Los murciélagos y la sangre.

Los murciélagos —los que comen solamente sangre— son los únicos mamíferos de la Tierra que evolucionaron para alimentarse de sangre. Al alimentarse exclusivamente de sangre, sus organismos han tenido adaptarse a aprovechar la exigua cantidad de nutrientes de dicho tejido y a las diversas enfermedades víricas presente en las presas que atacan.

Una investigación publicada en Nature Ecology & Evolution demostró que la adaptación de los murciélagos que consumen sangre se debe a un conjunto de genes que evita que los murciélagos se vean afectado por las enfermedades que poseen sus presas.

Otra investigación publicada en la revista Science Advances ha concluido que diversos genes le han permitido a los murciélagos una adaptación dietética. Al consumir únicamente sangre, el metabolismo de los murciélagos está diseñado naturalmente para aprovechar la sangre de otros seres vivos y convertirla en azúcar. Eventualmente, esta sustancia se convierte en la energía vital que les permite sobrevivir.