Las mejores anécdotas del Real Madrid

Las mejores anécdotas del Real Madrid


CAMACHO, EL ENTRENADOR MÁS BREVE

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CAMACHO, EL ENTRENADOR MÁS BREVE

José Antonio Camacho, legendario lateral del Real Madrid, pasó a la historia del conjunto blanco por su proverbial entrega defendiendo la camiseta blanca. Hombre vehemente y de férreos principios, tras colgar las botas se hizo entrenador… y en ese mismo momento resultó evidente que algún día se sentaría en el banquillo del Real Madrid. Finalmente, Camacho logró ese sueño, aunque fue de forma efimera. Tanto, que se convirtió en el entrenador más breve en la longeva historia del club blanco.Y eso que accedió al cargo en dos ocasiones. La primera vez, en 1998 y con Lorenzo Sanz como presidente, duró sólo veintidós días. Un registro realmente insólito argumentado en la negativa del club a incluir a uno de sus ayudantes, Carlos Lorenzana, en el equipo técnico. La situación se repitió varios años más tarde, en 2004, y en esta ocasión con Florentino Pérez como máximo mandatario, Camacho apenas estuvo setenta y siete días en el banquillo blanco. Esta vez fue el supuesto trato de favor que concedía el presidente a las estrellas del equipo lo que provocó su dimisión intempestiva. El tiempo dirá si Camacho vuelve a gozar de otra oportunidad como técnico blanco.Y si como dice el refrán, no hay dos sin tres.

EL PARTIDO DEL COCHINILLO

Una hostilidad sin precedentes, una agresividad incontenida y una rabia furibunda se adueñaron lamentablemente del público del Camp Nou el 23 de noviembre de 2002, en la visita del Real Madrid a Barcelona correspondiente a la undécima jornada de Liga. Ocurría que era la primera vez que Luis Figo acudía al coliseo azulgrana como jugador del Real Madrid tras su volcánico fichaje por el conjunto blanco. El Camp Nou recibió al portugués con multitud de pancartas en las que se le criticaba duramente por su marcha al Madrid. Cada vez que tocaba el balón, una monumental pitada, jamás escuchada, atronaba en el Camp Nou.

El ambiente era muy desagradable, pero el colofón vergonzante llegó cuando Figo se dispuso a sacar un córner desde la banda izquierda. En ese momento llovieron todo tipo de objetos que tenían como objetivo al jugador luso. Le lanzaron incluso una botella de whisky que por suerte no impactó contra el futbolista, y una cabeza de cochinillo que quedó clavada en el césped, boca arriba, como símbolo repugnante de lo que nunca debe pasar en un estadio de fútbol. Medina Cantalejo, árbitro del partido, tuvo que suspender el encuentro durante unos minutos para ver si se aplacaban los ánimos entre los aficionados. El choque finalizó con empate sin goles y una sanción al Barcelona de cierre de su estadio por primera vez en su historia.

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