•La Chupona Pecadora, Mi Favorita...

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Contos

-Escritor: Marcus L. Galindo.

-Categoría: Infidelidad.

-Tiempo Estimado de Lectura: {10min.}

-¿Erika me haces una mamada?
-Bueno.

Voy con Erika discretamente por la calle, su marido está lejos trabajando, su hermana también casada no está por la zona, pero aun ella está tensa, le apetece ser infiel a esta santurrona mormona, cometer el pecado de hacer guarradas con otra persona, Erika es una mujer realmente sensual, no parece de este mundo, es muy bella, delgadita de pecho una talla ochenta con un buen culito, su pelo castaño claro hasta media espalda liso casi rubio, sus ojos marrones vivos color miel, un ángel que hay que corromper para satisfacer la voluntad del diablo.

Estamos cerca de la iglesia, en este momento no sabemos a dónde ir, Erika me pregunta si lo hacemos dentro en alguna aula de religión, pero es arriesgado, hay gente religiosa, la idea es tentadora, pero a mí se me ocurre de ir al portón de enfrente, llamar y pedir que nos abran y hacerlo allí dentro, una mamada de no más de cinco minutos aunque yo no duraré ni tres porque tengo la lefa apretándome los huevos.

-¿Erika quieres tragarte mi semen?
-¿Qué?
-Me sale poco cariño, además sabe dulce y rico y estoy sano.
-Bueno, vale, por ser tú.

Entramos al portón, un vecino nos abre, nos situamos entre el ascensor y la escalera, estoy tenso y ella también, podría entrar cualquiera, yo le comento que me he masturbado muchas veces con la fantasía de follarme a su hermana Heidi por el culo y a pelo en ese mismo portal, en ese mismo punto donde estamos, Erika se comienza a excitar y me pregunta más sobre qué es lo que pienso cuando me la machaco pensando en su hermana o en ella u otras miembros de la iglesia que son mujeres casadas y virtuosas, limpias de pecado, bueno; a saber si lo son tanto porque Erika, por un lado, se muestra beata y a escondidas saca el zorrón que lleva dentro, ya que me va a comer el cipote.

Así que me bajo la bragueta y ella se arrodilla y comienza a tragarse el rabo, chupa bien, inexperta, muy amateur, pero da gusto, su boca está caliente, da mucho gusto, esa mamadita tan suave a ritmo lento, le acaricio su pelo su cara sus orejas, me tiene la polla dura como una piedra, le digo que no la saque de la boca que siga así porque todo el líquido del amor y la pasión se está ya fabricando y voy a descargar las gónadas.

Erika, me corro, tía, me corro. ¡Aaaaaahhhhh!.

-Joder tío, dices que te sale poco semen, sabe amargo y caliente.
-Traga cielo tagalo todo.
-Ok.

Erika se lo traga, tampoco era un corridón, me sale poco, pero espeso y más, siendo la primera corrida del día ese día no pude tocármela y llevaba la leche desde que me levanté, así que a Erika le di proteína en cantidad.

Erika guapetona, trágate siempre mi semen cariñito porque tiene calcio y propiedades – le digo.

Ella ríe y me dice que está de acuerdo.

Erika, este será nuestro secreto, cuando te apetezca comer polla mándame un mensaje de texto y quedamos en un lugar discreto, escríbeme en clave lo siguiente” me apetece merendar” “quiero comer un bocata” je, je, je ya me entiendes.

Erika me manda un mensaje de texto, me dice que le apetece “merendola”, o sea un bocata (comerse mi pija) ella está con su marido en casa, así que tendremos que quedar con discreción, yo le digo que tengo las pelotas a tope de lefa y que aguantaré como la última vez, “ná y menos”, ya que también hace horas que no descargo, Erika dice que no le importa que quiere tragar polla y saborear mi fluido que aunque es poca cantidad es muy rico según ella.

Erika es profesora de piano e inglés, también está especializada en un instrumento de viento; el fagot, es una perla de mujer, es brillante, cultivada en la música y educada en una moral religiosa, ella y yo tenemos un secreto o mejor dicho un pecado, ella me hace mamadas, ya que su marido en el sexo la tiene satisfecha, pero desea tener una aventura con otro hombre y yo soy buen candidato pues hay confianza entre nosotros.

Me dirijo a un punto de la ciudad a recogerla ella está cerca de un centro comercial sola esperándome, la llevaré a un piso que tengo alquilado por la zona alta (mi picadero personal) donde también me follo por el culo a su hermana Heidi dos años mayor que ella y también casada, esto Erika lo sabe y con las dos hermanas complemento una es una boca y la otra un culo, Erika solo me apetece para que me la chupe y Heidi para encularla no me apetecen para sexo completo sino para una cosa en particular con una de ellas por eso necesito a las dos, pero me centraré en este relato que es por Erika que me está esperando a unas calles de casa de sus padres cerca de la vía del tren y el Hipercor, ya la veo, paro con los intermitentes y toco el claxon, ella se acerca y entra, voy rápido saliendo de su zona aunque no hay nadie cerca que sean miembros de la iglesia aunque tampoco pensarían nada extraño, pero cuando tienes una aventura vas con la tensión, bien pues, ella en el coche apenas me dice nada, lleva sus gafas de cristal grueso puestas (Para lectura) y su pelo suelto, está bastante atractiva; lleva una camisa apretada y se le ve que está potente marcando esos pechos talla ochenta.

Llegamos y subimos a mi piso, nos sentamos en el sofá y le sirvo un refresco, nos miramos, pero Erika solo sonríe poca cosa, dice, nomás que le apetece estar conmigo y se ha inventado todo para poder escaparse un rato. Le pongo música por el portátil, algo tranquilo del gusto de ella, clásica, algo de Vivaldi mismo para relajar el ambiente.

Erika quiere polla, se está desabrochando un poco la camisa y mostrando su sujetador, yo me bajo la bragueta y el pantalón con el bóxer hasta las rodillas enfrente de ella, en la postura de pie es mejor, para mí que no echado porque no me relajo y así estoy con el cuerpo activo para el asunto, la tengo morcillona y estoy ya cachondo, Erika me comienza a hacer un masaje testicular y me la comienza a poner dura del todo, y le digo:

-Erika, ¡sóplame el fagot!
-Ja, ja, ja – Erika ríe a carcajadas.

Ella comienza a hacerme una mamada distinta a las de siempre, lo hace con muchas ganas y garbo, succionando el pene como con prisas por sacarme todo el jugo, una mamada tipo “slurp” relamiendo con sonido bucal de succión ensalivada, que gustazo.

-¡Chupa Erika chupa!, chupa puta.
-Mmmmmmm (murmura ella con la polla en la boca)

Le acaricio su pelo, me encanta agarrar la cabeza y guiar la mamada, pero también acariciar un cabello tan bonito y suave que desprende una fragancia femenina que me enloquece.

Erika sigue succionando, yo le digo que como no reduzca ese ritmo voy a soltar todo el semen que tengo acumulado, en mis huevos tengo lo mejor de mí; semen nutritivo le digo y ella está de acuerdo en eso, yo la alimento con mi fluido y ella me da el placer que tanto necesito pues no soy un hombre con éxito con las mujeres y Erika es un regalo del cielo.

-Ufff, Erika que ya me está bajando la leche, el semen va a salir.
-Mmmmmmmmmmmmm (dice ella con mi polla en su boca mientras succiona)

-Ay Erika, no pares MAMIII, ¡chupa mi putita chupa! (le digo mientras sobo sus tetas por encima de su brasier, estoy a punto y me corro en su boca)

-¡Ahhhhhhhhhhhhh!

Ella saborea y se lo traga todo, me mira y me dice que ha sido espectacular.

-¿Tenías muchas ganas, eh? Conmigo te quedas a gusto tío.
-Sí, cielo, te adoro Erikita, eres la mejor amiga que tengo.

La dejo cerca de donde la encontré y nos despedimos con un beso en las mejillas.

-Chao (Me dice ella con una sonrisa)

Continuará…


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