Las mejores anécdotas del Real Madrid

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EL DÍA QUE RAÚL MANDÓ CALLAR AL CAMP NOU

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EL DÍA QUE RAÚL MANDÓ CALLAR AL CAMP NOU

Hay goles y goles. Unos pasan a la historia por la belleza de su ejecución y otros por la manera de celebrarse. Si existiera un imaginario podio para estos últimos, el primero sería el que anotó Raúl frente al Barca el 19 de octubre de 1999. Un pase de Savio buscando la espalda de Reitziger y Abelardo fue aprovechado por el «7» para anotar el que a la postre sería definitivo 2-2. El Camp Nou, aunque por unos instantes enmudeció, contestó el gol con una sonora pitada. Raúl, mientras corría por la banda celebrando el gol, se llevó el dedo índice a los labios mandando callar a la afición azulgrana, exigiendo respeto para un equipo al que todos daban por derrotado antes de iniciarse el choque. Raúl sostuvo su gesto durante varios segundos, suficientes para que todos los fotógrafos plasmaran la imagen y ésta diera la vuelta al mundo. De hecho la foto permanece intacta en la memoria de todo el madridismo y ha quedado ligada al currículum del laureado futbolista.

«NO QUEDAN EXISTENCIAS»

La semifinal de la IV Copa de Europa entre el Madrid y el Atlético resultó apasionante. Tan igualada estuvo que se necesitaron tres partidos para conocer el vencedor de la eliminatoria. En el primer encuentro, jugado en Chamartín, el equipo blanco se impuso a su rival por 2-1, con goles de Rial y Puskas, este de penalti, mientras Chuzo hizo el tanto rojiblanco. En el partido de vuelta, en el Metropolitano, un tanto de Collar abrió un gran suspense al tener los «eternos rivales» que desempatar, ya que aún no tenían validez los tantos marcados en campo contrario.

Tras acordar los dos clubes que el desempate tuviera lugar en el campo aragonés de La Romareda, decisión que fue aceptada por la UEFA, la mañana del tercer partido (13-5-1959), cientos de vehículos, con seguidores de los dos clubes, se desplazaron a Zaragoza por carretera. Una masiva y multicolor caravana colapsó más de un tramo el trayecto que separa Madrid de la capital aragonesa. Algo que en España era inusual a finales de los años cincuenta.

En el recorrido hacia Zaragoza, los más rezagados no daban crédito al intentar reponer fuerzas o refrescar el gaznate. Un buen número de bares, cafeterías, restaurantes… habían colgado en sus puertas este cartel: «No quedan existencias. Perdonen las molestias».

En La Romareda el Madrid ganó por 2-1. Di Stéfano y Puskas marcaron por los madridistas y Collar hizo la diana rojiblanca. El equipo blanco demostró más oficio que el Atlético en la competición europea y, además, sacó lo más granado de su fútbol en el momento decisivo: lograr la clasificación para jugar la final de la IV Copa de Europa consecutiva, que ganó frente al Stade de Reims (2-0) en el Neckar Stadiom, de Stuttgart.

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