Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


LA BODA DE RONALDO

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LA BODA DE RONALDO

El día de los enamorados de 2005 la actividad cotidiana del Real Madrid se interrumpió excepcionalmente ante un acontecimiento que traspasó fronteras: la boda de Ronaldo. Como es lógico los futbolistas suelen acompañar al compañero que se casa, pero los enlaces por lo general se producen cuando ha finalizado la temporada, no en mitad de la misma, como fue el caso. Además, los contrayentes -Ronaldo y Cicarelli- no eligieron un lugar cercano a Madrid, sino que optaron por la fastuosidad y excepcionalidad del castillo de Chantilly, a 35 kilómetros de París. Esto provocó una movilización sin precedentes de la plantilla del conjunto blanco, presidente incluido, que se desplazaron hasta la colosal mansión donde Moliére presentó su Tartufo y que ese 14 de febrero albergaría el «sí, quiero» del magnífico delantero brasileño. Un «sí, quiero», por cierto, con trampa, ya que en realidad fue un simulacro de boda, puesto que Ronaldo no tenía aún en regla los papeles de su divorcio con Milene Domínguez, la que fuera jugadora del Rayo Vallecano.

Entre los invitados que acompañaron a los novios estuvieron Florentino Pérez, Luis Figo, Roberto Carlos, Kaká, Cafú, Helguera, Solari, Butragueño… Todos ellos, junto con el resto de doscientos invitados, disfrutaron de un buffet informal a base de huevos con caviar, foie, carne y pescado. Como no podía ser de otra forma, al final hubo tarta nupcial, que partieron los novios en un pequeño escenario, el mismo al que se subieron Ronie y su amigo Javier Hidalgo para interpretar una canción junto al líder del grupo Maná, que sirvió de colofón a la velada.

CRISTIANO: EL PING-PONG PERDIÓ UNA ESTRELLA

La gran pasión secreta de Cristiano Ronaldo es el tenis de mesa, un deporte en el que se maneja casi con la misma destreza que en el fútbol. Incluso hubo un momento en el que el futbolista portugués tuvo que tomar una crucial decisión y optar entre seguir su camino como estrella futbolística mundial o inclinarse por el ping-pong de forma profesional. «Un día el entrenador del Tenis de Mesa Sporting me dijo: "Te he visto jugar y creo que puedes llegar a ser un buen jugador de tenis de mesa. ¿Quieres entrar en el equipo?". No logró convencerme, yo quería ser futbolista», explica el propio jugador en el libro Momentos. Como es evidente, nunca se ha arrepentido de haber elegido el fútbol en vez del ping-pong, aunque con su decisión este deporte perdiera a una estrella en ciernes.

El crack luso sigue divirtiéndose con las raquetas siempre que puede. Tiene instalada una mesa en su casa y desafía a todo el que se atreve. «Sin ser pretencioso, creo que lo hago bastante bien. Incluso aquellos que piensan que tienen una oportunidad contra mí, abandonan cuando se enfrentan a los hechos».

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