Las revelaciones de Wikileaks

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“Zapatero es un político astuto, como un felino en la jungla”

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“Zapatero es un político astuto, como un felino en la jungla”

CARLOS YÁRNOZ06/12/2010

José Luis Rodríguez Zapatero y los políticos españoles más poderosos del momento son descritos descarnadamente en los documentos secretos y confidenciales de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, que dedican especial atención al presidente del Gobierno y a los integrantes de sus dos círculos más próximos. En el primero, la legación estadounidense sitúa al vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba; al ministro de Fomento, José Blanco; al portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, José Antonio Alonso, y al secretario general de la Oficina del Presidente, Bernardino León, al que llaman “el chico de oro del Gobierno”. En el segundo mencionan al “impredecible” Miguel Ángel Moratinos, ex ministro de Exteriores, a la “inmadura” Carme Chacón, ministra de Defensa, y al embajador en Estados Unidos, Jorge Dezcallar.

La embajada no incluye en esos grupos a los ex vicepresidentes María Teresa Fernández de la Vega o Pedro Solbes, a los que presta escasa atención. A la primera la describe el anterior embajador Eduardo Aguirre como “solvente lugarteniente” de Zapatero, quien “ya no tiene lealtad personal” hacia ella y la dejará caer “en el momento en que deje de serle útil”, quizás en la siguiente crisis de Gobierno (informe “secreto” del 21 de enero de 2009). [Fue relevada el pasado septiembre].

De Solbes, Aguirre cuenta que se vio con él el 17 de julio de 2008 y que admitió estar “un poco cansado”. Cuatro años antes, en un encuentro con empresarios en la embajada el 6 de julio de 2004, el entonces vicepresidente económico, “muy popular entre los hombres de negocios”, se quejó del escaso control del gasto en las autonomías: “Legislamos con responsabilidad a su favor y ellos nos piden dinero”. [Solbes dejó el Gobierno en abril de 2009].

Sobre Zapatero, la embajada hace descripciones si algún alto cargo visita España, cuando se producen crisis de Gobierno o a raíz del relevo del embajador. En junio del año pasado, el actual embajador, Alan D. Solomont, informa a Washington de que este es el panorama que en su visita a Madrid encontrará Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional (informe “secreto” del 26 de junio de 2009): “Tras un año de noticias peores que las previstas en el terreno económico, se han extendido las críticas a Zapatero y su equipo económico por minusvalorar las dificultades y no haber sido capaces de cambiar la tendencia”.

Cinco meses antes, el embajador Aguirre describía así al presidente en otro informe “secreto”: “Zapatero es un político astuto con una asombrosa habilidad, como un felino en la jungla, para oler las oportunidades o el peligro. Es peligroso minusvalorarle, como muchos de sus enemigos pudieron comprobar demasiado tarde. Al tomar decisiones y formular su política, apela a su audiencia interna, especialmente a los votantes de fuera de Madrid, a cuyos habitantes ve como gente aislada en sus asuntos y alejados de las preocupaciones y opiniones de la mayoría de españoles. Él se dirige más al gallinero que a los de la primera fila. Pelea continuamente por el apoyo de uno o dos millones de votantes indecisos o abstencionistas. No hay un solo tema en el que Zapatero sacrifique su punto de vista; siempre pone sobre la mesa todas las opciones para conseguir sus objetivos políticos a corto plazo” (frase ya incluida en el informe de junio de 2009).

“Zapatero se ha enfrentado a un tortuoso aprendizaje de la política exterior, pero ha desarrollado una amplia visión estratégica para detectar las consecuencias en las interrelaciones y la causa/efecto de las acciones de su Gobierno. Hoy está bien informado de los temas. Es brillante y consigue lo mejor incluso de los detractores que le minusvaloran”.

“No es un político de convicciones políticas, pero sin duda comprende a los españoles y apoyará cualquier política que les resulte atractiva, convenga o no a los intereses de Estados Unidos”.

“No tiene una mala disposición hacia el Gobierno de EE UU de manera innata. Para él, la política exterior se subordina a los intereses políticos internos y la relación con Estados Unidos no es sino otro elemento más que debe ser contemplado según las circunstancias de cada momento. Hay en España una ola de buenos deseos con Obama [elegido dos meses antes], que es la respuesta a las oraciones de Zapatero para permitirle una relación más estrecha con el Gobierno de EE UU sin que le perjudique ante su base electoral, que tradicionalmente tiene un sentimiento antiamericano”.

“La mejor manera de interactuar en las reuniones con él es ser amable y relajado y estar dispuesto a alguna broma en el inicio. El embajador aconseja hacerle preguntas abiertas y permitirle soltar lo que tiene en la cabeza”.

“Está bien preparado en los temas fundamentales. Le gusta el diálogo y el intercambio de ideas. Lleva mal que le den clases de algo, y cortará la conversación si percibe que eso ocurre. No se le debe arrinconar políticamente ni hacerle emboscadas en público. Dale espacio y escuchará tus ideas. Si hay diferencias, mejor discutirlas a puerta cerrada. Conviene tener líneas abiertas con su equipo, que tiene acceso a él en todo momento. El Gobierno de EE UU tiene que mantener y cultivar más el acceso a las personas que tienen contacto con Zapatero”.

“Tiene sus propios consejeros y raramente consulta asuntos claves con sus subordinados. Al haber crecido su autoestima con la permanencia en el poder, lo hace con menos frecuencia y solo con un selecto círculo de tres consejeros [se refiere a José Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Alonso], además de León [Bernardino León, secretario general de la Oficina del Presidente]”.

Al hilo de la visita a Madrid en junio de 2007 de la secretaria de Estado de la época, Condoleezza Rice, el embajador Aguirre destaca de nuevo el escaso interés del presidente por la política internacional. “Zapatero actúa de cara a una base de izquierdas y pacifista, y utiliza la política exterior para ganar puntos en política interior más que para prestar atención a prioridades de la verdadera política exterior o participar en objetivos estratégicos más ambiciosos”.

Tres años y medio antes de esa detallada descripción, la embajada se declaró “sorprendida” el 7 de abril de 2006 cuando Zapatero nombró a Alfredo Pérez Rubalcaba ministro de Interior en lugar de José Antonio Alonso, quien pasó a ministro de Defensa en sustitución de José Bono. “Zapatero ha colocado a dos aliados clave mientras sigue con su estrategia sobre ETA tras el alto el fuego”, comunica la embajada. “Rubalcaba ha sido el verdadero cerebro en esa política y, al situarlo al frente de Interior, lo refuerza en tal papel y le da la autoridad para desarrollar esa estrategia, a la vez que se asegura el control de las acciones policiales anti-ETA”. De paso, Zapatero “consolida su control sobre el Gobierno y el PSOE” (informe “confidencial” del 7 de abril de 2006). Para la embajada, esa estrategia con ETA “está sin duda encaminada a ganar las siguientes elecciones por mayoría absoluta”.

Al situar a Alonso en Defensa, agrega el documento, se desprende de Bono, “rival de Zapatero”, “lo que contribuyó a su salida del Gobierno”.

Cuando Rodríguez Zapatero llevaba un año en La Moncloa, Aguirre, recién nombrado entonces embajador en Madrid, señalaba en un informe “confidencial”: “Zapatero asume ahora que la opinión pública española cree que sus líderes políticos deben mantener unas buenas relaciones con EE UU. Tras su primer año en el cargo ha tenido que mejorar el tono y la sustancia de las relaciones EE UU-España, aunque aún mantiene una línea, políticamente aceptable, de criticar las políticas estadounidenses como parte de un papel que él denomina de aliado leal”.

JUAN CARLOS I

“El Rey puede ser un formidable aliado”

“El Rey tiene una buena disposición hacia EE UU, pero siempre actuará en beneficio de lo que él perciba que son los mejores intereses de España”, cuenta en enero de 2009 el entonces embajador, Eduardo Aguirre, para redactar una especie de testamento de despedida tras pasar cuatro años en ese puesto. “Donde los intereses de España y EE UU coinciden, el Rey puede ser un formidable aliado”.

“En las reuniones”, narra Aguirre en ese documento “secreto”, “el Rey intentará cautivar a sus interlocutores rebajando el nivel de formalidad y protocolo para hacerles sentirse cómodos, para así tratar de llevar las riendas de la relación. Lo mejor es ponerse a la altura de la jovialidad y el tono de broma y no sentirse intimidado por su aura. Si le replicas con jovialidad y algún juego de palabras, te ganarás su respeto”.

“El Rey tiene una relación respetuosa con Zapatero y se comunican bien. Zapatero le consulta y le informa de vez en cuando y el Rey no tiene problemas en decirle lo que piensa, pero no le da consejos. El Rey es selectivo cuando quiere que el Gobierno haga algo; lo comunica de forma discreta a través de Zapatero o su Gabinete. Tiene influencia real sobre Zapatero cuando quiere utilizarla. Por ejemplo: el embajador está convencido de que el Rey -pese a las objeciones del ministro de Exteriores- promovió el nombramiento de Dezcallar como embajador en EE UU. El embajador lo cree, en parte, porque el Rey mencionó a Dezcallar como el enviado a Washington seis meses antes de su nombramiento. El embajador cree que don Juan Carlos eligió a Dezcallar porque considera que hará lo mejor para España en el puesto. También ayuda el hecho de que le cae bien Dezcallar y que este tiene un grado de lealtad personal con el Rey”.

[Jorge Dezcallar, de 65 años, fue nombrado en julio de 2008 embajador de España en Estados Unidos. En 2001, con el Gobierno del PP, fue nombrado director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y en 2004 fue sustituido por Alberto Saiz, hombre de confianza de José Bono, nombrado ese año ministro de Defensa].

JOSÉ BLANCO, ministro de Fomento

“No es fiable. No mira a los ojos”

“Zapatero le consulta los temas políticos. El embajador describe a Blanco como un elemento muy importante en la ecuación para mantener unas fuertes relaciones bilaterales. Debe mantenerse el contacto con él para continuar enviando mensajes a Zapatero”, se dice textualmente del actual ministro de Fomento en un informe de enero de 2009, cuando el embajador Eduardo Aguirre está a punto de dejar el puesto.

“Sin embargo”, añade el documento secreto, “Blanco ha dejado un mal sabor de boca a algunos interlocutores americanos en el pasado, para los que era especialmente una persona no fiable. Blanco tiene una indefectible idiosincrasia particular: no mira a los ojos de sus interlocutores cuando estrecha la mano. Más aún: tiene fama de ser muy rudo en temas políticos, algo con lo que aparentemente disfruta”.

Cuatro meses después, en mayo del año pasado, y ya con Alan D. Salomont al frente de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, un informe de la legación diplomática destaca que Blanco “ha sido muchas veces crítico con EE UU y la guerra de Irak [el embajador Aguirre se quejó en 2007 por ello directamente a La Moncloa], y frecuentemente habla así para las bases del PSOE”. “Sin embargo, es gran admirador de Obama y a veces intenta demostrar que es una persona cercana a la Administración americana”.

“Se interesa mucho por tener una buena cobertura mediática”, agrega ese documento.

MIGUEL Á. MORATINOS, exministro de Exteriores

“Es dado a gritar a los embajadores”

Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores entre 2004 y 2010, no goza de la simpatía de EE UU. “No es el más brillante miembro del Gabinete, pero sí un gestor responsable al que debería tomarse en serio. Es bienintencionado, aunque egoísta”, destaca de él el informe “secreto” de enero de 2009 previo a la marcha del embajador Aguirre. “Su lealtad es con España, más que con Zapatero o con su propia carrera. Se siente motivado de forma idealista para hacer lo correcto. El embajador desprecia las especulaciones de hace tiempo de que Zapatero prescindiría de él” [no fue relevado hasta septiembre de 2010].

“En las reuniones”, se cuenta en el informe, “Moratinos intenta a menudo abrumar o mostrarse bravucón con sus interlocutores, en un intento por establecer una posición negociadora superior. Moratinos es dado a gritar a los embajadores extranjeros y castigarlos a la menor oportunidad para ponerlos en su sitio. Es una táctica que ya ha provocado que muchos embajadores se fueran con el rabo entre las piernas”.

“Moratinos”, añade el documento, “tenía una admiración profesional muy estimable por Condoleezza Rice, cuya atención imploraba y cuya aprobación buscaba”. Con motivo de una visita de Rice a Madrid en junio de 2007, Aguirre elabora un documento “confidencial” previo en el que califica a Moratinos de “ministro impredecible que se considera a sí mismo puente entre EE UU y Estados complicados como Siria, Cuba, Irán y algunos elementos palestinos”.

En noviembre de 2008, y ante cinco congresistas, Moratinos se quejó de que Zapatero aún no hubiera visitado la Casa Blanca. Ya con Alan D. Solomont como nuevo embajador, ambos se reunieron el pasado 15 de enero en Madrid con el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, William Burns, y Moratinos les insistió en que “sería un desastre para el Gobierno de Zapatero” anular la cumbre UE-EE UU prevista durante el semestre de la presidencia española de la UE (informe “confidencial” del 19 de enero de 2010). Obama anuló esa cumbre, prevista para mayo en Madrid.

ALFREDO PÉREZ RUBALCABA, vicepresidente del Gobierno

“Muy capaz, serio, encantador; es el más impactante miembro del Gobierno”

El 9 de junio de 2009, la embajada informó del viaje que el entonces ministro de Interior y hoy vicepresidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, preparaba para el 23, 24 y 25 de ese mes a Washington. “Rubalcaba es muy capaz y serio, y también encantador”, dice el informe. “Es el más impactante miembro del Gobierno Zapatero y resulta un aliado muy útil y poderoso. Su influencia excede los parámetros normales de su ministerio”. Y añade: “Es conocido por su inteligencia, discreción, laboriosidad, cuidadoso con los detalles y gran negociador”. “Es uno de los dos o tres personajes a los que Zapatero consulta antes de tomar decisiones importantes, y no solo sobre asuntos que le competen directamente como ministro”.

“Es un valioso contacto de la embajada, que lo considera accesible y eficaz a la hora de conseguir cosas a nuestro favor”. En el mismo informe “confidencial”, la embajada recomienda a los interlocutores de Rubalcaba en EE UU que le presionen para que envíe guardias civiles y/o policías a Afganistán.

La embajada insiste en varios de sus documentos clasificados en que Rubalcaba es un hombre con gran ascendencia sobre Zapatero y, en enero de 2009, se relata en un informe “secreto” que el entonces ministro “encabeza la lista hecha por el embajador de los políticos más destacados”. “El embajador cree que [Rubalcaba] se ve a sí mismo como la persona más inteligente del Gobierno, pero sin sentir chulería por ello. Es lo bastante listo como para saber que necesita al Gobierno americano en temas de antiterrorismo y, por ello, se ha mostrado cooperador con los interlocutores americanos. Rubalcaba es inmejorable como apagafuegos, pero también es consciente de la falta de cooperación en su ministerio entre la Policía Nacional y la Guardia Civil”.

“Rubalcaba siente el peso del poder y busca una oportunidad para dejar el ministerio y quizás el Gobierno, sugiere el embajador. Rubalcaba, cuya mujer parece que quiere que lo deje, se toma a pecho la muerte de españoles. (...) Le dijo al embajador que quería dejarlo a principios de 2008, al acabar la primera legislatura, pero que lo calculó mal y que le informó a Zapatero demasiado tarde. Es extremadamente leal a Zapatero, que cree que le necesita y que le pondrá difícil su dimisión”.

“El embajador recomienda que Rubalcaba, muy accesible para la embajada a pesar de su apretada agenda, siga siendo un contacto que el Gobierno americano cultive tanto si permanece en su puesto como si no, porque en cualquier caso seguirá siendo un importante actor en la política española”.

Seguramente porque se siente bien recibido y en confianza, Rubalcaba se muestra en ocasiones muy sincero en sus encuentros con los americanos. En una reunión con congresistas estadounidenses en Madrid en noviembre de 2008, el entonces ministro de Interior señaló, siempre según la embajada: “Afganistán está yendo hacia atrás militar y socialmente” y las fuerzas internacionales son vistas “como invasores” por los afganos. “Los aliados deben cambiar su estrategia para no repetir la experiencia soviética en Afganistán”, agregó.

El encuentro con esos congresistas se produjo solo 10 días después del triunfo electoral de Obama, y Rubalcaba expresó su deseo de que el nuevo presidente de EE UU visitase pronto España, algo que aún no se ha producido. Miguel Ángel Moratinos, entonces ministro de Exteriores y presente en el mismo encuentro, se quejó: “¿Cómo es posible que el presidente de Uzbekistán haya visitado la Casa Blanca y no lo haya hecho el presidente de España?”.

En otro informe “no clasificado-de exclusivo uso oficial” del 19 de mayo de 2008, después de formarse el nuevo Gobierno tras la segunda victoria electoral de Zapatero, se dice sobre Rubalcaba y Blanco: “Dentro de la estructura del PSOE, Rubalcaba no es muy cercano a Blanco, y sus relaciones pueden ser tensas. Algunos aseguran que Rubalcaba es el lord del Gobierno mientras que Blanco es el lord del partido.

La percepción que la embajada tiene sobre Rubalcaba ha variado en los últimos años. En abril de 2006, cuando fue nombrado ministro de Interior, decían de él en un documento “confidencial”: “Rubalcaba no es conocido como amigo de Estados Unidos”.

CARME CHACÓN, ministra de Defensa

“Joven e inexperta, pero sería un error minusvalorarla”

“Es lista y se ha ganado suficiente respeto para ser una eficaz ministra de defensa”, destaca la embajada en un documento de enero de 2009 cuando Carme Chacón llevaba ocho meses en el cargo. “Se ha convertido en un verdadero activo de Zapatero porque ha vendido bien su gestión. Sin embargo, es inmadura políticamente, se centra demasiado en los pequeños detalles -como la falta de paridad en las relaciones bilaterales en defensa o dando a entender que tiene que ser tratada con más deferencia- y no se centra en cuestiones de más largo alcance como los sistemas de armas”.

“No es muy orgullosa, pero sí tiene el típico orgullo español. El embajador cree que el Gobierno americano no la va a cambiar, por lo que habrá que adaptarse y trabajar con ella. Está desarrollando su sensibilidad política y tendrá un peso importante en política en los próximos años. El embajador augura que crecerá en su cargo y recomienda a los futuros interlocutores americanos que la traten con la vista puesta en el futuro”.

El embajador también subrayó que Chacón se da cuenta de que toda la atención mediática que recibió cuando se convirtió en ministra de Defensa puede ser un arma de doble filo. A la primera cobertura favorable, cuando pasó revista a las tropas embarazada, ha seguido otra negativa, aunque irrelevante, como cuando vistió un esmoquin en una festividad militar. [Fue en los actos de la Pascua Militar del 6 de enero de 2009].

Un mes antes, el 5 de diciembre de 2008, la embajada alertó en otro informe “confidencial” que no había que echar en saco roto las inesperadas pretensiones de Chacón de elevar a la categoría de tratado el Convenio de Cooperación de Defensa entre EE UU y España. “Intentamos que este asunto quede fuera del radar de los medios de comunicación”, avisa la Embajada a Washington. “Chacón es joven, inexperta en temas de defensa, pero sería un grave error minusvalorarla o no responderle adecuadamente en este asunto”. “Sospechamos que Chacón ha calculado que un tratado refuerza el estatus de España y el de ella misma”. “Se rumorea”, agregaba el documento, “que Zapatero se plantea no ser candidato en 2012 y que pretende que Chacón sea su sucesora. Sea cierto o no, Chacón es una pieza poderosa”.

El 23 de septiembre de hace dos años, el ministro consejero y número dos de la embajada, apellidado como la ministra [Arnold Chacon] se entrevistó con Luis Cuesta, secretario general de Defensa, y contó tras el encuentro: “La ministra nos ha impresionado en sus primeros meses al frente de Defensa como una persona seria que quiere trabajar con EE UU. Las dudas sobre ella aireadas por algunos de nuestros contactos militares -demasiado joven, demasiado inexperta- han desaparecido. Chacón y su marido, un exdirector de comunicación de Zapatero [Miguel Barroso, ex secretario de Estado de Comunicación], son personas muy próximas a Zapatero” (informe “confidencial” del 25 de septiembre de 2008).

Al embajador Aguirre le impresionó el gesto de Chacón de organizar un desayuno con él el 10 de junio de 2008 cuando la ministra estaba de baja maternal tras haber dado a luz el 19 de mayo. “Chacón se describió como amiga de EE UU”. Aguirre le regaló para su hijo un peluche que representaba el águila calva del escudo oficial de EE UU (documento “confidencial” del 18 de junio de 2008).

En otro informe “no clasificado” del 19 de mayo de 2008, solo un mes después de su nombramiento, se dice de Chacón: “Chacón no tiene experiencia en temas militares, pero Zapatero la considera una buena gestora”.

ESPAÑA

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