Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


LA «CHAMPIONS CHAPUZA»

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LA «CHAMPIONS CHAPUZA»

El día 25 de diciembre de 2008, mientras la inmensa mayoría de aficionados madridistas degustaba la cena de Navidad, en la redacción de Marca se cocinaba una noticia que iba a convulsionar las estructuras del conjunto blanco. El Real Madrid había incorporado a dos jugadores en el mercado de invierno para que ayudaran al equipo en su lucha por la Champions: Lass Diarrá y Huntelaar, pero debido a un error de interpretación de un artículo del reglamento de la UEFA (el 17.18) no cayeron en la cuenta de que uno de los dos no podía ser inscrito para disputar dicha competición. Aquella impactante información, posteriormente conocida como la «Champions chapuza», puso en un brete a los dirigentes del club blanco. La normativa de la competición impedía a un club inscribir en la Champions a más de un jugador que ya hubiera actuado en la Copa de la UEFA esa temporada, circunstancia que desconocían en el seno del Real Madrid cuando estaban fichando a ambos jugadores. El caso es que Huntelaar había jugado ese torneo con el Ajax, y Lass con el Portsmouth. Pese a que el Madrid recurrió ante los organismos competentes alegando ambigüedad en el artículo en cuestión, finalmente el entrenador Juande Ramos tuvo que optar por uno de los dos. Eligió a Lass.

«AL REGRESAR AL HOTEL LAS PALOMITAS HABÍAN VOLADO»

Cuenta Ignacio Zoco lo que ocurrió en la capital de Rumanía, donde a mediados de noviembre de 1963 viajó el Madrid para enfrentarse al Dínamo de Bucarest. Era el primer encuentro de la segunda eliminatoria de la VIII Copa de Europa:

«Cuando llegamos al hotel que teníamos reservado en la ciudad rumana se produjo una situación que nos dejó a todos muy sorprendidos. Al repartir las habitaciones comprobamos que se había roto la normal habitual: no estar en una planta del hotel exclusiva para los jugadores. Nos repartieron las habitaciones, en las que como siempre nos alojábamos dos compañeros en cada una, pero en distintas plantas. Era la primera vez que esto ocurría, pero la sorpresa fue mayor al ver que en las habitaciones contiguas a las nuestras había unas señoritas que salían a los pasillos ligeritas de ropa.

»Estaba más claro que el agua de un manantial que las damas en cuestión se encontraban allí para que pasáramos la noche en vela, pero a los que nos habían preparado esta jugada les salió el tiro por la culata. Los jugadores hablamos de la situación en que nos encontrábamos y ninguno picó en el anzuelo. Es decir, que nadie hizo caso de las provocaciones de aquellas damas.

»Después del partido, en el que ganamos al Dínamo por 1-3, algunos compañeros se duchaban con mucha rapidez. Más de uno decía que había salir del estadio lo antes posible. Cuando llegamos al hotel las palomitas habían volado. De todas las que había la víspera del encuentro no quedaba ni la sombra. Más de un compañero se llevó las manos a la cabeza».

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