Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


EL TRANSITADO PUENTE AÉREO

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EL TRANSITADO PUENTE AÉREO

A pesar de la arraigada rivalidad deportiva, la historia de Real Madrid y Barcelona está enlazada no sólo de enfrentamientos deportivos, sino también de jugadores que a lo largo de su carrera defendieron las dos camisetas. Esta característica, no siempre bien entendida por los aficionados, se ha dado con una frecuencia bastante alta en la centenaria vida de ambos equipos. Futbolistas de diferentes condiciones han deleitado primero a los seguidores del Camp Nou y después a los del Bernabéu, o viceversa, con su profesionalidad por bandera. Algunos de ellos no tuvieron nada fácil el tránsito a través de este imaginario puente aéreo futbolístico.

El caso de Figo es el más paradigmático: el portugués se comprometió con Florentino Pérez, entonces candidato a la presidencia del Real Madrid, tal vez pensando que el aspirante nunca ocuparía la poltrona blanca, en cuyo caso el futbolista sería recompensado con una suculenta indemnización. Pero Florentino ganó las elecciones y Figo acabó aterrizando, ciertamente abrumado, en el Bernabéu. La afición culé nunca le perdonó su marcha al eterno rival, algo que se palpó de forma evidente la primera vez que el portugués volvió al Camp Nou. Una constante e histórica pitada acompañó cada jugada de Figo.Además fue «obsequiado» con todo tipo de objetos lanzados desde la grada cada vez que tiraba un córner, entre ellos la famosa cabeza de cochinillo que merece capítulo propio.

Pero Figo no fue el primer ni el último futbolista en cambiar la capital por la Ciudad Condal o viceversa. Hasta ahora esta situación se ha vivido un total de 28 ocasiones. Desde Albéniz, que fue el primero allá por 1911, hasta Saviola, el último caso, en 2007.

DE BARCELONA A MADRID…

Profesionalmente, José Samitier Vilalta fue el primer valiente que se atrevió a tomar el puente aéreo futbolístico desde Barcelona a Madrid para cambiar la elástica azulgrana por la blanca. Samitier inició una relación de nombres que hasta la fecha tiene en Saviola al último exponente. En total quince han sido los jugadores que primero deleitaron al Camp Nou y después al Santiago Bernabéu. Cabe destacar que la mayoría de ellos hicieron un trasbordo previo en otro equipo antes de recalar en el conjunto blanco. La «plantilla» completa la forman: Samitier, que aterrizó en Madrid en 1932, Joaquín Navarro (1949), Alfonso Navarro -hermano del anterior(1950), justo Tejada (1961), Evaristo Macedo (1962), Ferdinando Goyvaerts (1966), Bernd Schuster (1988), Luis Milla (1990), Nando Muñoz (1992), Miquel Soler (1995), Michael Laudrup (1996), Luis Figo (2000), Albert Celades (2000), Ronaldo (2002) y Javier Saviola (2007).

… Y DE MADRID A BARCELONA

El trayecto contrario, con origen en Madrid y destino en Barcelona, también se ha repetido con frecuencia. Trece veces en concreto. Al igual que en el caso de los barcelonistas, la mayoría de los aterrizajes blancos en la Ciudad Condal estuvieron precedidos de un equipo que sirvió de puente para que el cambio no fuera tan traumático. Mariano García Puerta fue el primer madridista que decidió cambiar de aires y vestir de azulgrana. Samuel Eto'o es hasta ahora el último de la relación. Entre ambos, un nutrido ramillete de futbolistas.

Ésta es la lista completa: García Puerta (1935), Juan Marrero, «Hilario» (1939), José Canal (1946), Jesús Pereda (1961), Lucien Müller (1965), Amador Lorenzo (1980), Luis Enrique Martínez (1996), Julen Lopetegui (1994), Gica Hagi (1994), Robert Prosinecky (1995), Alfonso Pérez (2000), Dani García Lara (1999) y Samuel Eto'o (2004).

«HOMBRE, NO NOS HUNDA. NO DIGA QUE LA CIUDAD LINEAL ESTÁ LEJOS»

El campo de la Ciudad Lineal, a pesar de la comodidad de las gradas y de jugar sobre el césped, empezó a ser deficitario para el club. El éxodo de aficionados fue notorio y las taquillas se resintieron.Y es que desplazarse al velódromo era una pequeña odisea. Había que coger un tranvía hastaVentas y allí enlazar con otro de color amarillo. En un lento recorrido llegaba hasta la Ciudad Lineal. Los tartaneros de las Ventas, que subían habitualmente hasta el cementerio de La Almudena, cobraban 1 peseta por persona por el traslado al nuevo campo del Madrid, precio que la mayoría de los socios madridistas y aficionados al fútbol consideraban elevadísimo.

Pedro Parages negoció con los propietarios del recién inaugurado Stadium Metropolitano la posibilidad de que el Athletic Club y el Real Madrid jugaran en el mismo campo, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto y la entidad madridista decidió afrontar la aventura de construir su propio terreno.

El presidente del Madrid habló con Carlos Soria, uno de los patronos del campo de la Ciudad Lineal, y le comentó que el taquillaje se había reducido de manera considerable, que los madridistas se quejaban de lo lejos que estaba el velódromo y que en un año aproximadamente el club tendría su propio estadio. Soria, tras escucharle, se dirigió a Pedro Parages y, malhumorado, le dijo: «¡Hombre, don Pedro, no nos hunda! ¡No diga usted que la Ciudad Lineal está lejos!».

11-1. LA MAYOR GOLEADA DEL MADRID AL BARCELONA

Las semifinales de la Copa del Generalísimo de 1943 provocaron otra trifulca más entre el Real Madrid y el Barcelona, a la que se añadió la dimisión de los presidentes de ambos clubes: Antonio Santos Peralba, el del Madrid, y el marqués de la Mesa Alta, de la entidad azulgrana. Meses después, el 15 de septiembre de 1943, empezó la etapa de Santiago Bernabéu como máximo rector de la institución madridista.

En un clima hostil, el 6 de junio de 1943 se jugó el primer envite en Les Corts. El partido se caracterizó por la dureza de los dos equipos que el árbitro, Fombona, no supo cortar ni contener. Valle, apenas rebasada la primera hora, puso en ventaja a los barcelonistas. Cuando se consumían los últimos segundos del primer tiempo, Fombona anuló un gol a Barinaga porque, según la versión del árbitro, había pitado el final de la primera parte cuando el balón iba por el aire. En el segundo tiempo, con los ánimos más serenados, un gol de Sospedra y otro de Escolá grabaron en el marcador un 3-0 inmerecido.

El ambiente que se creó la víspera del partido de vuelta no estaba contemplado en la tolerancia de aquellos tiempos. El club madridista comprobó que en la verbena de san Antonio y en los aledaños del campo se vendían pitos para recibir al Barcelona. Ante el cariz de los acontecimientos, la directiva del Madrid emitió un comunicado oficial el día del partido (13 de junio de 1943) que decía lo siguiente:

Alrededor del partido del domingo se ha creado un ambiente de pasión que creemos es nuestro deber contribuir a encauzarlo. No estimamos puntualizar lo ocurrido en Barcelona por haberlo explicado suficientemente la prensa, pero cuanto más incorrecta o equivocada es la actitud de un público, menos deportivo es tratar de imitarla.Y conste que esto no quiere decir que tratemos de refrenar el entusiasmo de los aficionados madrileños, cuyo apoyo tantas veces hemos echado de menos. Únicamente queremos prevenirles para que no se dejen arrastrar a incorrecciones que sólo podrían perjudicar al Real Madrid y al buen nombre del público de la capital de España.

La afición no se enteró o no quiso enterarse del comunicado y al aparecer en el campo el equipo azulgrana fue saludado con una pita monumental. El Madrid sacó de la chistera un fútbol mágico, al mismo tiempo que destapaba el frasco de sus esencias, y vapuleó a un Barcelona que, cabizbajo y meditabundo, se fue al descanso con ¡8! goles en sus alforjas: tres de Pruden, el mismo número de Barinaga, uno de «Chus» Alonso y otro de Alsúa I.

En el segundo tiempo bajó el ritmo de juego y la calidad. Tras conseguir el citado Alonso el noveno tanto, entre encendidos aplausos el público pedía más goles. Botella logró el décimo y Pruden el décimo primero. Con el 11-0 en el prehistórico marcador, casi en el último suspiro del partido Martín conseguía el solitario gol de los barcelonistas. El 11-1, la mayor goleada del Madrid al Barcelona, pasó a los anales de la historia.

El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol sancionó con 2.500 pesetas de multa a los dos clubes basándose en el comportamiento incorrecto del público en Les Corts y en Chamartín.

«¡PENSÉ QUE ME QUEDABA SIN CARTONES PARA PONER EL RESULTADO!»

Veinticuatro horas después del partido, en Gol, el responsable del marcador de Chamartín, Basilio de la Morena, rememoró aquel aluvión de goles. Basilio trabajaba como mecánico ajustador, pero llevaba dieciséis años al servicio del Madrid haciendo labores en el campo de Chamartín. De sus manifestaciones a Gol entresacamos estas palabras:

«Aquel 11-1, el día de la semifinal del Barcelona, casi termina con mi oficio en el Madrid. Por la experiencia que ya tenía sabía el tanteo aproximado que suelen darse en los partidos, gol más o menos, y por eso sólo subo los números que espero voy a precisar. Lógicamente, cuando el Madrid juega en su campo le adjudico mayor numeración. El día del 11-1 me dio por llevar al pie del marcador 5 goles para cada equipo y… ¡me quedé corto!

»En una semifinal de Copa no se puede esperar una sorpresa tan grande o tan elevada. Y claro, tuve que ir echando mano de los cartones 6 y 7 para de dos en dos llegar hasta el famoso 11. ¡Qué carreras me di! Me vi negro para salir a bus carlos o encontrar a alguien que me los llevara al marcador. ¡Pensé que me quedaba sin cartones para poner el resultado!».

CERCA DE DOSCIENTOS JUGADORES DE LA CANTERA AL PRIMER EQUIPO

A la cantera del Real Madrid, con el inflexible paso del tiempo, se le ha llegado a denominar la «Universidad del Fútbol». La simiente que se echó allá por los años sesenta del siglo pasado arraigó con fuerza gracias al desvelo, entusiasmo y esfuerzo de cuatro empleados del club que se dedicaron en cuerpo y alma a las categorías inferiores. Uno de ellos, José Alberto García Collado, leyenda viva de la entidad, se jubiló en 2007 como jefe del Departamento Administrativo de Fútbol, dejando atrás cuarenta y nueve años de una entrega encomiable. Al rememorar las vivencias acumuladas durante tantos años hay veces que José Alberto se emociona. Como, por ejemplo, cuando ingresó en el club:

«Entré a trabajar en el Madrid como botones en el desaparecido Frontón Fiesta Alegre el 14 de mayo de 1958. Mi primer sueldo fue de 750 pesetas al mes. Al minuto de estar en el club lo primero que me exigieron fue lo que mis padres, Josefa y Emiliano, no pararon de repetirme desde que tuve uso de razón: amor al trabajo, respeto a las personas, honradez, sencillez y humildad.Valores que inculcábamos a todos los chavales que pasaban por la cantera. Es más: el lema del Madrid en este sentido era primero formar a los chicos como personas y después como jugadores.

»Tras un pequeño intervalo trabajando en la piscina del estadio me pasaron a la Sección de Fútbol. En un despacho de 4 metros cuadrados estábamos Miguel Malbo, el jefe; José Luis Ajenjo, «el cerebro», y yo. Dos años después se incorporó jesús García. Sin tardar mucho nos convertimos en cuatro fanáticos soñadores de la cantera madridista, en la que Malbo y Ajenjo ponían la música y jesús y yo la letra. Hay que recordar también a José Emilio Santamaría, Luis Molowny yVicente del Bosque, que también estuvieron al frente de la cantera del Madrid, sin olvidar a los muchos técnicos que se preocupaban al máximo de los chicos, como Basilio Pozo, José Luis Rodríguez Laborda, Fernando Valls… El futbolista era el que decidía su futuro, si valía. Nuestra obligación se limitaba a trabajar al máximo administrativa y deportivamente y que los chavales disfrutaran jugando al fútbol.

»A grandes rasgos calculo que por el Departamento de Fútbol, desde que empecé a trabajar en el club hasta que me jubilé, ha pasado medio millón de jóvenes para probar suerte en el Real Madrid. ¡Qué alegrón nos llevábamos cuando ese jugador de la cantera subía al primer equipo! Yo creo que, sin equivocarme mucho, desde 1960 a esta primaveral mañana de 2011 en la que hablamos, cerca de doscientos futbolistas que se forjaron en la cantera han subido al primer equipo. Estos jugadores han disputado el 25 por ciento de los minutos que el Madrid ha jugado a lo largo de todos los campeonatos de Liga. Asimismo, la aportación de la cantera del Real Madrid a otros clubes del fútbol español es incalculable.

»Lo que tampoco hay que olvidar, aparte del trabajo que realizábamos nosotros con niños y jóvenes, es que todos los presidentes, desde Santiago Bernabéu a Florentino Pérez, no han escatimado un duro para la cantera. A mí me da igual que se hayan hecho cuatro inmensas y maravillosas torres en la antigua Ciudad Deportiva, pero hay que reconocer que Florentino Pérez, para orgullo de todos los madridistas, ha levantado una Ciudad Deportiva en Valdebebas que, sin estar aún totalmente terminada, es la mejor del mundo».

EL PRIMER SUELDO DE CASILLAS: 200.000 PESETAS

Era un niño, como tantos otros, que llegó a la antigua Ciudad Deportiva del Madrid con la ilusión de superar la prueba e ingresar en las categorías inferiores. El chaval, Iker Casillas, aprobó el examen y demostró a su corta edad que tenía condiciones para llegar a convertirse en uno de los mejores guardametas del mundo, como ya lo acredita su trayectoria deportiva y un palmarés en el que seguirá batiendo marcas que serán dificiles de igualar.

Cuando jugaba en el equipo de cadetes le llamó Ramón Martínez, director de la Sección de Fútbol, para que se presentara en su despacho acompañado de su padre. Alberto García Collado fue testigo de cómo se desarrolló la escena del primer contrato que firmó Iker Casillas como jugador del Real Madrid y así nos lo refirió:

«El tema de Iker lo habíamos hablado en varias ocasiones. A este chaval hay que "atarle" porque como no lo hagamos algún espabilado se lo lleva a otro equipo. Recuerdo que llegó Casillas acompañado de su padre, don José Luis, y les recibió José Luis Ajenjo, jefe del Departamento de Fútbol. Ajenjo les mostró el contrato que se había decidido hacer al joven jugador. Cuando el padre vio la cifra, 200.000 pesetas anuales, exclamó: "¿Tan bueno es mi hijo?". Le dijimos que esa cantidad era para que su hijo cubriera los gastos de desplazamiento a la Ciudad Deportiva u otros relacionados con su actividad deportiva en el Real Madrid. Iker, casi sin pestañear, no dijo ni una palabra. Firmaron los dos el contrato con grandes muestras de agradecimiento».

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