Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


«ESTOY HARTO DE FÚTBOL»

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«ESTOY HARTO DE FÚTBOL»

Lo desveló David Espinar, el que fuera durante varios años director de comunicación de Ronaldo. El delantero brasileño fue uno de los primeros en conocer la intención de Zinedine Zidane de colgar las botas y retirarse. La confidencia se produjo en un hotel de Berlín donde ambos compartían habitación. Allí, en la privacidad de la estancia, el genial jugador francés le confesó al no menos genial jugador brasileño: «Estoy harto de fútbol». Con esta rotunda frase, compartida de forma cómplice a un compañero, Zizou tomaba la decisión, siempre dura y dolorosa para un jugador, de dejar el fútbol.

LA SERENIDAD DE RAÚL

La fecha del 29 de octubre de 1994 está enmarcada en rojo en el calendario histórico del Real Madrid. Fue el día en que debutó Raúl, uno de los jugadores más sobresalientes que ha dado el fútbol español. Jorge Valdano, por entonces entrenador del conjunto blanco, decidió que aquel ambicioso jovencito de diecisiete años que había deslumbrado con sus goles en todas las categorías inferiores, estaba ya listo para dar el salto al primer equipo.

El Madrid se enfrentaba ese sábado al Zaragoza en La Romareda, y el día anteriorValdano incluyó el nombre de Raúl en la convocatoria. Al padre del muchacho casi se le cae encima la sopa que estaba comiendo cuando su hijo llegó a casa y les dijo que iba a jugar con el primer equipo. Había llegado el momento tantas veces soñado. Al día siguiente, camino de la capital aragonesa, Jorge Valdano barruntaba en silencio cómo estaría asimilando el joven «Rulo» esa situación tan impactante. El técnico se preguntaba si los nervios podrían estar atenazando al chico, que tal vez estuviera hecho un flan en ese momento, camino del imponente momento de su debut. Por eso decidió levantarse e ir a la parte de atrás del autocar para ofrecerle toda la tranquilidad necesaria. Pero cuando llegó al asiento de atrás, lejos de encontrarse con un chaval comiéndose las uñas de los nervios, observó cómo Raúl dormía placidamente recostado sobre la butaca. Tan sereno y tan tranquilo. Aquella imagen convenció aValdano de que había madera de gran futbolista en el bueno de Raúl.

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