La ley de Moore: ¿aplica a más sectores que a los microchips?

La ley de Moore: ¿aplica a más sectores que a los microchips?

Azvalor Asset Management

💡En 1965, Gordon Moore (cofundador de Intel y CEO entre 1975 y 1987) predijo que durante una serie de años el número de transistores de un microchip doblarían cada año 😯

🧐 En 1975, tras 10 años cumpliéndose la ley a la que dio nombre, volvió a anunciar que el tiempo en el que los microchips tardarían en doblar el número de componentes se ralentizaría y pasaría a ser de 24 meses (es decir a una tasa de crecimiento anual compuesto del 36%). La realidad fue que la tasa a la que aumentaron el número de componentes fue del 46% anual (es decir duplicar cada 18 meses) 👍🏻

👉🏻 A medida que los componentes de los microprocesadores se reducían en tamaño, bajaban en coste de producción y aumentaban su densidad y velocidad, generaba a su vez una importante bajada en el coste de producción de innumerables productos y servicios, los cuales se hacían más accesibles y generaban un exponencial aumento de su uso (de este tema ya hablamos en este post: La paradoja de Jevons)

👉🏻 Gracias a la mejora de los microchips hemos vivido años con fuertes incrementos de productividad, principalmente en el sector de la tecnológica y relacionados, que a su vez ha generado un impacto importante en otras industrias

👉🏻 La extrapolación (errónea) a otros sectores de este crecimiento exponencial en la productividad de los microprocesadores, ha hecho que esperemos este mismo ritmo de crecimiento en otras industrias (coches eléctricos, impresoras 3D, medicina, energía etc.)

Incluso el propio Moore declaró en 2007 «Mi ley dejará de cumplirse dentro de 10 ó 15 años»

❗️ Veamos ejemplos que ponen de manifiesto que la ley de Moore no es de aplicación en otros sectores fundamentales:

🔸  Agricultura: el crecimiento del rendimiento de las cosechas de maíz en EEUU desde 1950 hasta la fecha sido del 2% anual (a pesar del enorme esfuerzo en mecanización de los proceso y el uso de los fertilizantes que aumentan notablemente el rendimiento de la tierras)

🔸  Transporte de personas por carretera: la eficiencia de los motores ha evolucionado a una tasa del 2,5% anual desde los años ´70 (a pesar de ser uno de los sectores con más inversión en I+D y con más usuarios a nivel mundial)

🔸  Energía: la evolución de su productividad, tomando como referencia los turbogeneradores de principios del XX con las centrales de ciclo combinado de hoy en día, ha incrementado a una tasa del 1,8% anual

🔸  Y por último, el coste de producción de acero se ha reducido a un ritmo del 1,7% anual desde 1950 hasta nuestros días

⭕️ Por tanto, el ritmo de crecimiento de la productividad que han registrado los microprocesadores en los últimos 60 años, y que ha permitido un incremento exponencial en nuestra capacidad de computación (y lo que ello ha provocado en innumerables procesos de la economía), no aplica a otros sectores tan relevantes como agricultura, fabricación de materiales, energía o trasporte cuyos crecimientos son notablemente inferiores (de los 50´s%-60´s% de los microchips a los <3% de crecimiento que han registrado el resto de sectores)

💡 Siendo como es de importante, la reducción del coste de la generación de energía, unos de los factores más relevantes en el desarrollo y competitividad de una sociedad (ver este enlace – Evolución del “poder adquisitivo” de los estadounidenses respecto a la electricidad), descontar tasas de aumento en la eficiencia de producción (y por tanto de reducción de costes) similares a la de los microchips (ley de Moore) puede conducir a graves errores de pronóstico 😢

Parece difícil pensar, con los datos y tecnología que disponemos a día de hoy, que el crecimiento de la eficiencia en la generación energética puede tener un desarrollo tan rápido como el de los microprocesadores

🔹 Ya en estas otras publicaciones tratábamos el caso de Japón (KEIDANREN) o Alemania (Die EnergieWende) y las consecuencias que en la economía han tenido y están teniendo sus políticas energéticas


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