Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


«GENERALÍSIMO, ¿DÓNDE PUEDO APARCAR?»

Página 64 de 107

«GENERALÍSIMO, ¿DÓNDE PUEDO APARCAR?»

Cuando estábamos a punto de despedirnos, Sonia Weinberg se quedó algo pensativa y, tras unos segundos de pausa, me dijo:

«¡Ah! Tampoco me olvido de otra curiosa situación que viví en los primeros meses de mi estancia en Madrid.

»En mis andanzas por la ciudad, andando o en coche, conocí a un guardia de circulación con el que llegué a tener una pequeña amistad. Un día le pregunté cómo se llamaba y me dijo: "Me llamo Francisco Franco, como el jefe del gobierno español". Llegó a darme tal confianza que, cuando iba en automóvil por la zona donde él ordenaba el tráfico, en broma le decía: "Generalísimo, ¿dónde puedo aparcar?" Y él, sonriente, me contestaba: "Donde usted quiera, señora".

»La verdad es que en aquellos tiempos éramos muy pocas las mujeres que conducíamos por Madrid y que llevábamos pantalones cortos. Algo que en Uruguay era de lo más normal».

LA PRIMERA VEZ QUE EL MADRID VIAJÓ CON UN COCINERO

Quiso el sorteo, a veces tan caprichoso, que el Spartak de Moscú y el Real Madrid se vieran las caras en los cuartos de final de la XXVI Copa de Europa. El partido tuvo que cambiar de escenario por la fuerte y copiosa nevada que había caído sobre la capital rusa la víspera del encuentro, así que se jugó en la ciudad georgiana de Tblisi, donde en el Dynamo Stadium, ante 100.000 espectadores y con una temperatura de dos grados bajo cero, el Madrid salvó el escollo con un valioso empate a 0.

La novedad del viaje a Tblisi fue que por primera vez un cocinero se desplazaba con la expedición madridista. El equipaje iba provisto de alimentos necesarios: jamón, chorizo, carne, pescado, vino de Rioja, agua mineral y otros productos que el club había adquirido días antes del partido. La originalidad, ir el equipo acompañado de un cocinero, se mantuvo en todas las visitas que el Madrid hacía a los países donde la comida resultaba un problema.

«NEVER, NEVER, NEVER»

El verano de 2004 se distinguió futbolísticamente hablando por el culebrón del fichaje de David Beckham. En ese momento el jugador inglés era un extraordinario icono mundial que sobrepasaba la fama propia de un futbolista. «Becks» era aclamado en todas partes no sólo por su talento desde la banda derecha, sino por ser el personaje más mediático gracias a otras condiciones no deportivas que en esos días se definieron bajo la etiqueta de «metrosexual». Florentino Pérez había puesto el ojo en el rubio jugador del Manchester y su nombre empezó a ser, día a día, portada de todos los periódicos.

Como ocurre casi siempre en estos casos, durante el transcurso de las negociaciones para cerrar su fichaje, desde el Santiago Bernabéu y desde OldTrafford se negaba lo que parecía una evidencia y un secreto a voces. Esta táctica de la negación acontece en cada fichaje, sea el equipo que sea. Lo que convirtió en especial el caso Beckham fue la forma tajante en que Florentino desmintió la posibilidad de fichar al inglés sólo un mes antes de que el «7» acabase jugando en el Santiago Bernabéu.

El ya mítico «never, never, never» con el que Florentino respondió a un periodista inglés ha quedado registrado en la galería de frases célebres del fútbol. Tras ese contundente «nunca», Beckham aterrizó en Madrid y desde entonces el «never, never, never» se utiliza en el mundo del fútbol cuando se está negando algo que probablemente ocurrirá.

Lo que muy poca gente sabe es que la respuesta textual de Florentino Pérez contenía siete «never». Fue la siguiente: «Never, never, never, never. Nothing, never, never, never. Not now. Not ever». Es una cita para la historia.

«TUVIMOS QUE ESCONDER A UN SOCIO EN EL SÓTANO DE LAS CALDERAS»

Asociación de Veteranos del Real Madrid. Rebasado el mediodía de una mañana de invierno de 2010 conversamos con José Robledo, uno de los más históricos empleados del club. A bor botones le brotaban los recuerdos de su larga vida profesional en la entidad madridista.A título de introducción, Robledo, con las frases teñidas de orgullo, nos comentó:

«Camino de cumplir noventa años, gracias a Dios me sigue funcionando la cabeza de maravilla. Antes de contarle curiosidades y anécdotas no olvide que cuatro hermanos hemos trabajado en la entidad:Aurelio, de cajero;Andrés yValentín, como ordenanzas; y yo, que entré en el club con doce años, el 1 de enero de 1933, y me jubilé como jefe de la Sección de Socios. Recuerdo que un día Bernabéu me dijo: "Voy a tener que cambiar el nombre del club y ponerle Robledos E C". ¡Qué gran persona y presidente fue don Santiago! Inigualable, aunque algunos le quieran comparar con el presidente que ganó las elecciones en el 2000. ¡Qué cosas hay que oír y que ver!

»Cuando ingresé en el Madrid empecé a trabajar con los cuatro empleados que había: Carlos Alonso, jefe de oficina; el oficial Gregorio Gómez; el señor Peña, un contable que iba por la tarde; y Juan Val, el ordenanza.

»Dicho esto le voy a contar lo que sucedió meses antes de estallar la Guerra Civil española. Hubo una gran manifestación de huelguistas en el Paseo de Recoletos, donde en el número 4 estaba el domicilio social del club. A un socio que estaba con nosotros se le ocurrió airear por una de las ventanas el diario ABC. ¡En qué hora lo hizo! Un grupo de huelguistas entró en el club en busca del socio. Menos mal que nos dio tiempo a que saltara por una de las ventanas y a esconderle en el sótano, donde estaban las calderas. ¡Si le llegan a coger, no sé la suerte que habría corrido el inoportuno y provocador socio!».

Ir a la siguiente página

Report Page