La Cuba que Viene

A casi 65 años del 1ro de enero de 1959, siguen ahí.

Para muchos parecen inamovibles, y eso es justamente lo que ellos quieren que creamos. El régimen totalitario que oprime a Cuba se ha encargado de convencer al pueblo de la mayor de las Antillas de que no irán a ninguna parte. Algunos trasnochados dirán que por su “obra social”, muchos por la represión y la persecución y demonización encarnizada que empezó desde casi el minuto cero, allá cuando Camilo aún vivía. Pero estaremos de acuerdo en que un ingrediente básico de la perpetuación en el poder del entramado Estado-Partido-Gobierno también se debe a la pérdida de algo en concreto: La Esperanza.

Décadas de propaganda totalitaria han tenido como fin persuadir a los cubanos de que no hay esperanza. Esperanza de tener una casa mejor, esperanza de comer mejor, esperanza de tener mejor atención sanitaria, esperanza de tener la oportunidad de viajar, esperanza de poder oponerte a tu gobierno sin que sea un hecho delictivo, esperanza de soñar, en resumen, de tener un país mejor y donde todos quepamos. Según la propaganda totalitaria todo eso estaría reservado para una casta ficticia que nos explotaría y nos despojaría de “los logros de la Revolución”. Con ese pretexto se nos ha negado el derecho a la libertad y el derecho a tener esperanza.

Sin embargo, no escribo esto para describir una situación que todos conocemos, escribo esto porque estoy convencido de que la esperanza aún existe en muchos cubanos, y ganará al final. Quiero mostrar La Cuba que Viene cuando el miedo sucumba a la esperanza. 

La Cuba que Viene, la que vamos a describir, por supuesto ocurre luego de la caída del régimen ineficiente y antidemocrático que tenemos actualmente. Sin abundar en detalles debemos saber que muchos cubanos de bien se unieron con el objetivo de tener un país mejor y pudieron más que la élite totalitaria, que quedó en pequeñísima minoría.

En esa Antilla futura hay elecciones libres, transparentes y plurales regularmente, donde todos tienen su espacio para alzar sus opiniones. Los diferentes sectores y partidos dialogan pacíficamente y trabajan desde las instituciones y como sociedad civil para llegar a acuerdos y consensos. Las mayorías respetan a las minorías y la separación de poderes permite que nadie se imponga sobre los derechos de ningún ciudadano. El Parlamento es el templo de la democracia Isleña, donde las diferentes formaciones políticas representan la voluntad popular y buscan llegar a compromisos por del bien de la nación.

Hay diputados jóvenes. Porque sí, los jóvenes cubanos son parte de todo ese proceso democrático. Debaten y defienden sus ideas libremente, no temen perder su derecho a estudiar lo que quieran por expresar sus opiniones, y las instituciones educativas enarbolan la bandera del libre pensamiento y la libertad de discusión. Todos conviven y votan asiduamente por quienes les representan mejor, haciendo historia en cada elección.

Precisamente pensando en esos jóvenes que construirán el futuro, de las primeras cosas de que hicieron en esta Nueva Cuba, fue eliminar la Servicio Militar Obligatorio, con la liberación inmediata de todos los conscriptos que así lo quisieran, porque la libertad es el primer ingrediente para una juventud empoderada.

Además, a los jóvenes se les garantiza desde pequeños la mejor educación posible, moderna, equilibrada, libre de adoctrinamiento, con las herramientas adecuadas para la sociedad actual.

En ese país que tendremos el gobierno hace gestión responsable de la economía y cuida el valor de nuestra moneda, no hay tiendas en monedas extranjeras, y los salarios reales suben, lo que permite a los cubanos poder asegurarse una alimentación adecuada y abastecerse de todos los productos de primera necesidad sin colas. Hace ya tiempo que se abolió la libreta de abastecimiento, símbolo de la miseria provocada por el régimen pasado. Los ancianos, los jóvenes y cualquier cubano se pueden permitir comprar lo que desean para comer, así como organizar comidas con familiares y amistades. 

La atención sanitaria es universal, todos tienen acceso a los cuidados adecuados, con los equipos modernos y los especialistas necesarios. Además, el abastecimiento de medicamentos está garantizado. Farmacias abarrotadas se hacen presentes en ciudades y pueblos para todos. Todo jubilado tiene garantizados precios asequibles para sus medicamentos.

La agricultura no está controlada regiamente por una absurda burocracia. Productores libres de todas las provincias abastecen a los cubanos sin mayor problema, e incluso exportan los excedentes, dando excelente fama a las frutas, carnes y verduras cubanas. No faltan proteínas, vitaminas o carbohidratos en las mesas cubanas, todos pueden garantizarse una dieta equilibrada y variada.

La persecución de personas por sus ideas políticas o su ejercicio de la crítica se terminó con la dictadura, todos los presos por motivos políticos fueron liberados, y los exiliados pueden volver. Las mesas de muchas familias vuelven a llenarse, al tiempo de que se reconstruyen viejos vínculos. La familia cubana es una vez más un gran tesoro que destila unidad y afecto.

Las ciudades muestran un esplendor que se creía perdido hace mucho. La Habana, nuestra capital, desborda brillo. Los apagones ya no la introducen en largos letargos. La primera línea de costa de nuestra capital rejuvenecida es vibrante, llena de vida, y no hay un solo edificio en estado de derrumbe, todos los edificios son altamente codiciados por su posición estratégica.

Cada verano las ciudades se visten de bellos colores y se inundan de las melodías de variados géneros musicales, gracias a los bellos festivales que se organizan. Todos pueden disfrutar de ellos, incluidos los turistas, que viene a ver con sus propios ojos cómo Cuba se levantó y vive mejor que nunca, luego de más de seis décadas de dictadura.

En este país que describo, los cubanos, sabidos del tesoro que tienen, celebran la libertad y la belleza de su patria, y las atesoran cada día, saben que son muy importantes como para perderlas, y las defenderán siempre.

Ernesto es estudiante, de La Habana. Aficionado a la economía, la ciencia política y la historia. Cofundador de Contexto Cubano.

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