Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


LA CELEBRACIÓN EN LA CIBELES

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LA CELEBRACIÓN EN LA CIBELES

Festejar los títulos madridistas en la fuente de Cibeles es una costumbre relativamente reciente. En la década de 1970 este significativo monumento a la diosa de la agricultura y la fecundidad, construido en 1872, acogió en determinadas ocasiones la congregación espontánea de aficionados del equipo rival, el Atlético de Madrid, que se congregaban allí para celebrar los títulos de su equipo. Aquellos festejos apenas juntaban a unas decenas de aficionados. Hasta que en junio de 1986, en la noche mítica de Querétaro cuando Butragueño marcó 4 goles a Dinamarca, miles de aficionados se reunieron en torno a la fuente de forma espontánea para expresar su júbilo. Aunque la celebración era plural, por el hecho de que se festejase un triunfo de la selección española, el protagonismo del madridista Butragueño le dio un tinte blanco a la fiesta. Ese día los madridistas conquistaron para sí la exclusividad del escenario, desplazando a los seguidores rojiblancos a la cercana fuente de Neptuno.

Desde entonces la fuente ha sido anfitriona de numerosas celebraciones del Real Madrid, todas ellas multitudinarias. En un principio los aficionados más atrevidos se metían dentro de la fuente y se bañaban en ella. Los jugadores se sumaban a la fiesta y se subían también a la diosa. El siguiente paso fue vaciarla de agua, pero muchos seguidores continuaban encaramándose a la estatua. La noche en la que la Cibeles perdió una mano debido a la alegría descontrolada de algún aficionado se tomó la decisión de vallarla en cuanto había un título madridista a la vista. De esta forma ahora sólo se permite el acceso a la fuente de un representante de la plantilla blanca, normalmente el capitán, que subido a una grúa coloca algún símbolo del club (bufanda, gorro, bandera) sobre la figura mientras la multitud celebra el título de forma febril alrededor de la fuente.

MADRID-GALLIA, EL PRIMER PARTIDO INTERNACIONAL

Reanudada la temporada 1905-1906, y apagados ya los ecos del primer título de la Copa del Rey que logró el Madrid frente al Athletic de Bilbao, el primer trofeo de su historia, la Villa y Corte se engalanó con motivo de la visita de Émile Loubert, presidente de la República Francesa (1899-1906).

Un Comité Hispano-Francés organizó una serie de festejos en honor de Loubert. El presidente del Madrid, Carlos Padrós, pensó que en el programa de las celebraciones debería tener cabida un partido de fútbol. Padrós se desplazó a París y llegó a un acuerdo con el presidente del Gallia, campeón de Francia, para jugar un partido contra el Madrid y ser partícipes de los festejos en honor de Loubert. Sería el primer encuentro internacional que tuvo lugar en la capital de España y asimismo el primero en la historia del Real Madrid.

El partido se jugó en el hipódromo madrileño el 23 de octubre de 1905. La revista Gran Vida ofreció a sus lectores una amplia información del acontecimiento político y deportivo, de la cual ofrecemos estos párrafos:

[…]. Si no hubiéramos dicho ya en todos los tonos que el simpático presidente del Madrid E B. Club, don Carlos Padrós, ha sido el padre de este vigoroso deporte en Madrid, y que a la cuenta de sus iniciativas y de su entusiasmo hay que apuntar todo lo bien organizado de campeonatos y matchs que hemos visto en la Corte, ¡qué bella ocasión esta para declararle benemérito del football y elogiar como se merece toda la actividad que ha desplegado y todos los sacrificios que se ha impuesto hasta ver realizado su magnífico pensamiento de ver luchando al club campeón de Francia y al que lo es de España!

[…]. Entre las fiestas que se han celebrado con motivo de la visita de Mr. Loubert, pocas tan atractivas, tan simpáticas y sobre todo tan oportunas de actualidad como este match en que franceses y españoles han defendido con brío su pabellón.

Poco después de las cuatro de la tarde el señor Steinberg dio la señal de comenzar el partido. Los nombres y colocación de los jugadores eran como sigue. Por el Madrid jugaron: Bisbal; Berraondo, Arsuaga; M.Yarza, Gallardo, Normand; Parages, Prats, Alonso, Revuelto y J. Yarza. Por el Gallia: Cristini; Nicolet, Bayron; Mornon, Bertin, G. Bally;A. Bally, Dizy, Raymond, Luck y Pougnet.

[…1. Los jugadores del Madrid tuvieron la suerte de hacer el primer goal, ganándose una ovación. Los franceses redoblaron con esto sus ataques y, pocos minutos después, lograban meter el balón en la nieta, quedando con esto empatados.

Terminó el tiempo reglamentario sin que ningún bando lograra apuntarse un nuevo goal, pero el público, que apreció toda la fe y entusiasmo con que jugaron los dos teams, premió su valor con una calurosa ovación, saliendo del hipódromo sumamente complacido.

[…1. Las once medallas de oro de don Carlos Padrós y las once de bronce del señor marqués de Argüelles, que constituían el primero y segundo premio, quedaron sin adjudicar por no haber resultado vencedores y vencidos en el match. Si éste se repite en París, como es de esperar, se adjudicarán los premios al teani que resulte victorioso.

«MI PADRE ME DESCALIFICÓ POR DECIR QUE LA FEDERACIÓN BENEFICIABA AL MADRID Y AL ATLÉTICO»

Julián Palacios Estrada, segundo de los siete hijos de Julián Palacios Gutiérrez, el primer presidente oficioso y oficial del Madrid, en una entrevista que mantuvimos con él en su hogar madrileño, entre otras cuestiones nos dijo:

«Mi padre era muy callado, nunca le gustó aparentar ni darse publicidad. Con cinco años me llevaba al fútbol, deporte que pronto dejó porque quería pasar inadvertido y dedicarse al negocio de la imprenta. Lógicamente, temprano sentí afición por el fútbol, pero aunque mi padre me lo prohibió, jugué en el Nacional. Hay un caso muy curioso del que mi padre, madridista hasta la médula, fue testigo.

»En un partido contra el Madrid en el desaparecido Metropolitano el Nacional no sólo ganó por 2-0, sino que yo fui el autor de los 2 goles. Cuando llegué a casa, sin mediar palabra, mi padre me miró como si hubiera matado a alguien.

»Otro hecho peculiar, también siendo jugador del Nacional, fue cuando hice unas declaraciones en las que dejaba caer que la Federación Regional siempre estaba beneficiando al Madrid y al Athletic Club madrileño. Si mal no recuerdo corría la temporada 1930-1931. Pues bien, a pesar de que mi padre era vicepresidente de la Federación Regional, se mostró de acuerdo con la decisión que tomó la junta Directiva del organismo federativo: descalificarme por tres años por las manifestaciones que había hecho. ¿Sabe lo que hice? Cambiar de deporte. Empecé a jugar al rugby y fui campeón de España».

«LA AFICIÓN RECAUDÓ 1.000 PESETAS PARA PAGAR LOS GASTOS DEL MTK»

A partir de 1912, cuando el Madrid dejó en el recuerdo el campo de la Avenida de la Plaza de Toros para instalarse en el de O'Donnell, comenzaron a alternar las competiciones oficiales, el Campeonato Regional y la Copa del Rey, con desplazamientos o partidos amistosos en su terreno con el objetivo de recaudar fondos e ingresarlos en sus paupérrimas arcas.

A finales de diciembre de 1922, en el citado campo de O'Donnell, el Madrid jugó uno de esos encuentros frente al MTK de Budapest. El equipo húngaro se impuso al madrileño por 3-4, pero lo curioso fue lo que dijo Carlos Alonso -toda una vida vinculada al club como administrativo- sobre la visita del conjunto magiar: «Recuerdo que al hacer balance de la taquilla habíamos recaudado 7.500 pesetas, pero los gastos del MTK por venir a jugar a nuestro campo eran de 8.500. La gran sorpresa que nos llevamos fue que los aficionados madridistas se enteraron del problema que teníamos y, en un santiamén, recaudaron las 1.000 pesetas que nos faltaban y que gustosamente donaron al club».

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