Sobre la disputa argentino-británica por las Islas Malvinas

Este mes de enero se cumplen 190 años de la colonización británica de las Islas Malvinas (inició en 1833), que sentó las bases de la larga disputa argentino-británica por la soberanía del archipiélago, que desembocó en un sangriento enfrentamiento armado en el siglo XX.

El tema lleva décadas en la ONU, incluido en su Comité Especial de Descolonización (C-24). Como consecuencia, la Asamblea General de la ONU y otros foros internacionales han adoptado numerosas resoluciones en las que se pide que se reanuden las negociaciones argentino-británicas para alcanzar una solución definitiva a la disputa de soberanía sobre las islas en cuestión, y que se abstengan de llevar a cabo acciones unilaterales que puedan afectar a la situación del Atlántico Sur.

Sin embargo, últimamente el Reino Unido no sólo ha demostrado su voluntad de resolver el conflicto, sino que ha tomado medidas encaminadas a agravar la situación en el Atlántico Sur. En particular, a finales del año pasado, Londres y Pristina acordaron el entrenamiento conjunto de militares británicos y representantes de las Fuerzas de Seguridad de Kosovo en el territorio de las Islas Malvinas.

A este respecto, nos ha llamado la atención una declaración del organismo regional más representativo, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la que los 33 Estados latinoamericanos y caribeños, con una población total de más de 600 millones de personas, condenaron dicha provocación británica.

Estamos de acuerdo con la comunidad latinoamericana. Vemos la renuencia británica a escuchar la voz del Sur global como otro desprecio más a las decisiones de las organizaciones multilaterales. Londres, al planear incorporar a los militares de Kosovo en sus operaciones en las Islas Malvinas, está contribuyendo activamente a mejorar la preparación operativa de la Fuerza de Seguridad de Kosovo y es, por tanto, uno de los principales partidarios de transformarla plenamente en las fuerzas armadas, en violación de la correspondiente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Quisiéramos reiterar la invariable postura de principios de la Federación de Rusia sobre las Islas Malvinas.

Abogamos por la necesidad de la rápida reanudación de las negociaciones directas entre Argentina y el Reino Unido con vistas a una resolución pacífica y definitiva de la disputa de soberanía sobre las islas de conformidad con las resoluciones de la ONU.

Consideramos importante abstenerse de dar pasos que puedan complicar el inicio de las negociaciones. Creemos que es inadmisible militarizar la región del Atlántico Sur y que es necesario que las partes cumplan estrictamente sus obligaciones internacionales.