Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


ENTRENADORES PARA TODOS LOS GUSTOS

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ENTRENADORES PARA TODOS LOS GUSTOS

A lo largo de su brillante historia el Real Madrid ha contado con un total de 52 entrenadores, desde el inglés Johnson, que fue el primero en sentarse en el banquillo, hasta el portugués José Mourinho, el más reciente. En tan abultada relación de técnicos los ha habido de todos los tipos en cuanto a planteamientos futbolísticos se refiere.Y como es lógico, unos tuvieron más éxitos que otros. El más laureado de todos fue Miguel Muñoz, con 9 Ligas, 2 copas de Europa y una Intercontinental en su palmarés. No muy atrás queda Vicente del Bosque, el campeón del mundo, que durante su etapa al frente del banquillo madridista sumó 2 copas de Europa, 1 Intercontinental, 2 Ligas, 1 Supercopa de Europa y otra de España. Hay casos curiosos, como Fabio Capello, que dirigió al Madrid en dos temporadas, separadas por diez años de diferencia, y se anotó sendos campeonatos de Liga. O el pionero Johnson, que sumó 5 Copas; o Molowny, que cogió al equipo en cuatro épocas distintas y ganó, entre otras, la Copa de la UEFA; o Villalonga, que ganó tantas Ligas como Copas de Europa, 2; o Camiglia, que sumó más Copas de Europa, 2, que Ligas, 1.

En cuanto a nacionalidades, el banco del Madrid ha hablado inglés, húngaro, austriaco, uruguayo, argentino, yugoslavo, holandés, galés, italiano, alemán, portugués, brasileño y chileno.

La relación cronológica completa de entrenadores es la siguiente: Johnson (inglés, 5 copas), Cárcer, Llorente, Berraondo, Quirante, Hertza (húngaro, 1 Liga), Firsth (austriaco, 1 Liga), Bru (2 copas), Armet, Encinas, Quincoces (1 Copa), Albéniz (1 Copa), Keeping (inglés), Scarone (uruguayo), Ipiña, Fernández (uruguayo, 1 Liga), Villalonga (2 Ligas, 2 Copas de Europa), Camiglia (argentino, 1 Liga, 2 Copas de Europa), Fleitas (paraguayo), Miguel Muñoz (9 Ligas, 2 Copas de Europa, 1 Intercontinental), Molowny (1 Copa), Miljanic (yugoslavo, 2 Copas, 1 Liga), Molowny (2 Ligas), Boskov (yugoslavo, 1 Liga, 1 Copa), Molowny (1 Copa), Di Stéfano (argentino), Amancio, Molowny (1 Liga, 1 Copa de la UEFA, 1 Copa de la Liga), Beenhakker (holandés, 3 ligas, 1 Copa),Toshack (galés, 1 Liga), Di Stéfano (1 Supercopa), Antic (yugoslavo), Beenhakker (holandés), Floro (1 Copa, 1 Supercopa), Del Bosque,Valdano (argentino, 1 Liga),Arsenio, Capello (italiano, 1 Liga), Heynckes (alemán, 1 Copa de Europa, 1 Supercopa), Hiddink (holandés, 1 Intercontinental), Toshack, Del Bosque (2 Copas de Europa, 1 Intercontinental, 1 Supercopa de Europa, 2 Ligas, 1 Supercopa de España), Queiroz (portugués, 1 Supercopa de España), Camacho, García Remón, Luxemburgo (brasileño), López Caro, Capello (italiano, 1 Liga), Schuster (alemán, 1 Liga), Juande Ramos, Pellegrini (chileno) y Mourinho (portugués, 1 Copa).

«¡A PARTIR DE AHORA USTED SE LLAMARÁ GROSSO!»

A Ramón Moreno Grosso la afición al fútbol le vino de herencia. Cuando apenas sabía andar su padre le llevaba en brazos a los partidos delViejo Chamartín.A los cuatro años, por su cumpleaños, su progenitor le hizo socio del Real Madrid. Con quince primaveras, en 1968, Grosso ingresó en las categorías inferiores después de superar la correspondiente prueba. Cuando dio el salto al juvenil A un error del club supuso que tuviera que cambiar su primer apellido por el segundo, con el que alcanzó la cima de su carrera deportiva:

«Por aquellos tiempos -nos contó el inolvidable jugador- era costumbre del club avisar por medio de un telegrama a los jugadores que debían presentarse en la antigua Ciudad Deportiva, ya fuera para jugar como locales o visitantes. Un día recibí un telegrama que decía: "Mañana no se presente usted; no tiene que jugar". Me quedé en casa y al día siguiente, cuando fui a entrenar, el técnico me preguntó: "¿Se puede saber por qué no vino usted a jugar el domingo?". Me quedé de una pieza y le dije: "El club me ha enviado un telegrama para que no acudiese a la convocatoria".

»Miguel Malbo, aquel empleado eficaz y ejemplar que era el alma máter de la cantera, rápidamente encontró el error. El telegrama iba dirigido a otro jugador cuyo primer apellido también era Moreno. Me dijeron que me presentara en el club y para que aquello no volviera a suceder Malbo me dijo: "¡A partir de ahora usted se llamará Grosso! ¡No quiero más confusiones!"».

«HOMBRE, ALGÚN HUEQUECITO LE HARÍA A PELÉ»

Al poco tiempo de regresar del Mundial de México 1986, en una larga conversación con el seleccionador nacional, Miguel Muñoz, salió a colación que algunos jugadores, entre ellos Quique Setién y Carrasco, se quejaron de que el seleccionador no los había tratado como seres humanos. Al recordárselo, Muñoz aseguró:

«Se lo voy a explicar, hombre. Somos el país de la envidia, de los dimes y diretes. Los chicos, al no jugar, era lógico que estuvieran enfadados.Y como los periodistas tiran de la lengua a los suplentes… Lo que pasa y pasará siempre es que algunos jugadores comentan que darían dinero por ir a la selección. Luego que deberían jugar.Y a continuación se creen que son Zarra, Panizo, Puskas… He leído que Setién ha dicho en Santander que mientras yo sea el seleccionador no volverá al equipo nacional. ¡Ni que hiciera él la lista!

»En cuanto a Carrasco, me vino a dar una explicación: "Mister, me pilló en un mal momento y dije que aquí no jugaría ni Pelé". ¿Sabe cuál fue mi respuesta? "Hombre, algún huequecito le haría a Pelé"».

«MI PADRE GUARDABA LA RECAUDACIÓN DEBAJO DE UN COJÍN»

Pedro Parages, hijo del que fuera uno de los prohombres del Madrid desde su fundación, Pedro Parages Diego de Madrazo, revivió algunos episodios de la vida deportiva de su progenitor, en la que fue jugador, tesorero y el único que ocupó el cargo de presidente en cuatro ocasiones en la historia del club: 1912, 1916-1918, 1919-1926 y 1928-1929. En una amena conversión, Parages junior afirmó:

«Mi padre era un hombre de carácter abierto y de gran sencillez. A veces iba a comer un cocidito madrileño con los obreros de la calle de Pontejos.A pesar de que su economía era saneada, se sentía feliz junto a aquellos hombres. En casa el tema principal era el Madrid. Los pequeños y escasos roces que tenía con mi madre eran porque él decía que su "amante" era el Madrid.

»En la época que hacía prácticamente de todo en la entidad, entre otros menesteres llevar la Tesorería, recuerdo que la recaudación de los partidos era, en su mayoría, duros de plata. Es decir, de los que sonaban. Cuando llegaba a casa, mi padre los iba poniendo en una fajita de lona. Se los entregaba a la muchacha de servicio que teníamos y le decía: "Guárdelo como a la niña de sus ojos debajo del cojín del sillón que usted ya sabe hasta que vaya a ingresarlo al banco"».

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