Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


OTRO PASILLO EN EL CAMP NOU

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OTRO PASILLO EN EL CAMP NOU

El relato anterior no corresponde al único pasillo brindado por los barcelonistas a los madridistas. Hubo otro, tiempo atrás, concretamente el 30 de abril de 1988, pero esta vez con el Camp Nou como escenario. En aquella ocasión toda la atención recayó sobre un jugador azulgrana, Bernd «Bernardo» Schuster, quien estaba a punto de tomar el puente aéreo para jugar como madridista y se despedía ovacionando a su nuevo equipo en uno de los extremos de dicho pasillo. Curiosidades del fútbol el propio Schuster dirigía desde el banquillo al Real Madrid veinte años después en el pasillo del Bernabéu.

«¿POR QUÉ TOMAN LA SOPA FRÍA?»

En el verano de 1971 el argentino Eduardo Anzarda se incorporó al Real Madrid. En la primera concentración con sus nuevos compañeros, a la hora del almuerzo, el jugador porteño se puso tan sonrojado como el gazpacho que les sirvieron. El camarero comenzó a echarle en el plato los habituales aditamentos: trocitos de pan, pimiento, tomate, cebolla… Anzarda, tras saborearlo, dejó la cuchara, miró perplejo a los tres comensales que le acompañaban y, sorprendido, dijo: «¿Por qué toman ustedes la sopa fría?».

Tras la serie de carcajadas que se escucharon en todo el comedor y después de explicarle lo que era el gazpacho, Eduardo matizó: «Es que este plato no se cocina en Argentina».

«USTED SIGA Y COJA AIRE. ¡MUCHO AIRE!»

En el estío de 1959, tras ser destituido Luis Carniglia, el magistral José Samitier cogió las riendas del Real Madrid. Por aquellas fechas era el secretario técnico de la entidad de Chamartín. En funciones de entrenador, Samitier viajó al frente del equipo en una gira por Europa y Latinoamérica. En la visita a la localidad ecuatoriana de Pichincha el técnico se desorientó. Quizá le afectó la altura, el asfixiante calor o vaya usted a saber qué. Lo cierto es que dejó boquiabiertos a los jugadores cuando decidió realizar un cambio.

En el banquillo, entre otros, estaban Manolín Bueno, «Chus» Herrera y el húngaro Kazsas. En el segundo tiempo el técnico ordenó a Kazsas que reemplazara a un compañero. A los dos minutos de estar en el campo, el balcánico se acercó a la banda y le dijo a Samitier: «Mister, no puedo más, estoy asfixiado». «Ya le he dicho, Manolo, que no saliera al terreno de juego tan rápido». Kazsas, atónito, le contestó: «Mister, si Manolín Bueno está sentado a su lado». «¡Pues es verdad!Yo más que asfixiado lo que estoy es despistado», agregó Samitier, quien remató su despiste diciendo: «Bien, bien, pero usted, Manolo, siga en el campo y coja aire. ¡Mucho aire». Kazsas le miró y le dijo: «De acuerdo, pero pida usted urgentemente una bolsa de hielo y se la pone en la cabeza».

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