Igor
Capítulo seis
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Capítulo seis
Tan pronto como entró en el estudio, se chocó con Cristiano, que estaba escuchando la conversación tras la puerta.
—Aaaaaaaaaay, me has asustado.
—Dime que le has dicho que sí, porque te juro que te mato si has dejado escapar a ese bombón de metro noventa y pico.
—Si te oyese Jordan, no le gustaría nada tu comentario; modérate.
—Em, él es demasiado hetero, no tengo posibilidad alguna. Sólo estoy admirando la belleza masculina de ese hombre que te estaba comiendo con los ojos. Te puedo asegurar que, mientras te miraba, te estaba follando mentalmente.
—No es cierto.
—Sí lo es. No te hagas la tonta, que sabes muy bien que no te ha invitado a salir sólo para tomar una copa, como ha dicho. Grayson quiere enterrarse en tu coño.
—¿Has estado escuchando toda la conversación?
—Casi toda, porque luego os habéis alejado y me ha resultado imposible enterarme del resto. Por favor… ¡qué porte, qué manos, qué piernas, qué brazos! Su camiseta parecía que iba a estallar en cualquier momento. ¿Has visto el culo que tiene? Emerson Campbell, eres una jodida suertuda, te envidio.
—No dejo de pensar en él desde ayer; anoche, incluso, tuve que usar mi vibrador.
Cristiano le chocó el hombro.
—Te entiendo. Me ha dejado tan caliente con tan sólo mirarlo que quiero ir y meter a Jordan en el baño ahora mismo para enterrar mi polla en su culo.
—Cris… Ni se te ocurra hacerlo aquí con Jordan, al menos no cuando estemos todos.
—No lo haré, sabes que a mi chico le gusta gritar. Ahora respóndeme de una vez: ¿le has dicho que sí?
—Lo he hecho, pero ya me estoy arrepintiendo.
—¿Estoy oyendo bien? Tú, ¿arrepentida de querer tirarte a un hombre que se ve a simple vista que está más bueno que el pan? No te creo, eres una mujer que jamás deja pasar el momento.
—Es que no sabes…
—Lo único que sé es que, sin preámbulos, me lo llevaría a la cama si él fuera gay. Y tú, que tienes la oportunidad de hacerlo, no deberías dudarlo.
—Debería quedarme trabajando; salir con él es un gran error antes de que incluso ocurra.
—¿Error? Ese adonis no puede ser un error bajo ningún punto de vista. La verdad es que está para darle sin parar. —Pasó su brazo sobre el hombro de Emerson mientras caminaban—. Escúchame bien: en cuanto te quedes sola con él y te quite la ropa, te subes a horcajadas y te lo montas bien montado… y te puedo asegurar que no habrá error en eso.
—No lo conozco de ahora, sino de antes.
—¿Cómo es eso?
—Él no me recuerda, porque yo en ese entonces era una niña de sólo trece años, sin forma, flaca, casi escuálida, sin tetas, sin culo, sin nada que admirar, y con brackets. Grayson y Arya tuvieron una historia.
—Joder… Bueno, eso no importa. El pasado, pasado está; ahora es tu oportunidad.
—Estoy segura de que, cuando sepa quién soy, me va a repudiar; sé que tiene motivos para odiar a mi familia.
—Mierda, tu hermana es una gran perra, pero… ¿qué fue lo que le hizo para que afirmes eso?
—Lo humilló mucho, y lo utilizó… y mi familia lo trató muy mal. Ya sabes cómo era mi padre cuando estaba bien. Siempre fue un poco racista, y el padre de Grayson era de color. Gray estaba muy entusiasmado con Arya, y no siempre fue como lo has visto ahora, todo correcto. Cuando vivíamos en Fuller Park, pertenecía a una de las pandillas del barrio.
—¡Cabronazo! Me pone todavía más cachondo saber que fue un chico muy malo. Sin embargo, ahora se lo ve muy diferente, vestido con esa ropa de diseñador que usa… porque yo me he fijado en que llevaba ropa de primeras marcas, ¿tú no?
—Por supuesto que me he fijado, y conduce un Porsche 911 Carrera de color amarillo.
—No podía tener otro coche; él exuda poder, y se ve tan macho alfa…
Cuando aún era demasiado temprano para salir, Cristiano insistió en que lo dejara todo y se fuera a
preparar para su noche con Grayson.
—Jordan y yo nos quedaremos trabajando para que tú lo pases bien.
—Sí, reina, nosotros nos ocupamos de todo. Tú sólo ve y disfruta de tu noche.
—Debería haberle dicho que no. Con tanto trabajo y los plazos de entrega tan cortos, no está bien que me desentienda.
—Te lo mereces. Desde que empezaste a planear este negocio que no has tenido un desahogo.
—Siempre tengo mis desahogos.
—Pero no con un macho de verdad. Por una noche, deja de lado a tus compañeros de goma y disfruta de un buen pedazo de carne humana. Grayson está de muerte lenta.
—¿De verdad está tan bueno? —preguntó Jordan—. Estoy intrigado por conocerlo.
—Pues no creo que tengas oportunidad. Ya sabes que, desde hace tiempo, jamás repito el mismo plato, así que, para que lo sepáis, hoy saldré con él y luego a otra cosa.
—Bueno, ya veremos… Tal vez sea el indicado y no quieras soltarlo después de probar su estofado.
—No lo haré, Cris.
—Vamos, o se te hará demasiado tarde —nos interrumpió Jordan—. Te acompañaremos a la calle, hasta que subas a tu coche, no sea cosa que el vándalo de tu excuñado ande otra vez merodeando por aquí.
—Gracias, Cris; gracias, Jordan. —Los abrazó a ambos—. No sé qué haría si no os tuviera en mi vida.
Emerson se despidió de ellos con un fuerte abrazo y se montó en su deportivo clásico de los sesenta.
En cuanto llegó a su casa, empezó a despojarse de la ropa que llevaba puesta y se metió en la ducha.
Al salir, se encontró con el gran dilema de qué ropa debía ponerse. No le había preguntado a Grayson qué tenía en mente, y por consiguiente no sabía si debía vestirse formal o casual. Por ese motivo, con una toalla envuelta en el pelo y otra en su cuerpo, fue hasta su bolso y sacó su móvil.
No te he preguntado adónde vamos a ir, así que no sé cómo debo ir vestida.
Por mí puedes ir desnuda, no me molestaría… aunque sería un poco embarazoso , ya que me pasaría todo el tiempo moliendo a palos a los tipos que te mirasen.
Estoy hablando en serio.
¿Crees que yo no? Ponte lo que quieras, estoy seguro de que te verás preciosa con lo que sea que elijas.
Definitivamente no estás siendo de gran ayuda. Sólo debes decirme si vamos a un lugar formal o informal.
Te llevaré a un sitio en Palo Alto que es considerado la meca de la carne; también tienen un gran bar y preparan, además, cócteles de autor, te gustará. Es un lugar bastante formal, pero el código de vestimenta es casual. Emers, ponte lo que quieras, lo que te haga sentir cómoda.
Okay, aunque debes saber que, aunque me llevaras a comer una hamburguesa grasienta, también me gustaría. Muchas gracias de todos modos por pensar en llevarme a un lugar encantador; sin embargo, no necesitas impresionarme con un sitio caro.
No busco impresionarte. Sólo se trata de que estoy acostumbrado a comer sano. Una hamburguesa grasienta implicaría, en mi caso, más horas de trabajo físico en el gimnasio. Nos vemos en un rato.
Ella continuó con la tarea de prepararse, pero las palabras que Grayson le había escrito la habían distraído de su cometido. En realidad, él era una completa distracción desde que había aparecido. Gray no cesaba con las indirectas y Emerson no se creía tan inmune como para pasarlas por alto y sólo pretender que salían para cenar. Cristiano tenía razón, King no se veía como un hombre que se conformara con la cosa platónica.
Repasó sus mensajes con la vista, y el mero hecho de saber que se cuidaba en su dieta la puso a pensar en sus abdominales. Se dijo que, sin duda, deberían estar muy bien definidos, ya que, aun con ropa, te podías dar cuenta de que ese cuerpo no albergaba nada de grasa en su interior, y sí mucho músculo y fibra.
Agitó la cabeza, obligándose a dejar atrás el ensimismamiento o se le haría tarde. Se dirigió al armario y se paró frente a éste para intentar decidir qué ponerse. Se probó varios atuendos, pero ninguno la convencía. Finalmente optó por un pantalón negro muy ajustado, botines con tacón de aguja, una blusa con transparencias y, de abrigo, una chaqueta de cuero en color marrón para cortar el
negro del resto de las prendas. Se esmeró maquillándose, para cubrir el morado del ojo; por suerte había seguido las indicaciones de Jordan de lo que debía hacer. Él le había dado unos correctores y bases para que consiguiera cubrir el moratón por completo.
Estaba terminando de arreglarse el pelo cuando oyó que un mensaje llegaba a su teléfono; fue a por él y, al desbloquear la pantalla, pudo leer que era Grayson.
No eres vegetariana, ¿verdad? Si no iremos a otro sitio. Tal vez lo de la hamburguesa grasienta sólo fue por no despreciarme.
Amo la carne asada.
Te chuparás los dedos, es la especialidad del restaurante.
En ese caso, creo que has elegido el sitio perfecto. Ahora deja que me termine de arreglar o no estaré lista para cuando llegues.