Mallows Bay - EEUU

Mallows Bay - EEUU

Mister Roboto
El cementerio naval de Mallows Bay

Mallows Bay (o Bahía de Malvas) es una pequeña bahía fluvial que aprovecha un recoveco en la orilla oriental del río Potomac, a su paso por el estado de Maryland, en Estados Unidos. Si observamos este lugar desde el aire, veremos un grupo de sombras que sin sentido de la escala podrían parecer un banco de peces alimentándose en la orilla, pero en realidad estamos ante el cementerio de barcos más grande en el hemisferio occidental. 

Durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno de EEUU realizó un gran esfuerzo para ampliar su flota naval, con el objetivo de poder hacer frente a Alemania. En 1916, bajo el mandato del presidente Woodrow Wilson, se creó la "U.S. Emergency Fleet Corporation" una iniciativa que supuso un enorme impulso para la industria naval del país y con la que se pretendía dotar al país de una flota que pusiese fin al dominio de marítimo de Alemania. Decenas de astilleros por todo Estados Unidos comenzaron a construir una gran flota de barcos de vapor que ayudase a combatir los destructivos U-Boote alemanes, un modelo que en esa época estaba causando estragos entre los buques mercantes y de pasajeros en el Atlántico. 

Sin embargo, diversos problemas mecánicos y de construcción, impidieron que estos buques llegaran a tiempo a Europa. La guerra terminó y cientos de estos barcos se quedaron inactivos y sin un cometido antes incluso de haber llegado a estrenarse. Pocos años después, el ejército decidió desprenderse de ellos debido a su flagrante obsolescencia (hablamos de barcos de vapor hechos principalmente de madera) y a sus elevados gastos de mantenimiento.

Los restos emergidos de los barcos rápidamente fueron colonizados por la vegetación.

La empresa "Western Marine and Salvage Company" vio una oportunidad de negocio y compró más de 200 barcos a un precio bastante ventajoso, con la esperanza de vender su metal como chatarra, pero su plan fracasó estrepitosamente. Poco después de la compra el fuego destruyó algunos de los barcos, mientras que otros quedaron a la deriva y terminaron hundiéndose. 

Para evitar males mayores, 169 barcos supervivientes fueron remolcados hasta Mallows Bay; sin embargo pocos años después llegó el crack bursátil de 1929, el precio de la chatarra se desplomó y WM&SC se vio obligada a declararse en bancarrota.

Incapaces de navegar, sin dueño ni cometido en la vida, todos estos barcos (cada uno del tamaño de un campo de fútbol) quedaron olvidados mientras se podrían lentamente enterrados en el barro y quedaban cubiertos por la vegetación local. En años sucesivos hubo varios intentos de rescatar los restos de este masivo naufragio, pero todos fracasaron. Finalmente los cascos oxidados acabaron integrándose en su entorno y hoy en día se antoja imposible separar estos barcos ruinosos de un medio que los ha asimilado por completo.

Vista de los naufragios desde Google Earth

En cierto modo, Mallows Bay parece un ensayo de lo que pasaría una vez que los humanos desaparezcamos de la faz de la Tierra, y a juzgar por el resultado, a la naturaleza no le supondría ningún trauma. El ecosistema local se ha adaptado perfectamente para asimilar estos desechos en un tiempo récord. Actualmente, los podridos son el hogar de numerosas especies de aves y de animales salvajes. Los naufragios de Mallows Bay se han convertido en un hábitat sintético que, en su lenta pero segura evolución, han ayudado a consolidar y enriquecer los sedimentos de la zona.

Aparentemente, este entorno artificial ayuda a filtrar y contrarrestar la nada despreciable contaminación de las aguas del Río Potomac. Cada buque se ha convertido en un pequeño ecosistema, que proporciona un hábitat seguro y una fuente de alimentos para una gran variedad de formas de vida.

El mismo lugar que antaño fue el último refugio de la garza blanca del Potomac o el sitio de pesca del último esturión de Maryland, hoy vive un nuevo resurgir en el que la biodiversidad florece por toda la Bahía de Malvas. Hoy en día las águilas pescadoras construyen sus nidos en los restos que emergen del río mientras los murciélagos crían en los cascos semihundidos.

Águilas calvas y pescadoras anidan en el siniestro cementerio

El cementerio de barcos que a nosotros nos parece tétrico y horroroso, se ha convertido en una especie de arrecife artificial gigante en el que habitan todo tipo de peces, castores y bandadas de aves acuáticas, recuperando gran parte de este tramo del río del daño que sufrió a partir de la era industrial. 

En 2014, las autoridades y los conservacionistas de Maryland nominaron este lugar como "santuario marino nacional" con la esperanza de fomentar el turismo local, desarrollar nuevas iniciativas educativas y potenciar la creación de nuevos empleos. Previsiblemente, esta medida aumentaría la supervisión del cementerio y permitiría al gobierno local acceder a los fondos de financiación federal. A los lugareños que se ganaban la vida en el Potomac no les hizo ninguna gracia, ya que un mayor control gubernamental y nuevas regulaciones podrían perjudicar sus negocios.

Mallows Bay ya era un lugar turístico popular, donde los visitantes podían viajar en kayak entre los buques naufragados y observar una amplia variedad de fauna y flora silvestres, como águilas pescadoras o las águilas calvas. Debido a esta resistencia, la propuesta se congeló durante 5 años, hasta que en 2019 la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense declaró este área de 46 kilómetros cuadrados como santuario marino nacional.

En 2022 se creó un sello conmemorativo de este santuario.

El Sistema de Santuarios Marinos Nacionales, consta de 13 santuarios y dos monumentos marinos nacionales, protege 430 barcos naufragados y una aeronave hundida. Desde que la NOAA declaró el santuario marino nacional y reserva submarina de Thunder Bay, en el año 2000, no se había vuelto a crear un santuario ya que el congreso de EEUU quería estar seguro de que la NOAA contaba con los medios y recursos necesarios para gestionar la red ya existente.

El santuario marino nacional río Potomac-Mallows Bay es el primero que se declara en dos décadas. Un premio justo para un sitio histórico que no solo alberga los restos de la "flota fantasma" de la Primera Guerra Mundial, sino que también cuenta con naufragios de la época de la guerra de la Independencia de los Estados Unidos y yacimientos arqueológicos de nativos americanos que se remontan a hace 12000 años. Un dulce final para un lugar que parecía condenado a ser un vertedero.

+ info: NatGeo

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