Lily

Lily


Capítulo 7

Página 9 de 29

Capítulo Siete

A la mañana siguiente Torrian atravesaba el patio junto a Kyle.

—El tío Logan dijo que nos encontraría en las filas.

—¿Me vas a decir de qué se trata? ¿Va a golpearme o algo así? Ayer no estaba muy contento conmigo, no tengo dudas de que es capaz de darme una buena paliza por lo de tu hermana.

—Creo que hay unas cuantas personas que estarían dispuestas a darte una paliza —refunfuñó Torrian—. Nunca había visto a mi padre más alterado que cuando Lily declaró que quería marcharse con el clan Grant. No tuve más remedio que asignar a otra persona para que la protegiera.

—Pero ¿cómo supo lo de la petición de tu padre?

Torrian se encogió de hombros.

—No tiene importancia. Se enteró, como suele ocurrir cuando se habla de estas cosas.

—Me gustaría conversar con ella y explicarle mis razones.

—Lo comprendo, pero te han dicho que te mantuvieses alejado de ella, y te advierto que si sigues a Lily hasta el clan Grant mi padre y mi tío se pondrán furiosos. Considera esta como tu última oportunidad para hacer las cosas bien. No la quisiste, ahora debes mantenerte alejado.

—Pero sabes que no es por eso que me he negado.

—Kyle —Torrian se detuvo para mirar a su amigo a los ojos—, admito mi parte de la culpa en esta parodia. Mi padre me preguntó si estabas interesado en alguien en especial y si creía que ese alguien era Lily. Debí haber adivinado sus intenciones, pero tenía la mente en otros asuntos. No obstante, me tomó por sorpresa tu negativa, yo nunca te obligaría a actuar en contra de tus sentimientos. Has tomado tu decisión y ahora debes aceptar que no puedes tener las dos cosas, no puedes seguir pasando tiempo con mi hermana sin herirla.

—Pero no es eso lo que siento.

La verdad era que no se trataba solamente de honrar a su padre. ¿Cómo podía explicarle a su amigo la preocupación que le generaba casarse con su amor? Él no se tomaba sus responsabilidades con el clan a la ligera, siempre se esforzaba al máximo, pero ¿sería eso posible si estuviera casado con ella? ¿Cómo podría actuar de manera irreprochable si viviera con Lily y tuviera que preocuparse de que alguien la hiriera o la secuestrara?

—Torrian, primero debo hacer que mi padre esté orgulloso de mí, tú sabes lo que me pidió cuando estaba en su lecho de muerte. Quería que me convirtiera en el mejor guerrero de los Ramsay.

—Entiendo tu punto de vista, pero tú debes entender el de Lily. La rechazaste y esa es la única manera en que ella lo verá. Estoy seguro de que puedes comprenderlo. Yo dejaría las cosas en paz por un tiempo, deja que todo se asiente, o eso es lo que mi padre aconseja a menudo. Lily acabará por superarlo.

—Me mantendré alejado, a menos que la vea en problemas... Sabes que no podré quedarme al margen en tales circunstancias.

¡Maldita sea! ¿Qué es lo que había hecho? No quería que su vida transcurriese sin Lily, y no quería que ella lo superara.

Si la ves en problemas… Esa es la cuestión. Bailar en un prado con una multitud de Ramsay alrededor no cuenta como un problema.

—Sí, sé que me equivoqué. Es que a veces me vuelve loco.

Agachó la cabeza sin saber qué más podía hacer. ¿Es que no veían lo mucho que se esforzaba por ser el mejor segundo? ¿Estaría su padre contemplando aquel fiasco desde el cielo?

Logan apareció de la nada.

—Si una muchacha te vuelve loco, no deberías rechazar la oferta de un compromiso con ella, deberías hacerla tuya.

Kyle no respondió, sobre todo porque no sabía cómo.

Ellos no estaban allí el día en que su padre le rogó que lo hiciera sentirse orgulloso convirtiéndose en un guerrero Ramsay. Como segundo del jefe, había superado incluso sus propias expectativas y no tenía ningún deseo de dejar de hacerlo.

Logan continuó:

—Dado que eres el segundo del jefe, me gustaría combatir contigo y comprobar si necesitas recibir más entrenamiento.

—¿Esto es por lo del otro día, milord?

Kyle no se atrevía a mirar a Logan a los ojos porque sentía que le había fallado también a él.

—¿Qué otro día? ¿Te refieres a lo de perseguir a mi sobrina como un enajenado? No, es porque tú proteges a mi clan y debes ser bueno en ello. No hay otra razón.

Logan buscó un buen sitio y se quitó la túnica quedándose solo con la manta. Desenvainó su espada y miró a Kyle con brillo en los ojos.

—¿Estás listo, muchacho? Muéstrame tus habilidades.

Kyle inspiró profundamente mientras desenvainaba a su vez la espada y se quitaba la túnica. Se secó el sudor de la frente y se colocó en posición ante Logan Ramsay esperando a que este comenzara.

Logan luchó con él durante media hora antes de detenerse alzando la mano a Kyle para que hiciera lo mismo.

—No está mal, muchacho, pero aún no tienes el ímpetu necesario. Muéstrame cómo atacarías a alguien que pillaras besando a mi sobrina.

Kyle se detuvo y se limpió la cara con la manta.

—No se me permite estar cerca de vuestra sobrina, por si no lo recordáis, de modo que eso nunca ocurrirá.

Logan se rio, al igual que Torrian.

—Se dice en el clan que Lily está dispuesta a aceptar a quien sea que la pretenda. La otra noche oí a un grupo de muchachos discutiéndolo cerca del establo, y te digo que están dispuestos a ir tras ella, ahora que tú ya no estás interesado.

—¿¡Qué!?

El cuerpo de Kyle se tensó al pensar en Lily con otro hombre. Apretó los dientes para no decir lo que quería decir.

—Todo el mundo sospechaba que tu corazón estaba perdido por ella. Creo que incluso Lily lo sabía, a su manera. Era la forma en que la mirabas, nadie se atrevía a acercársele.

Sorprendido por aquella revelación, Kyle miró a Torrian desconcertado.

—¿Todos lo sabían?

Torrian asintió.

—Sí, y yo también lo sospechaba. No, ¡estaba seguro de ello! Por eso me sorprendió que rechazaras la propuesta de mi padre.

Kyle se quedó mirando a ambos hombres.

—¿Y quiénes son los muchachos a los que has oído hablar de ella?

—No te lo diré —respondió Logan—, pero creo que Lily estará definitivamente interesada en uno de ellos.

—¿Tú estás de acuerdo, Torrian? —interrogó Kyle a su amigo.

—Sí, creo que aceptará a uno de ellos. Está dolida en este momento, le has roto el corazón.

Imaginó a Lily besando a otro y una furia que nunca había sentido antes lo embargó por completo.

Logan preguntó a Torrian:

—¿No mencionó el muchacho que quería hacer algo más que besar a Lily? ¿Qué es lo que dijo?

Kyle blandió su espada con ambas manos elevándola hacia el cielo con un profundo grito gutural y se lanzó contra Logan con todas sus fuerzas.

Logan rio.

—¡Ahora estás listo, muchacho!

Cuando Kyle se dio cuenta de que Logan había planeado aquella artimaña para provocar su ira se enfadó aún más. Se enfrentaron acero contra acero lanzando chispas al aire. Kyle arremetía con todas sus fuerzas apretando los dientes mientras pensaba en su Lily besando a otro. Su cabello oscuro ya se adhería a su frente por el sudor y decidió acabar de una vez con aquel juego. Logan Ramsay había sido un gran espadachín en su día, pero ya no tenía la fuerza de antaño.

Estaba seguro de que vencería al hombre. Si lo hacía, tanto Lily como Torrian verían el gran guerrero en que se había convertido. ¡Cuánto deseaba que su padre lo viera también! Giró su espada en un amplio arco para arrancar el arma de las manos de Logan, pero en el último momento él hizo una rápida maniobra que Kyle no esperaba. Un fuerte golpe acertó en su empuñadura y su espada salió volando por el aire antes de aterrizar con un ruido sordo a los pies de Torrian. Con un nuevo golpe, Logan lo hizo caer al suelo sobre su trasero.

—Muchacho, debes escucharme —dijo el hombre, ahora de pie sobre él y con la espada apuntándole al vientre—. Cuando amas a una muchacha, ella solo escarbará en tu alma hasta que lo admitas y la hagas tuya.

Kyle resollaba, estaba atónito por haber perdido ante un hombre al que estaba seguro de poder vencer.

—No. Pensar en ella, casarme con ella me debilitará. ¿No lo veis? Acabáis de demostrarlo.

Esperó a que Logan se apartara y admitiera que tenía razón. Si no hubiera estado pensando en Lily y en su padre habría ganado con toda seguridad.

Logan se reía y sacudía la cabeza.

—En eso te equivocas. La muchacha adecuada solo te hará más fuerte. Mi esposa me ha hecho más fuerte y más sabio de lo que jamás podría haber sido por mí mismo. —Envainó su espada y ofreció a Kyle una mano para ayudarlo a levantarse—. Hazme saber cuando estés listo para considerar seriamente mis palabras.

Kyle se quedó mirando las espaldas de Logan mientras este se alejaba, desconcertado por su declaración. Aún jadeando, miró a su amigo.

Torrian asintió con la cabeza.

—Cada palabra es cierta.

Lily estaba sentada en el estrado contemplando a la multitud. Su padre había cedido, habían ordenado a Kyle que se mantuviera alejado de ella y él había obedecido.

Ahora el corazón le dolía más y más cada día que pasaba. No debería haberlo apartado así. Hasta donde podía recordar, él siempre había estado cerca. Kyle y Torrian eran los mejores amigos, por lo que siempre sabía dónde encontrarlo. Ahora había perdido a su protector, a su amigo y a su fuente de consuelo.

Tuvo que recordarse a sí misma que fue el mismo Kyle el que la había rechazado.

Sorcha, Maggie y Molly llegaron a su lado una vez que entraron los juglares y los violinistas. Su padre había organizado una noche de entretenimiento; no sabía a qué se debía el festejo, pero esperaba que la distrajera de sus problemas.

Maggie comentó:

—Intentamos que Bethia bajara, pero no quiso. ¿Por qué no pasa más tiempo con nosotras?

—Bethia es tímida y muy entregada a la curación. Ya sabes que no se siente a gusto entre las multitudes.

Lily apoyó un codo en la mesa y descansó la barbilla en la mano mientras seguía mirando a la concurrencia.

—Cuéntanos lo que viste cuando te encontraste a Davina y a Ranulf. ¡Me encanta escuchar esa historia! —pidió Sorcha con un suspiro. Luego miró por encima del hombro para asegurarse de que sus mayores no anduvieran cerca.

—¿Por qué quieres que la cuente otra vez? —preguntó Lily.

—Porque me gusta oírla.

Molly rio:

—¡Sorcha, eres demasiado joven!

—No, yo ya sé todo lo que hacen una muchacha y un muchacho, pero me gusta oír cómo lo cuenta Lily.

Esperó expectante.

Cuando Molly y Maggie también le sonrieron instándola a narrar la anécdota, Lily decidió complacer a sus primas.

—Era muy desagradable…

—Pero ¿lo has visto? ¿Todo? —Sorcha se apoyó con los codos en la mesa y se inclinó hacia delante con impaciencia.

—Desde luego que sí, ya te dije que los interrumpí en medio... Entonces Ranulf vino hacia mí y me pidió que me uniera a ellos.

—¿Qué dijo exactamente? —preguntó Maggie.

—Dijo que se aseguraría de satisfacerme.

Molly se acercó y le susurró al oído:

—Yo solo quisiera saber si te sentiste tentada.

—¡No! —Lily se horrorizó ante la sugerencia de Molly. Es cierto que su prima era bastante mayor que ella, pero aun así...

Sorcha y Maggie soltaron una risita.

—¿Por qué no? —preguntó Molly en voz alta con los ojos brillantes.

—¡Porque él era repugnante! Y ella también lo era. Nunca habría permitido que me tocase.

—No te culpo. Era bastante inquietante, casi siniestro. —Maggie entornó los ojos—. ¿Y ella? ¿Quería ella que él te tocara?

—No. Ella estaba celosa.

Entonces Sorcha sacó a relucir el único tema del que Lily solía evitar hablar.

—¿Qué aspecto tenía? ¿Cómo era de grande?

—Todas habéis visto a los caballos, no sé por qué me molestáis tanto con eso... Era grande y estaba allí, frente a mí. Ya os he dicho todo lo que pienso contar.

Las tres muchachas rompieron a reír. A Lily le había fastidiado que Sorcha le pidiera que contara cómo había atrapado a los dos amantes, sobre todo porque lo había repetido una y otra vez, pero estaba disfrutando de aquella algarabía.

—Y...

Las tres detuvieron su alboroto en un instante y se acercaron más a ella.

—¿¡Y qué!?

Lily sabía cómo provocarlas.

—Y cuanto más caminaba, más se le encogía. —Sorcha gritó y saltó en su asiento—. Y una vez que se encogió, empezó a menearse y a rebotar por todas partes.

Las tres dieron un respingo y soltaron una carcajada provocando un escándalo que llamaba la atención desde el extremo opuesto del gran salón. Lily se limitó a sentarse y a observar divertida a sus primas. Las quería y se sentía bien haciéndolas reír. Por supuesto, no había sido nada divertido el día en que se encontró con Ranulf y Davina; se había quedado contemplando sus partes masculinas con asombro y creía que esa era la razón por la que la había invitado a unirse a ellos, pero no iba a admitirlo delante de sus primas.

Tampoco quiso confesar cuántas veces había pensado en hacer eso mismo con Kyle. En realidad, estaba celosa de lo unidos que estaban Ranulf y Davina, del modo en que se veían como una sola persona en el lecho. ¿Cómo sería aquello? La intensidad del acto la había conmocionado, pero deseaba compartirlo con el amor de su vida.

Sus primas la despertaron de su trance.

—Lily, debes dejar de suspirar por Kyle —dijo Sorcha—. Ya volverá.

Lily inspiró profundamente y respondió:

—No estoy suspirando por Kyle. Hoy me siento muy feliz. En realidad, estaba pensando en que debería besar a otro muchacho. ¿A cuál puedo elegir?

Buscó con la mirada por todo el sitio intentando pasar por alto al más grande del salón, ya que la visión de su cabello oscuro amenazaba con hacerla suspirar en voz alta. Vio de reojo a Kyle, parecía un poco atormentado e infeliz, pero lo ignoró y se concentró en los otros muchachos solteros que había allí.

—Lily, ¿lo dices de verdad? —Los ojos de Sorcha se abrieron de par en par—. ¿Y a quién te gustaría besar? A todos les encantaría besarte a ti.

Maggie añadió:

—Podrías escoger al que quisieras y...

—¿Y qué? —preguntó Lily.

Molly se inclinó hacia ella y habló en un susurro:

— Si besas a otro, Kyle se pondrá celoso.

Sorcha se llevó la mano a la boca y asintió.

—Creo que deberías hacerlo. ¡Se pondrá como loco!

Lily pensó por un momento mientras recorría la sala llena de jóvenes. De un vistazo comprobó que Torrian estaba tan cautivado por Heather que no le prestaba ninguna atención y que su padre había subido las escaleras, probablemente porque le dolía la rodilla. Tal vez sus primas tuvieran razón, y no podía negar que quería darle celos a Kyle. ¿Acaso reconocería su error si la viera besando a otro muchacho? ¿Querría apartarlo de ella y estrecharla entre sus brazos?

Golpeteó con los dedos sobre la mesa considerando las posibilidades y luego dijo a sus primas.

—No, no funcionará. Últimamente Kyle solo se dirigía a mí para gritarme. Me gritó ayer por la mañana porque distraje a sus guardias, me gritó cuando me encontró en el prado mientras me perseguía el hombre de la cota de malla… Me regaña tanto que no creo que le importe en absoluto.

Sorcha la apuntó con un dedo.

—Te merecías que te gritaran por andar sola por el prado. Mi padre me amarraría en los establos si alguna vez hiciera algo así.

Molly estuvo de acuerdo.

—Sí, no deberías salir sola. Pero créeme, lo pondrás celoso.

Lily apretaba los labios mientras observaba el salón.

—No creo que sea así. No le importará y eso me dolerá todavía más.

—Le importará —aseguró Molly—. Pero podemos olvidarnos de él. ¿No quieres saber cómo besan otros muchachos?

—¿Por qué? ¿A cuántos has besado tú?

Su prima bufó.

—Los suficientes para saber que no me interesa ninguno aquí.

Lily se quedó con la boca abierta.

—¿Has besado a más de uno o dos? —Después de que Molly asintió con una risita, miró a Maggie—. ¿Y tú también?

—Maggie y yo somos mayores que tú, Lily. ¡Claro que sí! Y Sorcha, que es un poco menor, ya ha besado a unos cuantos. Te lo has perdido todo por haberte reservado para Kyle. Es hora de que eso cambie, y si se pone celoso, ¡tanto mejor! —Sorcha le dio una palmadita en la mano—. Y tú eres la hija del jefe.

Hermana, soy la hermana del jefe. Un papel que no tiene ninguna importancia, debo recordarte.

—Solo en tu mente, Lily. No vales menos por el mero hecho de que tu hermano se haya casado—. Molly jugueteaba con su pelo apartándose los rizos alborotados del rostro—. Una vez que los muchachos descubran que Kyle ya no está interesado en ti, te rondarán como las abejas a la miel.

—Molly, tienes mucha imaginación. Los muchachos ya saben que Kyle no está interesado en mí. ¿Ves alguna abeja a mi alrededor?

—No tienes ni idea de cuánto vales, ¿verdad? ¿No has mirado nunca tu reflejo? La única razón por la que no han acudido en masa a por ti es que Kyle sigue en el salón. Si hay alguna mínima posibilidad de que el segundo del laird esté interesado en ti, saben que lo pagarán mañana en las filas.

No creía que Kyle se pusiera celoso, pero tal vez fuera hora de madurar, de explorar la vida un poco más. Cualquiera de los muchachos le vendría bien, pero tenía que elegir con cuidado. Se fijó en tres en particular.

—Sí, reconozco la sabiduría de tus palabras, pero ¿cómo elegiré uno? ¿Cómo le pediré un beso? Es el hombre quien debe tomar la iniciativa, no la mujer.

Maggie levantó las cejas hacia Lily.

—Nos encargaremos de ello por ti. Nombra el lugar y te enviaremos uno o dos muchachos. Créeme, todos querrán ir contigo.

Lily se retorció las manos sobre el regazo.

—No suelo ser tan atrevida… Y no tengo ni idea de a quién escoger.

—¿Qué tal Bothan o Cawley?

—Sí, me gusta Cawley.

—¿Y qué tal Henson? —preguntó Sorcha.

—Supongo que Cawley está bien. —Volvió a recorrer el sitio con la mirada, aún insatisfecha con su elección, pero sabía exactamente cuál era el problema: ninguno de ellos tenía el cabello castaño oscuro y los ojos de un azul profundo, unos ojos que llegaban a lo más hondo de su alma, unos ojos que podían hacer que se le doblasen los dedos de los pies, unos ojos que solo buscaban los suyos.

—Cawley será —dijo Molly—. No te daremos tiempo para arrepentirte. ¿Dónde, Lily? ¿Dónde le decimos que se reúna contigo?

Lily frunció el ceño intentando pensar en el sitio adecuado, pero no se le ocurría ninguno. No quería que la descubriesen.

—Fuera, en el patio, pero ¿dónde? —Se mordía el dedo mientras lo meditaba.

—Junto al banco de la esquina más alejada. Nunca hay nadie allí —susurró Sorcha.

—No, prefiero poder esconderme si cambio de opinión y no quiero que me vean mis tíos. Ya sabes cómo es tu padre.

—¿Dónde? Solo di el sitio —insistió Molly—. Papá está divirtiéndose con Gavin y Gregor, no os molestará. Además, creo que ya ha bebido unas cuantas cervezas.

—Muy bien. Fuera del puesto de Tilly.

Sorcha sonrió, pero la sonrisa de Molly se esfumó de inmediato de su rostro.

—No puedes hacerlo allí, no es seguro. ¿Y si intentara propasarse? ¿Y si quisiera algo más? Nos meteremos en problemas si llega a haber algo más que un beso.

—Allí es donde será. No me preocupa Cawley, no es tan atrevido, y Tilly sigue en el puesto que tiene dos accesos. Dile que se reúna conmigo en la puerta exterior del establo dentro de media hora.

Sorcha susurró:

—Iremos contigo.

—¡No! —exclamó Lily—. No quiero que vosotras tres me estéis mirando. Haré esto sola.

—De ninguna manera —respondió Maggie con calma mientras echaba un vistazo al salón—. Estaremos cerca. Si tienes problemas, solo debes gritar. Ahora iremos a hablar con Cawley. Tú adelántate.

Salieron disparadas de sus asientos antes de que Lily pudiera detenerlas.

Ya no podía echarse atrás.

Ir a la siguiente página

Report Page