Hasta que nos quedemos sin estrellas
Lo que nunca le he dicho a nadie (III)
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Lo que nunca le he dicho a nadie (III)
Solía creer que las experiencias me habían matado el corazón. Y que lo habían convertido en una piedra robusta, incapaz de sentir nada.
Ahora sé que no es verdad y que solo estaba recubierto de hielo.
Puede que sea el momento de dejar que se derrita.
¿Y si ya no me da miedo arder?