Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


EL «SER SUPERIOR»

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EL «SER SUPERIOR»

Florentino Pérez, empresario madrileño nacido en 1947, accedió a la presidencia del Real Madrid en 2000, con una apretadísima diferencia -unos 3.000 votos- sobre el otro candidato, Lorenzo Sanz, que optaba a la reelección. Anteriormente, en 1995, Florentino había disputado la presidencia a Ramón Mendoza, con quien perdió, también por un escaso margen de votos.

Una vez elegido presidente, Florentino Pérez multiplicó la proyección internacional del Real Madrid, universalizando el club hasta límites nunca alcanzados. En el año 2004 fue reelegido presidente de forma abrumadora, con el 94,2 por ciento de los votos. Esta primera etapa concluyó de forma abrupta el 27 de febrero de 2006, cuando dimitió de su cargo. La segunda época de Florentino al frente del club se inició el 1 de junio de 2009, fecha en la que volvió a acceder a la presidencia.

Su irrupción en el mundo del fútbol no sólo transformó y modernizó las estructuras del Real Madrid, sino que dio paso a un nuevo modelo de dirigentes futbolísticos muy similares a su perfil. Esto le generó algunos generosos apodos, aunque de ellos el que más caló fue el de «Ser Superior». Quien así le bautizó fue Emilio Butragueño, el 27 de enero de 2005, durante una intervención en el Foro de la Fundación Ferrándiz. El mito del madridismo dijo textualmente: «Florentino es un ser superior». Y la definición dio enseguida la vuelta al mundo. Butragueño continuó su alocución explicando que «estar cerca de él es una enseñanza diaria. Como todos aquellos que tienen éxito es una persona muy persistente. Es un líder y está acostumbrado a mandar. Para mí la bondad del modelo es notable, me parece muy plausible. Claro que, dentro de eso, hay que lograr un equi po que gane». A partir de ese día Florentino quedó bautizado como el Ser Superior.

AQUELLA FINAL DE COPA CONTRA EL CASTILLA

El 16 de diciembre de 1930 se creó el Plus Ultra por la compañía de seguros del mismo nombre. Años después, en la temporada 1946-1947, bajo la presidencia de Antonio Borrachero, madridista acérrimo, le ofrece el Plus Ultra a Santiago Bernabéu para que sea el equipo nodriza del Real Madrid. El acuerdo resulta sencillo con estas dos condiciones: el Madrid tendrá derecho a utilizar los jugadores del equipo «asegurador» cuando lo estime conveniente y el Plus Ultra recibirá ayuda económica y deportiva del club madridista.

Al finalizar la temporada 1971-1972, la compañía de seguros decidió que el «Plus» desapareciera. El Madrid, tras negociar y adjudicarse los derechos, creó el Castilla Club de Fútbol, como segundo equipo de la entidad, el 21 de julio de 1972. El nombre se lo puso Santiago Bernabéu, en memoria de aquel Castilla C.F que apareció en la temporada 1931-1932, compuesto por jugadores del desaparecido Racing Chamberí, algunas figuras en ciernes del Madrid y varios futbolistas veteranos del fútbol madrileño.

Durante algunos años perdió su tradicional denominación debido a una modificación del Reglamento federativo y pasó a llamarse Real Madrid B. En 2005 recuperó su archifamoso apelativo para convertirse en el Real Madrid Castilla y retomar sus orígenes. La normativa, sin embargo, impedía que luciese su escudo propio, muy similar al del Real Madrid. Con las iniciales de «Castilla Club de Fútbol» y sin corona, en la actualidad lleva el mismo escudo que el primer equipo.

Sin duda el capítulo más brillante de la historia castillista llegó en la temporada 1979-1980, cuando el equipo se proclamó subcampeón de la Copa del Rey. Un hito inimaginable para cualquier filial e incluso para la inmensa mayoría de equipos de Segunda División. En aquel campeonato copero el Castilla se fue deshaciendo cronológicamente de Extremadura, Alcorcón, Racing de Santander, Hércules, Athletic de Bilbao, Real Sociedad y Sporting de Gijón (estos cuatro últimos equipos de Primera). De esta forma se plantó en la finalísima, que disputó… ante el Real Madrid. «Padre e hijo» frente a frente, con un abarrotado Santiago Bernabéu como escenario perfecto para rubricar aquella exaltación de madridismo. El resultado final fue un contundente 6-1 a favor del primer equipo, pero ni aquella goleada pudo borrar la magnífica e histórica campaña del Castilla.

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