Hija

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Diario 1

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Diario 1

Estoy leyendo un libro que me regaló Lucía. Sabe elegir. Se llama (título audaz) HhHH, el autor es un escritor francés, Laurent Binet. El tema es el atentado contra Heidrich, jefe de la Gestapo, Praga, 1943. Rigurosamente histórico. Y sin embargo.

Y sin embargo es algo más o es otra cosa. Porque simultáneamente con el relato de hechos históricos o la descripción de documentos, Binet lleva un diario de su propia investigación, en el que no escatima sensaciones, fracasos, sentimientos.

Me pregunto si será posible lograr algo equivalente con un libro de ficción. La ficción se construye como los sueños. No se sueña con algo desconocido, el sueño reorganiza los materiales conocidos en la vigilia.

Lo que se crea: nada, prácticamente nada. Una construcción a partir de los viejos materiales de siempre, en base a estructuras predeterminadas por la tradición. Como hacían los españoles en el Nuevo Mundo: destruir un templo pagano para usar los bloques en la edificación de una iglesia.

Lo que se crea: apenas alguna nueva interrelación entre las partes, un sutil apartarse de ciertas normas cuya aplicación es necesario dominar.

Como en los sueños: nada más que una combinación diferente de factores que sin embargo altera, altera, altera el resultado.

¿Será posible, entonces, una novela que incluya un informe sobre el proceso de su construcción? ¿La recolección de datos pero también los problemas y dificultades del novelista? Parcialmente. Por cierto, no sería la primera vez. En una reconstrucción histórica como la de Binet, la suerte está echada. Aunque ignore los detalles, el lector conoce de antemano el desenlace. Eso le permite al autor hacer comentarios desenfadados acerca de lo que sigue a continuación, sin temor a desactivar el suspenso, que se sostiene (a la perfección) con otras herramientas. En una novela de ficción pura, en cambio, no es posible o no es aconsejable adelantar lo que el autor piensa hacer con sus personajes, no se puede mencionar las dificultades para mantener el rumbo porque se desea escamotear al lector cuál es el destino final (que además, en el curso de la escritura, puede ir cambiando incluso para el autor). Pero sí se puede describir cómo se realizó la recolección de materiales y tal vez ciertas líneas generales por las que avanzará el discurso.

El diario de la novela fingirá ser siempre documento, pero en buena parte también será ficción.

Veremos.

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