragedia, un trozo despeinado de esa misma cuerda, todavía se conserva cuidadosamente en el museo del montañismo de Zermatt.
En el otro recorrido, el equipo de Carrel, habiendo perdido la posibilidad de ser el primero en la montaña alpina más difícil, abandonó la competición a sólo 200 metros de la cima. Su ascenso a la Cumbre se completó dos días después y terminó con todo el equipo descendiendo con éxito.
La ruta a lo largo de South Ridge (Liongrat) siempre ha estado asociada con el nombre del famoso guía y escalador italiano Carrel. Hasta ahora, esta línea de ascensión al Monte Cervino es una de las rutas de escalada más difíciles de los Alpes.
Al escalar el Monte Cervino por la ruta Liongrat (la ruta clásica de Carrel, procedente de Italia) hoy en día no se puede dejar de pensar en aquellas personas, los pioneros.
El nivel de progreso tecnológico ha hecho posible para nosotros lo imposible; En la ruta utilizamos los equipos de montañismo más modernos, livianos y confiables, ropa de alta tecnología diseñada específicamente para su uso en la montaña. Paramos a pasar la noche en una cómoda cabaña, equipada con radio, paneles solares, cocina y cómodos lugares para dormir...
¿Cómo se hacía esta escalada hace casi 150 años? ¿Sin ningún apoyo del progreso moderno? ¿Qué fuerza de espíritu los llevó a través de la nieve, el frío y los escarpados acantilados helados? Ésta es la pregunta que más me interesa. No creo que el valor de la vida humana haya cambiado mucho... En mi opinión, la motivación para el montañismo tampoco ha cambiado.
Pero tal abnegación, tal pureza de aspiraciones ya no existen, como ya no existen personas así. En el contexto de su hazaña y su merecida victoria, te sientes como un pigmeo, un vegetal de jardín indefenso.
Aquí tropiezo con otro pensamiento: ¿el progreso técnico no implica un retroceso espiritual, un debilitamiento de la voluntad? Sin embargo, estas consideraciones pueden alejarme del tema de mi historia sobre el Monte Cervino - Matterhorn.
El 26 de agosto de 1891, Jean-Antoine Carrel, el mejor guía de Italia, un brillante escalador que había completado decenas de las primeras ascensiones de las rutas de montañismo más difíciles, el fundador de la era del montañismo deportivo, murió de agotamiento en la montaña. pendiente de Testa di Lione mientras desciende del Matterhorn...
Hoy en día, el Matterhorn, o Monte Cervino, como se llama a esta montaña en Italia, es uno de los picos alpinos más populares para la escalada, el objetivo deseado por muchos escaladores independientemente de su nacionalidad.
Nuestros planes de montañismo se arruinaron debido al mal tiempo persistente. La travesía del Monte Rosa, una de las rutas más bellas de los Alpes, tuvo que acortarse y limitarse a unas pocas ascensiones en condiciones completamente desastrosas. Escalar el Mont Blanc en medio de una tormenta de nieve no produjo el placer esperado. La siguiente montaña a escalar según nuestro plan tenía que ser el Monte Cervino.
Sin embargo, conociendo la naturaleza de esta montaña por mis ascensiones anteriores, no me hacía ilusiones acerca de intentar escalar el Matterhorn con mal tiempo...
...A la tenue luz de nuestras linternas, en el interior de la cabaña Carrel, situada a 3.820 metros de altitud sobre el nivel del mar en la escarpada cresta sureste del Matterhorn, comienza la somnolienta mañana. Cuatro personas, que se despiertan antes del amanecer, castañeteando los dientes por el frío, preparan el desayuno y hacen las mochilas.
Para tener la mayor cantidad de luz posible, nosotros, ya atados y con grampones, nos lanzamos a escalar en cuanto aparecen los primeros signos del amanecer en las rocas...
Crepúsculo antes del amanecer. El horizonte adquiere un tono rosa pálido, su línea oscura y discontinua se separa del cielo que se ilumina, volviéndose más claro y contrastante. El cielo esta despejado. El aire está totalmente tranquilo y quieto, las montañas siguen durmiendo, sonriendo como niños... Parece que el tiempo por fin ha amainado y nos ha dado una oportunidad de la que sólo quedaba nuestra última esperanza. Ya no hay motivo para demorarse, ahora el camino es sólo hacia arriba.
A lo largo de rocas fáciles, atravesando la ladera de la empinada cresta, subimos hasta el pequeño claro entre dos enormes bastiones de roca. La cresta está muy quebrada en la cima; sólo se puede avanzar por su lado este, siguiendo un sistema de pequeños estantes y repisas.
La travesía conduce a la base de una pared empinada de 60 metros. Hay una larga cadena de hierro colgada aquí, que va muy arriba, más allá de la curva de la cornisa; sería una locura trepar sin ella. Hay varias placas conmemorativas fijadas en la roca. Algunos escaladores pagaron con su vida el deseo de escalar la Cumbre.
Mientras manipulaba con las manos los eslabones de acero firmemente sujetos, pensé en cómo pasaron por aquí los pioneros. Después de todo, su equipo sólo incluía sombreros de fieltro, manos fuertes y una voluntad inquebrantable de llegar hasta la Cumbre.
Desde el sureste, pegado a la cima del Matterhorn, hay un estrecho hombro rocoso, el llamado Tyndall Peak, cuya altura es sólo 250 metros menor que la altura del Matterhorn. Desde aquí comienza la parte más interesante de la ruta: una roca suave y empinada, cubierta en la parte superior por el hielo de la capa de nieve derretida en la cima.
Todo el recorrido posterior es claramente visible: primero hacia arriba, luego un poco hacia la derecha, luego hacia arriba y hacia la izquierda para llegar a la cima. Sin embargo, estos 250 metros son el tramo crucial de todo el recorrido, su parte más difícil, para la que necesitarás movilizar todas las fuerzas que te quedan.
Cumbre. De repente, el arco del espacio se despliega sobre mi cabeza cubriéndome con un ataque de vértigo. El horizonte se abre hasta 360 grados, nada más obstruye la vista. En el norte, se encuentran los valles verdes y los picos blancos como la nieve de los Alpes suizos, en el sur, se esconde toda Italia hasta el mar Mediterráneo, escondida en una ligera bruma...
Estoy parado en la punta misma de una aguja de roca de dos kilómetros de altura, bajo la cúpula azul sin fondo del cielo, atado con una cuerda a mi pareja, pero libre de todo lo demás en el mundo.
El sentimiento de tal libertad es ajeno a la naturaleza humana, no se puede conservar, no se puede bajar de la montaña. Quizás esta sea una de las razones por las que la gente escala una y otra vez los picos más altos de las montañas, arriesgando sus vidas por unos breves momentos de “euforia de la cumbre”.
El Matterhorn tiene dos cumbres, separadas por una pequeña colina. Una de las cimas es “propiedad” de Italia y la otra de Suiza. Es gracioso. ¡70 metros de nuestra cuerda de escalada fijada en la cima italiana fueron suficientes para cruzar la “frontera” y llegar a Suiza!
A finales del siglo XIX se instaló una enorme cruz de hierro de dos metros de altura en la cima italiana del Monte Matterhorn. Parece muy impresionante, especialmente si piensas en el hecho de que en aquella época no había helicópteros.
...El tiempo fluye de manera diferente para las montañas y las personas; Los siglos humanos son sólo segundos para los imperturbables gigantes de piedra. La gente va y viene, generación tras generación, la historia de la humanidad, como el viento, lava el granito frío, sin dejar rastro en él... El tiempo en las montañas parece haberse congelado en una agonía de piedra.
Si tocas estas rocas cubiertas de musgo con la mano, trazas el patrón sinuoso de la superficie de una roca con tus dedos congelados, obtendrás la sensación similar a la que experimentas si sostienes un libro antiguo y polvoriento en un idioma olvidado hace mucho tiempo... Una sensación de ser cerca de algo muy lejano. Sensación de tocar la Leyenda.
23/12/2021 Madrid - Venecia
El autor del texto y (casi todas) las fotografías Alex Trubachev
Tu guía de montañismo, escalada en roca y en hielo en Italia y Suiza
EDICIÓN MCS 2024