La tarde, la lengua, la palabra

Que sea vuestra sonrisa, malvada, la que dé calor a esta fría oscuridad lluviosa. Que dure lo que dure esta tarde que dejó guardado el olor de los granos molidos del medio día. En espera de ese almuerzo del campo, itacate a casi comer porque nos perdimos mirando las nubes de lluvia para nuestra milpa. Esta milpa que son tus ojos, los míos, entre enredaderas de brazos y distancias que salen de la Tierra Caliente. Esa que grita, nos llama, nos quiere de vuelta. Hagámonos felices, vayamos entre perfección de voces y cantos. Su lengua, la mía, entendiéndonos, aprehendiéndonos, en un mismo idioma.

Xalapa a 19 de agosto de 2022

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