La Cara de la Moneda

La Cara de la Moneda

Yamila González Pérez

Tal vez no era parte de sus planes. Pero a veces de solista y casi siempre acompañado, Felix Sotolongo, estudiante de Lic. en Turismo de la Universidad Marta Abreu, comenzó una carrera como aficionado, quizás, por el impulso de los compañeros de secundaria para que otros lo descubrieran también.

Y de todas las canciones bajo su composición, «Infierno azul» pasa a ser una nueva forma de paraíso.

Junto a Vanessa Expósito Jiménez, graduada de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, integran el dúo musical VANFEX y fuera de lo que pueda significar no ser "graduados de escuela", como dicen por ahí, son capaces de suponer una etiqueta que en el mundo de la música a veces se torna afónica para los nuevos.

«En esta industria tan complicada se han dado casos en los que el "aficionado" ha sobrepasado por mucho al "profesional". Por eso prefiero que no existan divisiones. Aunque sí es verdad, el que está catalogado en una empresa domina un poco más la técnica, desde cómo sujetar un micrófono, hasta cuál ecualización lleva su voz. Porque evidentemente tienen muchos recursos al alcance y están en constante práctica», comentó Felix.

Una nominación a cualquier premio nacional, dados los truenos en la industria, aunque sea para alguien que lleva componiendo desde pequeño, siempre llega de sorpresa y es un mérito por el que valen las horas dedicadas. Y a golpe de dos y no de uno, el proyecto VANFEX es nominado al 19to. Festival Cuerda Viva 2021 en las categorías Pop y Artista Novel, con la canción Infierno azul. Logran colocar su creación en el referente con mayor impulso a la música alternativa.

El dúo es una muestra de aspiraciones al costo de proyectar su trabajo en La Habana, con la suerte de que Vanessa reside allí. Ellos no tiraron la toalla por falta de difusión que va de la mano al fatalismo geográfico condicionado, muchas veces, por la marginación cultural.

Si bien nacieron en Jatibonico, Sancti Spiritus, donde Felix conocería a su media naranja de la música gracias al proyecto Bajo las estrellas de Ñico Sotolongo, el cual daba luces al arte jatiboniquense más joven, los ir y venir de la vida contarían otra historia.

«Vanessa vive en la capital desde el 2016, muchas veces las oportunidades que se presentan allá no son las mismas que se ofrecen aquí. Por mucho que duela decirlo, nuestra trayectoria fundamental se plasma en la capital, aquí, en el interior del país existe el cliché de que solo pueden televisar o promover música de "profesionales", sin embargo nos sucede por ejemplo que caminando por 23 y M nos paran a veces sin conocernos y nos invitan a sus programas de radio para promover el talento joven. De eso se trata, de no estancarnos».

Sotolongo sabe que la distancia por estos días es el viento que más sopla, pero no deja ser a los malos acordes en su canción de vida ni en la amistad con su compañera.

La dinámica de trabajo virtual, sobrepone y alcanza los kilómetros necesarios para continuar con la creación musical de una diversidad genérica que los caracteriza y agradecida, tanto por un adolescente como por una pareja de 40 años de casados.

«Yo suelo componer varias maquetas, las cuales envío vía whatsapp a ella y a su mamá Esperanza Jiménez, quienes me dan sus crítica constructivas. Tengo la gran suerte de que ellas confían ciegamente en mi trabajo y eso hace que todo fluya de maravillas. Desde septiembre grabamos alrededor de 6 canciones y todo fue a distancia. Los productores poseían la maqueta y ahí íbamos colegiando las ideas y escuchando qué poner y qué quitar. Por feo que suene, me gustó bastante la dinámica, así los productores estaban en su zona de confort y no presionados por un tiempo establecido».

Años de trabajo en conjunto, cara a cara y ahora separados por la distancia. Llegarán más tormentas con los éxitos venideros, pueden existir proyectos más priorizados y una competencia. Ellos lo saben.

Tampoco se detienen ni se deshacen porque uno de los dos intente hacer su carrera como solista. Al contrario, «si fuéramos una pareja amorosa tuviéramos una relación abierta, nunca ha existido el celo profesional, cada uno celebra las victorias del otro», me dijo Felix sin reserva y es que ellos son como la moneda de Infierno azul: «tú eras la cara, yo era la cruz, de espaldas pero siempre estábamos juntos».


Por:
Yamila González Pérez
Estudiante de Periodismo
Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas


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