LA GRACIA DE DIOS NOS OFRECE UNA VIDA PLENA

Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | En Redes Sociales >> @VidaFamiliarCo

Por años viví sujeto al legalismo y la religiosidad. Era el fundamento de lo que predicaba desde el púlpito y de todo cuanto escribía. Desde mi perspectiva quien no transpirara santidad, no merecía llamarse cristiano.

Igual que yo, decenas y hasta millares de predicadores en todo el mundo. Hombres y mujeres que le cierran las puertas al pecador. Orientados únicamente a señalar a quienes se equivocan y anticiparles que se irán al infierno.

Esta posición dista mucho de lo que enseñó el Señor Jesús:

“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” (Juan 10: 10 | NVI)

Quien condena, mata y destruye, es Satanás, quien se especializó en engañar a muchos de quienes tienen la responsabilidad de proclamar la Palabra para que solamente se centren en enseñar sobre la condenación.

El Padre tiene una apreciación distinta, de amor, como leemos en el relato del hijo pródigo:

"Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado." (Lucas 15: 32 | NVI)

Desde lo más profundo de Su amor por el pecador, el Padre le está abriendo hoy una oportunidad: la de cambiar y crecer, no en sus fuerzas, sino prendido de Su mano.

Sin embargo, Él no lo obligará. Quien toma la decisión es usted. ¿En qué momento? En el momento en que decide no seguir en la misma situación, sino emprender una vida renovada.

Al terminar estas líneas, cae un sol abrasador sobre Santiago de Cali, la ciudad donde resido. “Un infierno”, me dijo alguien cuando salí de la oficina para almorzar. En cierta medida es cierto, el calor es insoportable.

¿Es el infierno a donde queremos que vayan los pecadores? Si es así, no estamos alimentados por el amor de Dios. ¿Qué hacer entonces? Compartir con todas las personas alrededor, el evangelio de la gracia y dejar de lado tanto cuestionamiento y condenación contra no piensan como nosotros.

Mi oración y la de quienes me acompañan en el servicio ministerial, es que Dios utilice los materiales que escribimos y el libro que tiene en sus manos, para meditar en lo que enseñan las Escrituras alrededor de la gracia y pueda vivir, como anunció Jesús, una vida en abundancia.

Fernando Alexis Jiménez

Director. Misión Edificando Familias Sólidas

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