Manual para organizar tu casa

Manual para organizar tu casa


6 Organizar la limpieza » — Capítulo aparte: los suelos de madera —

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6 Organizar la limpieza

«La felicidad no es una cuestión de intensidad, sino de equilibrio, orden, ritmo y armonía».

— Thomas Merton

A veces me preguntan por qué es tan importante la limpieza en la organización de una casa. Y siempre respondo que en realidad la limpieza es una pata más de la «mesa de la organización» pues, junto a la gestión de la ropa, la alimentación y los recursos humanos, se consigue tener la casa bien organizada de manera estable.

Y cuando me preguntáis si solo con orden podría funcionar una casa, la respuesta es sí, pero por poco tiempo. Porque ordenar no es limpiar y ordenar tampoco es organizar. Ya lo siento. A medio plazo faltará higiene, olerá a polvo acumulado y aflorarán los chivatos de la falta de calidad ambiental. En realidad, ordenar sería un primer rellano de escalera. Limpiar, sería la escalera completa. Y el edificio, es la organización.

A lo largo de este capítulo hablaré de limpieza como la técnica utilizada para eliminar la suciedad de una zona u objeto. La he planteado de modo esquemático para que puedas encontrar las dudas rápidamente, a modo de manual de consulta. Ya sabes que en los anexos 8 y 9 se amplían con más detalle las secciones. Tómatelo con calma, no trates de leerlo del tirón.

—Tener un método evita dar paseos —

En una casa se puede limpiar a todas horas, «a tontas y a locas» o planificarla bien para reducir el esfuerzo y asegurar la higiene de los espacios y de las cosas. Tener un método es muy interesante. Lo hacen las empresas y lo hacemos nosotros mismos para maquillarnos, afeitarnos, escribir un documento, etc. Es decir, es algo que tenemos interiorizado. Un día que tengas calma, «párate y piensa». Ponte delante de cada habitación y trata de hacer un recorrido mental imaginándote, trabajando del modo más racional posible. Es decir descubrirás todo el proceso y sus etapas. Además verás los productos que necesitas, los utensilios y el tiempo que calculas. Eso, es ya un método en germen. Por lo general, mi método de trabajo es este:

— Preparar la cesta de limpieza adecuada para ese día.

— Ventilar no más de 5-10 minutos.

— Despejar de enredos.

— Limpiar las superficies y después el suelo.

— Recolocar las cosas en su posición correcta.

— El toque final: cerrar ventana y ajustar la entrada de luz natural con la cortina o enrollable.

Lo primero, antes de limpiar, hay que prepararse. Procura llevar ropa específica de trabajo, limpia y cómoda; lo harás mucho mejor y de manera más profesional. Podrás moverte con más flexibilidad y te cansarás menos. A no ser que vayas a duchar a tu mascota o a lavar el coche, limpiar con vaqueros o bermudas, desde mi punto de vista, no es lo más profesional. Y si tienes el pelo largo, lo más higiénico es llevarlo recogido. Es conveniente usar guantes, sobre todo si vas a utilizar productos químicos y agua; te protegerán la piel. Los tienes de látex y vinilo.

Cuando ya estamos preparados, lo siguiente es ventilar la zona para recuperar el oxígeno, eliminar los gérmenes y evitar que se acumule la humedad y los malos olores. Si hay personas enfermas o bebés podemos dejar la ventilación para otro momento y simplemente dejamos unos minutos la puerta abierta para que se renueve el aire. Si se pueden trasladar a otra habitación, siempre será mejor porque aprovecharemos para ventilar, limpiar, hacer la cama y poner unas flores que le alegren la vida. Como te digo hay que estar en los pequeños detalles, y con un enfermo con más motivo.

En tercer lugar, despejar los enredos para poder limpiar a fondo los espacios. Limpiar bien, levantando alfombras, moviendo sillones o camas, abriendo cortinas y llegando a cables.

«Limpiar la casa es estar atentos a:

suelos, superficies, objetos y cuartos de baño.

Ya está»

Y el toque final de los «8 segundos». Te vas a la puerta y desde allí ves si la persiana está en la posición correcta para que el sol no estropee los muebles, las cortinas corridas, los muebles centrados, las colchas estiradas y centradas, los cojines ahuecados, las ventanas cerradas y las luces apagadas. En la limpieza, llegar hasta el último rincón y cuidar los pequeños detalles de recolocación son importantes, dan nivel al trabajo y una gran satisfacción personal. Otro gesto «de punto final» en la limpieza es al cerrar la puerta de la habitación. Bien pues igual, si llevo la bayeta en la mano aprovecho para limpiar de una pasada, casi sin detenerme, la manivela o el picaporte de la puerta, donde hay bacterias y es fácil que nos olvidemos de limpiarlas. A esto me refiero. Son técnicas metódicas que nos hacen ser mejores profesionales.

Primera parte: limpiar de forma organizada

Afrontar la limpieza de la casa es una de las tareas más antipáticas que existen si no se sabe cómo hacerlo. Confieso que disfruto mucho convirtiendo una zona sucia en otra limpia y ordenada. Pero llegar a este punto me ha llevado tiempo y esfuerzo personal. He tenido que estudiar los flujos de trabajo más racionales y eficaces en todas las tareas de la casa, los químicos de limpieza, los utensilios y su ergonomía. El resultado es que hoy puedo hablarte de que es real que puedas tener tu casa siempre limpia y ordenada con un método diseñado por ti, económico, sencillo y eficaz. Ten en cuenta que trabajaremos por procesos que se repiten; esa es la gran ventaja. Una vez que domines el proceso el rendimiento es mayor y normalmente el esfuerzo será menor.

Hay un refrán español que reza así: «No es más limpio el que limpia sino el que ensucia menos». ¿Qué si estoy de acuerdo? ¡Claro! Tener esto en la cabeza es importantísimo y enseñarlo a todos en casa, mucho más. Pero eso solo nos facilita limpiar menos. Así que vamos a ver cómo organizarnos bien para limpiar un par de estancias, las más normales, de la casa.

—Limpiar una habitación —

Ante cualquier zona como habitaciones, salas de estar, salón, despacho, zona de juegos, etc., yo distingo tres niveles de limpieza:

— Limpieza diaria o habitual.

— Supervisión, en días que no hay limpieza diaria.

— Limpieza extraordinaria, reservada para zonas concretas.

Como regla general, y dependiendo del uso, una habitación se puede limpiar en días alternos y el resto supervisar. Básicamente una limpieza diaria consiste en eliminar manchas y el polvo de suelos y superficies para luego ordenar. Sin embargo, supervisar es ventilar y poner orden.

El modo de hacerlo y la dedicación de tiempo será diferente si es una habitación de niños, adolescentes o adultos. Posiblemente dediquemos más tiempo a ordenar los juguetes y las estanterías o el armario en una de niños. A la hora de preparar lo necesario tendremos en cuenta el tipo y cantidad de mobiliario para utilizar los productos y utensilios adecuados.

Método para limpiar una habitación

Siempre sigo los mismos pasos:

— Ventilar. Basta unos minutos, lo suficiente para regenerar el oxígeno y anular el mal olor, especialmente si hay zapatos.

— Despejo el espacio de cosas, es decir aparto lo que me facilite limpiar con comodidad y rapidez. Vacío la papelera, si la hay.

— Hacer la cama. Siempre en este orden.

— Eliminar el polvo y las manchas con una microfibra.

— A continuación aspirar o barrer.

— Recolocar las cosas en su sitio y aprovecho para poner orden.

— Cerrar la ventana, bajar el estor o enrollable, apagar la luz, cerrar la puerta. Antes miro que esté todo perfecto.

Cuando limpiamos o supervisamos una habitación, lo que más tiempo puede llevar es el orden, por tanto, en la medida en que cada cosa tenga su lugar y cada persona colabore dejándolas en ese sitio acortaremos los tiempos. Este sistema te puede servir para cualquier zona de la casa: salón, cuarto de estar, salita, cuarto de juegos, etc.

¿Cómo ha de quedar una habitación después de limpia?

— La cama bien hecha con el edredón o colcha lo mejor puesto posible. Si hay cojines, almohadas o peluches, los colocaremos bien.

— Las persianas un poco bajas y las cortinas corridas o estores bajos. Pero dependerá del momento del día y de las costumbres.

— Cada cosa deberá ocupar su lugar y nada por el suelo.

— Centrar las cosas: la silla con la mesa y la papelera. Los libros con los archivadores y todo lo que haya en la estantería. Si hay sillón o mesitas de noche, también.

— Las puertas de los armarios cerradas.

Limpiezas extraordinarias en una habitación

Hay algunas cosas comunes en todas y cada una de las habitaciones y son estas:

— Ventanas. Dependiendo del clima y de tus posibilidades de tiempo, se pueden limpiar cada dos meses. Puedes hacerlo con limpiacristales y bayetas de microfibra. Si la suciedad es mayor entonces: agua jabonosa con un chorro de vinagre.

— Persianas. Se pueden hacer un par de veces al año. Dependiendo del tipo puedes pasar la aspiradora de vapor y secar con microfibras. Ten preparadas las más viejas y muchas porque te harán falta.

— Estores, enrollables o cortinas. Los estores y enrollables hay que tratarlos según el material del que estén hechos. Si son de tela pueden aspirarse e incluso utilizar espuma para moquetas. Si son de material plástico bastaría con un detergente neutro, agua templada y amoniaco. Las cortinas se lavan en programa delicado sin centrifugar y se cuelgan. Es una limpieza que hay que programar unas dos o tres veces al año.

— Zócalos y techos. Es una limpieza que se puede hacer con algo más de frecuencia dependiendo de si vivimos en la ciudad o el campo, ya que pueden aparecer telarañas. Existen sistemas con palos extensibles y telescópicos.

— Paredes y radiadores. Normalmente en una habitación de niños las paredes hay que limpiarlas, si el material lo permite, con agua jabonosa y una bayeta muy escurrida; puedes usar también limpiacristales. Antes prueba en una zona menos visible. En otro tipo de habitaciones se puede hacer lo mismo en las zonas donde hay más uso: cerca de la puerta o junto a la cama. En realidad, es eliminar grasa. Para las partes más altas puedes usar una mopa limpia de microfibra. Para los radiadores utilizaremos un plumero plano de microfibra, un par de veces al año.

— Cabeceros. Si son entelados, los aspiramos y si son de madera se les pasa una bayeta con limpiacristales o producto específico.

— Armarios y altillos. Empezaremos sacándolo todo para poder limpiar, al menos dos veces al año. Usaremos la aspiradora y bayetas para los altillos.

— Lámparas, flexos o plafones. Dependiendo del material utilizaremos limpiacristales, detergente neutro o simplemente una bayeta algo humedecida o en seco.

— Escritorio y estanterías. Limpia los cajones y partes de atrás o de difícil acceso con una microfibra humedecida.

— Cajones de los juguetes. Con limpiacristales cuando los veamos muy sucios. Algunos de tela se meten en lavadora.

— Cables: por higiene se limpian con limpiacristales.

— Rejillas de aire acondicionado, son prácticos los plumeros extraplanos de microfibra.

— Tapicerías de sillones o paredes, las aspiramos según veamos. Si hay alguna mancha de grasa y los colores son sólidos, podemos utilizar agua tibia y un poco de amoniaco o detergente neutro, pero recuerda secar siempre con trapos secos para evitar cercos.

—Limpiar los baños —

Los cuartos de baño se limpian cada día por higiene, y con más motivo si los utilizan varias personas, algo muy normal en una casa. Lo más importante en un cuarto de baño es la limpieza y la desinfección. Hoy en día los cuartos de baño están diseñados como espacios de descanso y de relax. Para mi es importante que sean cómodos y con cierta estética que ayude al que entra a usarlo y le apetezca mantenerlo bien para el siguiente. Por eso aconsejo que tengan el mínimo de mobiliario posible y que cuenten con los accesorios necesarios — mejor más toalleros que menos— para facilitar comodidad y orden sin que haya nada en el suelo que esté en contacto con microorganismos.

Método para limpiar los baños

— Ventilar.

— Barrer o aspirar.

— Vaciar la papelera, si hay.

— Proceder a ordenar: retirar la ropa sucia de los cestos o las bolsas. Retirar las toallas y ropa que pueda estorbar o mancharse y ordenar.

— Aplicar el limpiador por todos los sanitarios. Normalmente estos productos están diseñados para que actúen en poco tiempo, de 30 segundos a 1 minuto.

— Pasar una bayeta de microfibra bien aclarada y escurrida por cada uno de los sanitarios, el inodoro es lo último; recuerda que vamos de menos a más desinfección. Si el producto es de buena calidad, el resultado final es bueno sin necesidad de utilizar estropajos.

— Para la ducha, se puede usar una mopa pequeña de microfibra para las paredes y el plato, para que sea más cómoda la limpieza y no haya que agacharse o estirarse. Si es un plato de ducha de obra o de material pétreo hay que estar muy atentos a retirar cada día la película de grasa y jabón con una microfibra. Haz las esquinas.

— Para el inodoro, usa la escobilla para frotar a fondo la zona interior y aclárala tirando de la cisterna. La parte exterior del mismo se termina con la microfibra. Procura reponer la escobilla de vez en cuando por higiene.

— Entre un elemento y otro, se aclara la microfibra en el lavabo. Guerra a las gotas de agua que afean las superficies.

— Limpiar el cristal y, si las hay, las baldas o repisas.

— Reponer los productos necesarios: gel, jabón manos, papel higiénico, pasta de dientes, etc. Esto también puede hacerse al principio, después de barrer.

— Colocar las toallas o cambiarlas si es necesario.

— Recolocar lo que hemos movido mientras limpiábamos: taburete, cestos de ropa, botes, etc.

— Ponte en la puerta y visualiza el orden. Deberías tener sensación de armonía.

— Pasa la mopa húmeda al suelo. Deja la puerta abierta hasta que se seque. Luego, es mejor cerrarla.

«El buen olor es secundario,

la higiene y el orden no»

¿Cómo ha de quedar un cuarto de baño tras la limpieza?

— Colocación correcta del rollo de papel higiénico. La posición correcta, por más higiénica, es la que el papel no toca la pared. Lo dejaremos sin que cuelgue, y solo viéndose un poco, para que sea fácil tirar de él, al usarlo. Siempre debe haber uno de reposición cerca.

— Las toallas y albornoces perfectamente colocados. Normalmente, se cambian un día a la semana. Si el clima es húmedo o es verano, el cambio es más frecuente.

— Papelera vacía.

— Todos los accesorios en su sitio y limpios.

— El espejo, sin salpicaduras.

— La grifería brillante.

— Los tapones, sin poner o cerrar, para evitar que pueda haber un derrame de agua. Si son de cadena, no se enrosca en la grifería; mejor dejarlos encima, con la cadena colgando. Siempre del mismo lado.

— La tapadera del inodoro y del bidé, cerradas. Y la escobilla, junto a él, si es exenta y más bien escondida, de cara a la pared.

— Las luces apagadas.

— Las ventanas cerradas y la puerta también, cuando el suelo esté seco.

— Un detalle: prohibido que haya cosas en el suelo: zapatos, zapatillas, ropa, etc. Cada cosa a su sitio siempre. Si están en el suelo, es posible que no tengan un sitio asignado. Yo de ti no lo dejaría pasar, compruébalo y busca una solución; seguro que la hay.

Y, por cierto, las mascotas no entran en el cuarto de baño, ni tienen ahí su vivienda y así debemos adiestrarles desde el inicio, al igual que no entran en la cocina; son zonas estancas por razones de higiene.

Limpiezas extraordinarias en un cuarto de baño

Cada sanitario tiene las suyas. Hay que ser muy observador para ver dónde se acumula la suciedad. Recuerda que el mejor modo de controlar es anotar en la agenda con una pauta estandarizada.

— Inodoro: limpiar las cavidades interiores, la tapa por ambos lados, los tornillos del suelo, la silicona que lo precinta y la parte de atrás o zona de conexión con el bajante. La escobilla y su soporte deben quedar sin agua y secos al contacto con el suelo.

— Bote sifónico: gira y abre la tapa. Con guantes elimina todo lo acumulado (una especie de masa gris de textura desagradable) para así asegurar la eliminación de posibles malos olores por retención de residuos.

— Bidé: si lo tienes, límpialo igual que el inodoro, por todas partes. Desmonta el filtro instalado en la cabeza del grifo y quita los restos de cal que hay con agua y vinagre. Aprovecha esa mezcla para repasar el tapón y la cadena o el sistema de taponado que tenga.

— Ducha y/o bañera: atención a las esquinas. Hay que frotar de vez en cuando, hasta eliminar los restos amarillos de gel y suciedad que se acumulan. No te olvides del soporte para los geles. Si es bañera, revisa el tapón. En todas las zonas donde hay humedad hay que controlar que no salga moho: utiliza bicarbonato y vinagre o limón y deja actuar un rato hasta que se desprenda. Desmonta el desagüe del plato, retira lo que encuentres y limpia bien de restos de suciedad.

— Alcachofa de la ducha: para evitar bacterias en el agua estancada, cada dos meses, llena un recipiente con agua y vinagre y déjala a remojo una mañana.

— Mamparas: métete dentro de la ducha si es necesario y prepárate la alfombra para la salida. Quita las juntas de goma transparente de la mampara y límpialas con agua y vinagre. También puedes probar con antical enjuagando muy bien y evitando que caiga sobre el plato. Enjabona los cristales y riégalos con agua tibia. Sécalos o aplica limpiacristales. Una o dos veces al año, aplica un producto similar al de los cristales de los coches para que resbale el agua al caer. Es una auténtica maravilla.

— El lavabo: en realidad son las mismas pautas que el resto de los sanitarios. Si son de pie, hay que entrar a fondo por la parte de atrás, latiguillos y desagüe incluidos.

— Los plafones: desmóntalos y limpia por partes según el material: metal, cristal, etc. Sécalos antes de recolocarlos de nuevo en su posición. Repasa rápido la bombilla o los leds.

— Los armarios por dentro y las estanterías con todos los objetos que haya. Con la bayeta poco humedecida es suficiente.

— La papelera. No me gusta que se ponga una bolsa de plástico vista, aunque entiendo su eficacia. En cualquier caso, debes limpiar el contendedor por dentro siempre que la cambies. Y recuerda que la base no sea de metal, tiende a oxidarse y manchará seguro el suelo. Protégela con una base de goma.

— Los accesorios: vaso para cepillos de dientes, el dosificador de gel, los frascos que pueda haber.

— Los colgadores, para que, además, estén bien sujetos. Revisa que no se muevan y si lo hacen, debes aprovechar para atornillarlos de nuevo.

— Los radiadores, de paso que comprobamos que funcionan bien y que no hay calcetines detrás o prendas caídas.

— Las paredes: sin son de azulejo basta con pasar la microfibra humedecida con alguna mezcla desengrasante. De vez en cuando, debes plantearte hacer el junteado de nuevo de todo el baño y si las partes más usadas lo necesitan antes, hacerlas. Se tarda una media de dos horas.

— El junteado del suelo: poco puedes hacer, la verdad. Si tienes porcelánico y el junteado es blanco, yo pinto raya a raya, cruce a cruce, con antical y al cabo de unos 10-15 minutos lo retiro con abundante agua obteniendo un efecto impresionante. Si tienes mármol y el suelo está pulido, por poco presupuesto te lo vuelven a abrillantar. Duración máxima: 2 años, ya que se usa mucho y hay humedad ambiental.

— Las rejillas de ventilación y/o los extractores de aire, si son baños de interior, con lo mismo con lo que limpias el resto de las piezas del baño. Sin complicarse.

— El aparato del aire acondicionado, si lo hay.

— Las ventanas, si las hay. Por dentro y por fuera.

— Los marcos de las puertas, manivelas y tiradores.

La limpieza diaria y extraordinaria de los baños no tiene por qué ser tediosa si está bien programada. Incorpora algún que otro extra a la rutina diaria y así, en un mes, los tendrás perfectos.

Los malos olores en el baño no se resuelven con ambientador

Combatir los malos olores en los baños es un tema un poco peliagudo. Hay personas que piensan que son sinónimo de falta de limpieza y esto no siempre es así. La solución no es un ambientador sino saber qué los ha originado.

Las tuberías expulsan el olor hacia nuestro baño. Puede ser que no estén bien sellados o la falta de un sifón adecuado y habrá que avisar al fontanero para que vea dónde está la causa. A veces, si después de sellar bien las piezas y el bote sifónico, el olor persiste puedes verter media botella de lejía por el desagüe de la ducha o del lavabo y dejarla actuar medio día. Es mano de santo.

Otros olores son de moho por falta de ventilación. La solución es airear o pensar en una rejilla en la puerta si no hay posibilidad de ventilación natural.

Y finalmente olor a residuos orgánicos. Es probable que te falte por limpiar la papelera.

—Limpiar la cocina —

La cocina con todas sus dependencias, despensa, nevera, congelador y horno es, junto con los baños, la parte de la casa donde se acumulan más bacterias y microorganismos. La limpieza de la cocina es sencilla, rápida, sobre la marcha, y siempre diaria.

Limpieza diaria en la cocina

Ventilar y dejar todo lo usado al cocinar en su sitio, de forma que las encimeras queden despejadas, las superficies limpias —incluida la placa de cocina—, y el microondas repasado. Cerrar la bolsa de basura y cambiarla por otra. Barrer el suelo en húmedo y completar con el detalle de cambiar los paños de cocina a diario.

Limpieza semanal

Muchas de estas limpiezas son compatibles con el trabajo diario en una cocina, por lo que no suponen un tiempo ni un esfuerzo extra. No sé a ti, pero a mí me mata pensar en las limpiezas extraordinarias como un plus a lo que ya hago; desde hace años las integro en mis rutinas diarias y me va muy bien. Por ejemplo, los filtros los meto en el lavavajillas y se lavan mientras pelo patatas, repaso la despensa o hago la nevera. O, por ejemplo, mientras la olla está en acción, capturo ese vapor y paso la microfibra y elimino la grasa de la pared cercana.

Es una concatenación de acciones que, bien pensadas, marcan un estilo y ritmo de trabajo muy sensato y nada cansado.

— Los filtros de la campana de humos, en el lavavajillas. Repaso por fuera también.

— Limpieza de los armarios de la cocina, cada semana uno.

— Armario de la zona del fregadero y zona del cubo de la basura y reciclaje.

— Repaso de las baldas de la nevera y cajón de verduras, un tema semanal por higiene.

— Barrido en húmedo de la despensa y eliminar polvo de las estanterías con una bayeta húmeda.

— Una buena experiencia: aprovechar el calor del horno para hacer una limpieza más a fondo incluyendo las bandejas.

Limpiezas extraordinarias: apuntando a los puntos críticos de mayor suciedad

Creo que donde más se acumula suciedad en una cocina es en estos rincones que enumero:

—Los fogones, si tienes cocina combinada con gas.

—La campana de humos.

—El armario debajo del fregadero.

—Los tiradores, manivelas e interruptores.

—Las juntas del suelo, esquinas y cierres.

—Las ruedas, si hay carros o mesas movibles.

—Las zonas altas y bajas —tras los rodapiés— del mobiliario.

—Los plafones de la luz.

—Las zonas traseras de los electrodomésticos.

—Los conductos de desagüe de la nevera.

—La zona de almacenaje de frutas, verduras, patatas y cebollas.

Estas limpiezas ya requieren otra logística, pero no pienses en nada complicado, no. Trata de dibujar mentalmente lo que vas a hacer y prepara tus herramientas. Visualiza el final y verás cómo trabajas disfrutando más de lo que haces.

Todo el listado de arriba lo he hecho yo mientras se hacía el cocido. Por eso te digo, que parece mucho, pero si eres ágil y trabajas sobre terreno limpio, no tienes una cocina enorme y cuentas con un poco de nervio, en una hora o dos está listo. Hasta el próximo mes.

«Para limpiar el suelo y las superficies de la cocina

con un desengrasante es suficiente.

Unificar es simplificar»

Y por último, decir que una cocina limpia es una cocina segura. Por tanto, no deben entrar las mascotas tengan el tamaño que tengan, ni jaulas con pájaros ni roedores, ni gusanos de seda y mucho menos animales que caminen y coman en las superficies. ¿Motivo? Por razones de higiene. En un curso que hice sobre higiene en la cocina, incluso se habló de no tener plantas.

— Limpiar la nevera en 45 minutos —

La nevera es uno de los electrodomésticos más importantes de la cocina. Debe estar encendido constantemente a una temperatura media de entre 3º y 5º y, aún así, es fácil que proliferen los microorganismos por la descomposición de los alimentos y los cambios de temperatura que inevitablemente hay por el uso.

A diario me gusta pasar una bayeta de microfibra humedecida con detergente neutro para eliminar los restos de comida que puedan caer. Es algo que suelo hacer al mismo tiempo que reorganizo la comida del día, acoplándola a las sobras del día anterior. Por sistema en mi casa las consumimos en 24 horas evitando que se estropeen. Para limpiar la nevera puedes seguir estos pasos:

— Saca los alimentos para que no pese tanto. Revisa su estado.

— Después, y solo después, córrela a base de zig-zags.

— Busca el cable y desconéctala.

— Prepara un baño de agua tibia y detergente neutro con unas gotas de vinagre.

— Saca las estanterías a la zona del fregadero.

— Limpia el interior de arriba abajo, incluido el orificio del drenaje y aclara. Deja secar mejor al aire. Mientras se seca el interior: lava las estanterías y sécalas.

— Limpia la zona de atrás. Si no lo has hecho nunca es probable que esté llena de polvo adherido. Ten cuidado al limpiarla.

— Comprueba que las gomas están limpias por dentro y que cierran herméticamente.

— Córrela a su sitio y conéctala. Espera una hora a que alcance la temperatura y mete los alimentos. Como es lógico, en los meses de más calor hay que hacerlo rápido para evitar que los alimentos se estropeen y los desperdiciemos inútilmente.

«Normalmente es aparatosa;

así que procura no cocinar ese día,

ponte el timer y empieza»

— Al final, una vez recolocada en su hueco, es cuando se vuelven a meter los alimentos. Aprovecha para eliminar los que no sepas cuantos días llevan cocinados.

—Limpiar el congelador —

El paso del tiempo y el uso va cubriendo de hielo, poco a poco, las paredes e incluso te complicará abrir y cerrar los cajones. «Un congelador con paredes llenas de hielo no podrá alcanzar las temperaturas para las que fue diseñado» 6 . Por eso, si hubiera mucho hielo acumulado el motor del congelador tendría que trabajar más tiempo para luchar por mantener la temperatura correcta, lo que significa mayor gasto de energía.

Puedes aprovechar ese momento de limpieza para actualizarlo. ¿Cómo? Una semana antes comienza a consumir todo, introduciéndolo en el menú.

— Prepara el espacio alrededor del aparato: coloca paños o papel absorbente alrededor del aparato para prevenir posibles derrames de agua.

— Retira del congelador toda la comida y ponla en el frigorífico, si tienes sitio o en bolsas térmicas o algún tipo de material aislante que asegure su conservación.

— Saca todos los cajones y estantes. Si están pegados, no los fuerces y espera a que el hielo se derrita.

— Limpia el interior con agua jabonosa y unas gotas de vinagre. Aclara y seca con paños absorbentes de microfibra.

— Ahora, limpia los cajones y estantes.

— Comprueba que las gomas están limpias y que cierran herméticamente.

— Conecta de nuevo el congelador. No introduzcas de forma inmediata la comida congelada que habías sacado. Espera un tiempo a que la temperatura baje.

— Si alguna comida se hubiera descongelado, no la congeles de nuevo; es el momento de consumirla.

—Limpiar la despensa, al descargar la compra—

Por mi trabajo veo que hay muchas personas que sueñan con tener una buena despensa: cómoda, ventilada y con luz. Pero siempre les digo que, al fin y al cabo, es mejor tratar de resolver las cosas con el espacio del que se dispone.

Desde el punto práctico de la limpieza, la despensa sobre todo es un lugar donde se acumula el polvo, por eso su limpieza es rápida y fácil. Antes de que llegue la compra a casa, paso una bayeta de microfibra húmeda con detergente neutro por las estanterías para recoger el polvo y cualquier resto de suciedad o marcas de los envases. Una vez seca comienza la descarga.

— Por supuesto hay que pasar la mopa para eliminar los restos de suciedad que haya en el suelo. Y cada dos días limpieza en húmedo con mopa de microfibra. Así aseguramos que no hay rincones de suciedad.

— Una vez al mes es necesario hacer una limpieza más profunda que incluye llegar hasta arriba, limpiar los envases, cestas, organizadores, el plafón del techo y la puerta. Si tienes estanterías movibles con o sin ruedas, sepáralas para limpiar. Y lo último siempre el suelo. Las paredes las puedes hacer con la mopa de microfibra humedecida.

— Limpiar la despensa organizando por categorías y subcategorías. Por ejemplo: la categoría de aperitivos puede estar organizado por frutos secos (subcategoría 1); aceitunas (subcategoría 2); etc.

— Pon a mano los productos que más utilizas y establece un sistema de consumo preferente.

«Controlar la limpieza de la despensa aleja el riesgo de que haya plagas de insectos que pueden aparecer en los cereales, harinas, semillas y otros alimentos como el chocolate o la leche en polvo»

—El microondas, no se limpia solo —

El microondas se limpia al menos una vez a la semana, dependiendo de su uso. A diario, cada vez que lo uso y con acciones sencillas, paso una microfibra para que se mantenga limpio.

— Limpiarlo con un paño húmedo. Si alguna mancha estuviera seca y por tanto más resistente, calentar el horno con un recipiente de agua y el vapor que se produce ablandaría la suciedad.

— Limpiar aparte las piezas desmontables.

— Limpiar cuidadosamente a diario: el sistema completo de la base, la puerta, el ventilador (parte externa) y juntas, evitando que queden restos de alimentos.

— Limpia la puerta de cristal por fuera y por dentro.

— Luego sigue con las bandejas y la rejilla metálica.

— No usar productos de limpieza ni útiles que puedan rayar la superficie.

— Si no está empotrado, repasa también el cable. No es agradable notar ese aspecto pegajoso fruto de la grasa.

— Limpieza del horno, nada más usarlo —

Para tener un horno como los chorros del oro, no hay más fórmula que limpiarlo después de usarlo; por lo menos una pasadita. Sin pereza y organizando bien el tiempo para que la comida salga a tiempo y lleguemos relajados.

Normalmente se hace lo siguiente:

— Retira con una esponja la suciedad más gorda.

— Pasa una microfibra vieja con agua caliente y un desengrasante 7 , para eliminar restos. Si fuera necesario, usa un estropajo, frotando de arriba abajo y de dentro hacia afuera.

— Termina aclarando hasta que no queden restos, con la bayeta de microfibra.

— Limpia la puerta de cristal por fuera y por dentro, con una microfibra limpia con limpiacristales.

— Luego sigue con las bandejas y la rejilla metálica.

— Un consejo sabio: mientras que limpias el horno deja las bandejas a remojo con agua y detergente. Luego la suciedad sale sin esfuerzo y casi sin productos.

«¿Qué opino de los productos limpiahornos?

Pues que son muy corrosivos, eficaces, pero no imprescindibles»

— Limpiar ventanas y cristales —

Una de las cosas más incómodas de limpiar son las ventanas de la casa, los cristales y los alféizares.

Los preparativos son importantes porque tenemos tres frentes:

— Los dos tipos de suciedad: la exterior que da a la calle cargada de polución y la interior mucho más ligera.

— La necesidad de trasladarse con el equipo por toda la casa sin dejar rastro: cubos, escalera o taburete de peldaños.

— La obligación de cambiar el agua de los cubos con más frecuencia de la imaginada.

Veamos cómo preparar el equipo a trasladar y qué proceso llevar durante la limpieza. Procura hacer este tipo de limpiezas cuando no dé el sol, pues el reflejo en los cristales dificulta enormemente su limpieza.

Preparando el equipo

— Retira las cortinas como te vaya mejor. Hazlo lo primero pues tienes las manos limpias.

— Usa la aspiradora para el exterior de la ventana, —alféizar y guías— y, si no tienes, coge la cabeza del cepillo sin el palo y sacude la suciedad hacia afuera. Para evitar que entre el polvo, ayúdate de las hojas de las ventanas a modo de parapeto alternativamente.

— Dos cubos con agua tibia: uno para exteriores y otro para el interior. El agua del cubo de exteriores la debes cambiar en cada hoja de ventana. ¡Ánimo!

— Si el suelo de casa es de madera, es bueno proteger toda esa zona con alguna toalla vieja.

— Una vez retirada la primera tanda de suciedad y polución, repasa todo el exterior con bayetas viejas, ayúdate de un taburete estable para las partes altas y cuando lo veas limpio comienza con los cristales exteriores, nunca al revés.

— Para una limpieza media de cristales: uso producto limpiacristales en pistola pero para una limpieza más intensiva: pon agua y amoniaco en el cubo.

— Papel de periódico: aunque cada vez hay menos ejemplares es un fabuloso invento que los deja impecables, sin pelusas ni marcas de pasadas.

— Puedes usar el haragán si eres cuidadoso pero ten en cuenta que chorrea por los costados y las paredes se pueden manchar. ¡Ojo!

Por tanto, tendremos en cuenta:

— Lo primero: preparar el interior. Si hay cortinas, quítalas y mientras limpias, aprovecha para lavarlas en un programa a 30 ºC sin centrifugar, casi. Al terminar de limpiar las cuelgas bastante húmedas, y ya lo tienes. Si hay estor, se limpia primero con la aspiradora de vapor si tienes y si no con la habitual. Después pasas una microfibra humedecida en una disolución de agua y amoniaco, y cuando calcules que está seco lo enrollas completamente de nuevo.

— Lo segundo: el orden siempre de fuera a dentro. Es decir: alfeizar, persiana, ventana y ya dentro: persiana, cajón de la persiana y rieles y finalmente los cristales.

— Lo tercero: cambiar el agua y tratar de terminar lo previsto.

— Y cuarto: persevera hasta acabar. Dos personas lo hacen mejor que una sola.

— Limpiar persianas de PVC —

Se pueden limpiar un par de veces al año, justo en el cambio de temporada. Si hay terraza son más fáciles de limpiar porque se hace por las dos caras. Primero se limpian por fuera, como los cristales, y luego por dentro, que es más fácil. Siempre de arriba a abajo. Si no hay balcón, hay que abrir el cajón interior e ir limpiando poco a poco.

Si la limpias con vapor es más eficiente ya que el vapor penetra por las juntas. Si no, con cubo y solución de agua y vinagre, con esponja y luego seca con microfibras muy absorbentes. Ten muchas a mano porque las necesitarás. Yo uso viejas y, luego, las tiro. Recuerda limpiar el cajón superior, el marco, el tirador o placa, antes de empezar a limpiar por dentro el cristal.

Segunda parte: los utensilios para limpiar bien

— Conocer los utensilios un poco mejor —

Para limpiar necesitamos conocer los utensilios. Es verdad que después en casa tendremos lo mínimo porque los materiales se han unificado bastante y se limpia, con algunas excepciones, con los mismos utensilios. Da gusto ver cómo cada vez son más eficientes y menos pesados. De hecho, bien planificada, la limpieza es cada vez más llevadera y se tarda menos. En resumen, para limpiar una casa hacen falta muy pocos utensilios. Lo que es importante es que estén en perfectas condiciones y siempre limpios.

«Para limpiar una casa hacen falta muy pocos utensilios.

Lo que es importante es que estén en perfectas condiciones y

siempre limpios»

La escoba y el recogedor

La escoba y el recogedor son dos utensilios para la limpieza que han sido de gran utilidad para limpiar durante décadas, pero en estos momentos están siendo reemplazados por mopas de microfibra de limpieza en seco y en húmedo y por el haragán. Veamos los distintos tipos de escobas según su composición:

— Fibras naturales: por ser más suaves se utilizan para suelos de interiores como el mármol, terrazo, gres y cerámica. Se limpian con un cepillo de fibras de nylon.

— Fibras sintéticas: son más fuertes y como se pueden mojar, se suelen usar para barrer la cocina o el cuarto de baño. Se limpian con agua jabonosa caliente o agua caliente y un chorrito de amoniaco. Las puedes usar para exteriores también, en ese caso las cerdas son más largas.

— De palma: son más largas y las típicas por su resistencia para barrer garajes, terrazas, balcones y exteriores en general. Se limpian sacudiéndolas bien y con agua; no necesitan más.

— Las escobas sean como sean, al guardarlas hay que evitar que rocen el suelo para que no se abran y se ensucien. Se pueden colgar a unos centímetros del suelo, siempre sin pelusas y bien separadas de las fregonas húmedas.

— Respecto al recogedor, si lo usas, que sea bueno, es decir que tenga la parte de goma bien adherida a la base para que recoja bien la suciedad y no se meta por debajo. Al terminar pasa una bayeta por ambas caras y cuélgalo.

«Barre siempre en seco y

detrás de la escoba»

Como soy observadora, tengo que decir que he visto cosas absolutamente insólitas a la hora de barrer. Lo interesante es que debemos hacerlo siempre de dentro hacia afuera de la estancia colocándonos en la zona limpia, es decir, detrás de la escoba. Si eres diestro la dirección del movimiento es hacia la izquierda para no echarte la suciedad encima. Y hacerlo con el cuerpo erguido y relajado para no cansarnos. No barrer sin recoger más de 2 metros seguidos.

El cubo y la fregona, invento español

El cubo y la fregona son el «dúo dinámico» de la limpieza. Pero recuerda que no se friega todo cada día. Tenlo bien concreto en tu organización. Te sugiero que cada día friegues la cocina y los cuartos de baño, el resto, dependiendo del uso, puede no ser imprescindible y no se suele tener tiempo.

— El cubo: los cubos de limpieza son de plástico resistente a los químicos disueltos en el agua. Tiene una capacidad de entre 10 y 14 litros, pero no es necesario llenarlo tanto porque luego no hay quién lo mueva.

— La fregona 8 : está compuesta por dos piezas: el palo y el mocho, que es la cabeza. Tipos de fregonas:

·De algodón 100%, para suelos lisos, o gres. Son resistentes y se usan para superficies rugosas y porosas. Absorben muy bien el agua y da gusto usarlas aunque cuesta escurrirlas.

·De microfibra 100%, para suelos que necesitan secado rápido. Tienen máxima resistencia y absorción. Son buenos tanto para suelos de interior como exteriores: porcelánicos, de granito, mármol, parqué o madera maciza. Las tiras están puestas en modo abanico para evitar roces.

·Combinada microfibra y tiras de algodón. Estas servirían para todos los suelos.

El método es el mismo que el del barrido: de dentro hacia afuera de la habitación o zona.

Para fregar una zona con muebles hay que retirar todo lo que estorba para poder limpiar bien. Si la zona no es muy grande el cubo puede estar junto a la puerta.

Mucha gente me pregunta cómo se friega una escalera y les respondo siempre lo mismo: tú siempre en la zona seca, en un escalón o dos más bajo y el cubo más abajo aún.

Y no te olvides de que la fregona se cambia con cierta frecuencia. Lávala en el propio cubo con agua templada.

La mopa, responsable de la revolución en húmedo

El auge de nuevos materiales en la construcción de los espacios domésticos y la búsqueda de sistemas para reducir el esfuerzo, el tiempo y el riesgo de contaminación cruzada en la limpieza, han llevado al desarrollo de un nuevo sistema de barrido y fregado en húmedo, altamente eficaz y desinfectante, muy recomendado para nuestros hogares.

Este sistema se utiliza para recoger la suciedad de los suelos en seco o en húmedo. Atrapa el polvo por acción electrostática, eliminando la suciedad. Ha venido a sustituir a la escoba y la fregona.

Mi trabajo me ha llevado a probar varios sistemas y modelos, que te presento aquí. En realidad, son las que más me gustan porque funcionan muy bien, son eficaces, cómodas y ecológicas:

— La mopa con su funda lavable de microfibra y chenille, ideales para suelos de madera, de cerámica y porcelánicos. Se pueden usar en seco o en mojado. Recogen muy bien el polvo y la suciedad, son resistentes y duraderas. Está compuesta por un bastidor al que se le ajusta la funda de microfibra y un palo, que puede ser telescópico y se maneja mejor, al girar sin problemas en todas direcciones. Seguro que las conoces, porque la oferta en las tiendas es muy amplia. Son muy ergonómicas y las que más se están usando a nivel doméstico. El inconveniente es que no siempre llegan bien a las esquinas por eso, cada dos semanas, recomendaría pasar la aspiradora por esas zonas. La puedes usar para paredes pintadas en seco o húmedo y en alicatadas, pero asegúrate antes de que estén completamente limpias. Yo empezaría primero por las paredes y luego con esa misma, continuaría con el suelo.

Si al terminar quisieras abrillantar, entonces puedes dar una pasada con una mopa seca y limpia. Quedan muy bien.

Y por supuesto, al terminar, hay que sacudir muy bien la funda de microfibra. Una gran ventaja es que se puede meter en lavadora a 60º. Si usas mopa con gasas desechables, tíralas una vez usadas; son un foco de suciedad.

— Actualmente experimento con mopa que lleva alfombrillas de quita y pon, sujetada con velcro e imanes. Tengo varias de dos colores para evitar la contaminación cruzada. Tienen la ventaja de que son cómodas de utilizar, llegan bien a los rincones y se lavan en lavadora. Por ahora, estoy contenta.

— Mopas de lamelo con gasas (flixelina) atrapa polvo, que están impregnadas en aceite mineral. Se usa solo en seco. Está compuesta por un bastidor con una base de goma gris y un palo que, por el sistema que tiene, puede girar hasta 360º facilitando su uso. Te la recomendaría si tienes largos pasillos o zonas amplias. Para una limpieza perfecta hay que colocar bien la gasa y pasarla en la dirección de las láminas de goma, que se adaptan perfectamente a cualquier superficie. Llega muy bien a las esquinas y debajo de los muebles. El inconveniente es que el aceite, aunque no se ve, mancha el suelo y se pega el polvo.

La bayeta de microfibra: ¡Pásate a la microfibra!

Esta bayeta ha sido mi salvación para cualquier limpieza micro o macro. No sé lo que hubiese hecho sin la existencia de estas amorosas bayetas. Sirven para todo. Son suaves, muy absorbentes y no dejan ni rastro de pelusa. Lo mejor de todo es que solo se lavan con agua caliente y tienen un precio fantástico.

Los expertos en textiles las consideran muy eficientes porque, gracias al tamaño y estructura estrellada de sus fibras no tejidas limpian en profundidad, no rayan y adhieren más cantidad de suciedad que cualquier otra fibra. Y, por si fuera poco, son capaces de absorber siete veces su peso en agua. También son más ecológicas porque reducen el uso de productos químicos. En casa las tengo por colores y así es más fácil distinguirlas en la limpieza y no mezclar suciedades.

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