Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


«EL FÚTBOL SE APRENDE EN LA CALLE»

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«EL FÚTBOL SE APRENDE EN LA CALLE»

Fabio Cannavaro, defensa italiano campeón del mundo, dejó un agradable recuerdo durante su pequeño pero exitoso paso por el Real Madrid. «Il Bello», como se conocía al jugador que tuvo el privilegio de levantar la Copa del Mundo en 2006, ha sido uno de los Balones de Oro que ha militado en el Real Madrid a lo largo de su historia. En cierta ocasión, preguntado sobre qué enseñanzas deben aprender los niños que aspiran a jugar un día en la élite, Cannavaro resumió su postulado con una afirmación tan sencilla como profunda: «El fútbol se aprende en la calle». Una máxima que ha prevalecido desde el origen de este deporte hasta nuestros días.

UN INTRUSO EN LA FOTO DE ÁMSTERDAM

Reunidos con motivo del décimo aniversario de la conquista de laVII Copa de Europa, los jugadores del Real Madrid coincidieron, entre risas, en señalar una curiosa anécdota: en la foto que se hicieron todos los miembros de la expedición madridista sobre el césped del estadio, posando con el trofeo recién ganado, aparece una persona (arriba a la izquierda) que nadie sabe quién es. El intruso se coló en medio de la algarabía, se colocó como uno más y logró quedar inmortalizado para la posteridad junto a Mijatovic y compañía.

DESALOJO MODÉLICO DEL BERNABÉU

El 12 de diciembre de 2004, durante un partido frente a la Real Sociedad, en el diario Gara se recibió una truculenta llamada avisando de que una bomba estallaría en el Santiago Bernabéu a las nueve de la noche. La policía actuó con rapidez. Desde la banda se avisó al árbitro Lizondo Cortés para que suspendiera el partido y se procedió a la evacuación de las 70.000 personas que se encontraban en el estadio madridista presenciando el choque, del que faltaban siete minutos para la conclusión. La evacuación resultó modélica. En apenas ocho minutos el estadio se había desalojado en calma y de manera ordenada, incluso a través del propio terreno de juego, sin que se registrara ningún incidente. Los propios jugadores abandonaron el estadio en ropa de deporte y aguardaron pacientemente en la calle a que la policía completase el rastreo de toda la instalación con perros adiestrados y se les permitiese regresar a por sus pertenencias. El aviso resultó ser sólo una broma macabra y todo quedó en un susto. Los siete minutos restantes del partido, que se suspendió con empate a 1 en el marcador, se jugaron al mes siguiente. El Madrid acabaría ganando 2-1.

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