Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


SR. D. PEDRO PARAGES DIEGO MADRAZO

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SR. D. PEDRO PARAGES DIEGO MADRAZO

Presidente del Madrid Football Club

A mediados de abril de 1931, con la instauración de la República, se eliminaron todos los símbolos de la realeza, lo que supone que el Madrid pierda la corona que en 1920 había obtenido y se añada al escudo una franja morada.

Años después, un Decreto-Ley de la jefatura del Estado fechado en 1940 y firmado por Franco, erradicaba el uso de extranjerismos en el fútbol español. Por ejemplo, Sporting, Athletic…, por los que algunos clubes y asociaciones deportivas tuvieron que modificar sus nombres. Un año más tarde, concretamente el 1 de enero de 1941, el Madrid pasó a denominarse oficialmente Real Madrid Club de Fútbol, fecha en la que recuperó la corona y se mantuvo la cenefa morada.

ENRIQUE FERNÁNDEZ, EL ÚNICO TÉCNICO QUE DIRIGIÓ AL BARCA Y AL MADRID

El técnico uruguayo Enrique Fernández ha sido el único entrenador que ha dirigido al Barcelona y al Madrid. Llegó a la enti dad de Chamartín en 1953, avalado por los dos títulos de Liga consecutivos (1948 y 1949) que consiguió al frente del equipo azulgrana. En la única temporada en que estuvo en el conjunto madridista (1953-1954) también se proclamó campeón de Liga, título que el Madrid llevaba sin conseguir desde 1933; es decir, desde hacía veintiún años.

EL PRIMER MADRID-BARCELONA DE LA HISTORIA

Los hermanos Padrós (Juan y Carlos) fueron los creadores del primer Campeonato de España. El 6 de marzo de 1902, fecha de la fundación del Madrid Football Club, Juan fue elegido presidente, cargo que asumió su hermano Carlos dos años después. El trofeo, una copa de plata realizada en los talleres del señor Marabini, lo donó Alberto Aguilera, alcalde de Madrid.

El 13 de mayo de 1902, en el antiguo hipódromo madrileño, que estaba situado en lo que actualmente son los Nuevos Ministerios, se jugó el primer partido oficial entre el Madrid y el Barcelona. Vencieron los azulgranas por 3-1, con goles de Steinberg (2) y Hans Gamper, fundador de la entidad barcelonista, mientras que el británico Arthur Johnson lograba el del honor madridista.

La víspera del partido se trabajó a destajo para que no faltara el más mínimo detalle. Se limpió el recinto hípico cuidadosamente, se midieron y señalaron con cal los límites del terreno de juego y las áreas respectivas, se instalaron las porterías y se dispuso de una serie de inyecciones contra el tétanos por si eran necesarias durante el transcurso del encuentro.

Asistieron al partido, según el Heraldo del Sport, cerca de 2.000 personas, y se instalaron 200 sillas junto al improvisado terreno de juego que un tal Paúl Serafin alquiló en El Rastro matritense.

«POR CONVERSAR, FUMAR, ETC. DURAN TRES HORAS LOS PARTIDOS»

Arthur V. Johnson, un súbdito inglés nacido en 1879, se afincó en la capital de España a principios del siglo xx. Como socio y jugador se integró en el Madrid cuando aún no estaba legalizado el club. Johnson, un caballero inglés con profundos conocimientos de fútbol, fue el primero en guiar a los socios fundadores de la Sociedad Madrid Football Club en la dificil práctica de este deporte.

El británico se tomó siempre tan en serio el fútbol que en 1902, al día siguiente de contraer matrimonio en la capilla anglicana de Madrid, sita en aquellos tiempos en el Paseo de la Castellana, junto a lo que hoy es la plaza de Colón, participó en un partido con sus compañeros de fatigas. Amplio dominador del juego, Johnson jugaba en varias posiciones, desde extremo izquierdo hasta portero. En las dos temporadas que ofreció su variado repertorio como futbolista (1902-1904) también ejerció como capitán del equipo. Hombre con dotes de mando, exigente y metódico, se convirtió en el primer entrenador oficioso de la historia del Madrid. Johnson escribió unas normas que el Heraldo del Sport del 22 de marzo de 1902 hizo públicas con esta información:

Por creerlo de gran interés, tanto para mayor desarrollo de este sport como para que nuestra patria llegue a ejercitarse en toda su pureza, publicamos a continuación las condiciones que para conseguirlo cree necesarias el distinguido socio del Madrid Football Club, Mr. Arthur Johnson, y con las cuales estamos todos conformes:

Primera. Una partida seria no debería empezarse a jugar sin que cada team tuviera de antemano su respectivo jefe, para que éste ordenara y distribuyera a sus hombres como mejor tuviera por conveniente. Esta medida tendría además la ventaja de evitar la excesiva charla y discusiones que por desgracia ahora existen.

Segunda. Los jugadores deberían jugar siempre en el mismo puesto y no cambiarse de unos a otros, siendo la principal ventaja de esta medida el conocer cada jugador el juego de sus compañeros y aprender a ayudarlos en caso de necesidad o peligro. El sistema empleado actualmente de que cada jugador cambie continuamente de sitio no esfootball.

Tercera. Los jugadores deberían emplear más astucia y agilidad en volver la pelota al juego cuando ésta se sale de las líneas que limitan el campo. Si se llevara esto a efecto bastaría con una hora u hora y media de juego en lugar de las dos o tres que ahora se emplean y que, principalmente, se destinan a conversaciones, fumar, etc.

Cuarta. Debería darse también mayor atención a la combination [devolución de la pelota de unos a otros jugadores], pues en la actualidad brilla por su ausencia.

Dada la autoridad de que en este sport goza Mr. Johnson, son muy de tener en cuenta sus atinadísimos consejos, hijos de la práctica adquirida en sus luchas con los mejores teams ingleses.

«USTED, SEÑOR BORBOLLA, ¿HA VENIDO A ACTUAR EN UN BALLET O A JUGAR AL FÚTBOL?»

En 1944 el mexicano José Luis Borbolla fue el primer jugador extranjero que fichó por el Real Madrid después de la Guerra Civil española. Tras ser cedido al Deportivo de La Coruña, sólo jugó en el Madrid la temporada 1945-1946.

La llegada de Borbolla a Madrid levantó una gran expectación. En las oficinas del club, el Frontón Fiesta Alegre, se congregaron numerosos aficionados. El mexicano se presentó en la entidad trajeado, muy elegante y luciendo unas brillantes botas de piel suave. Al recibirle el entrenador, Ramón Encinas, y fijarse en el calzado del jugador azteca le dijo: «Usted, señor Borbolla, ¿ha venido a actuar en un ballet o a jugar al fútbol?».

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