Giovanni

Giovanni


Segunda parte: Cava tu propio agujero » Capítulo 21

Página 25 de 50

Capítulo 21

Jueves, 15 de julio de 1999, 1:48 AM

Restaurante Las Estaciones, Hotel Bostonian

Boston, Massachussets

—¿Qué cojones estabas haciendo ahí dentro? —preguntó Chas a Isabel mientras dejaban el edificio y se encaminaban al Audi descapotable plateado que ella había pedido prestado para el viaje. Normalmente, el coche sólo poseía cuatro cilindros de uno coma ocho litros, pero Isabel había conseguido como «anticipo» uno de seis cilindros, uno de los prototipos más avanzados, cuyo lanzamiento estaba previsto para el año siguiente.

—Tranquilízate, Chas. Y no vuelvas a hablarme así o te cortaré la lengua. Literalmente.

La pareja subió al coche. Isabel no quería conducir, así que le dio las llaves a Chas. Prefería los coches de lujo, por supuesto, por sus comodidades, pero en una ciudad a punto de ser asolada por las luchas entre tres facciones rivales, la velocidad y la maniobrabilidad eran preferibles a los asientos de cuero de un descapotable.

—Pero de ningún modo vas a hacer un trato con el Sabbat, ¿verdad?

—¿Es que estás mal de la cabeza, Chas?

—No, ¿pero entonces por qué le estabas tocando las pelotas de esa manera?

—¿Quién dice que tengo que pactar con alguien? ¿Y quién dice que los Milliner cumplirían cualquier acuerdo al que yo llegue?

—¿Pero no es por eso por lo que estás aquí, Isabel? ¿Para negociar un trato?

—Estoy aquí porque Francis Milliner me ha llamado. Estoy aquí para sacar el máximo beneficio posible de este pequeño negocio, con la menor inversión posible por mi parte o por la de los Milliner. ¿Por qué estás aquí, Chas?

—Por lo de Benito.

—Eso es. Así que, ¿por qué no te preocupas por eso y dejas que yo me preocupe de esto, vale? ¿Has hecho algún progreso en la investigación de la desaparición de Benito?

—No —Chas comenzó a fruncir el ceño, asiendo el volante con un nuevo fervor.

—¿Esperabas sacar algo en claro de esta reunión?

—Me figuré que quizá ofrecieran alguna información sobre Benito como parte del trato.

—Y puede que lo hagan, Chas. ¿Lo entiendes ahora? Poniéndole a Jacques tantas trabas como pueda le obligo a que, si realmente quiere llegar a un acuerdo de apoyo, tenga que darme lo que quiero. Pieterzoon no habría sugerido esto si no fuera necesario, así que sé que tengo mucho que ganar. Y Pieterzoon no quiere venir en persona, por eso manda a este pequeño lameculos, para que parezca que esto no tiene demasiada importancia. Así que piensa que yo creo que no es nada. Pero no es eso lo que yo creo, ¿lo pillas? —Isabel sonrió. Chas estaba jugando al mismo juego de «ella cree que yo creo» con ella, y ella se lo estaba insinuando, aunque sólo fuera de modo alegórico.

El Audi dobló una esquina mientras los neumáticos se agarraban a la carretera, manteniéndose firmes; el chasis se mantuvo bajo para que el radio de giro siguiera constante.

—Mientras tanto, Chas, tengo un nuevo encargo para ti. Voy a enseñarte unas lecciones básicas de investigación.

—Eh, espera un momento. No estoy aquí para hacer lo que tú me digas. Aún trabajo para Frankie Gee.

—Sí, bueno, necesitas unas clases prácticas. Le pasaré la factura a Frankie más adelante.

Chas suspiró, muy ruidosamente, como para recordarle a Isabel que como no respiraba, aquello significaba algo.

—Éste es mi chico. Así que mañana por la noche, averigua todo lo que puedas sobre Jacques Gauthier. Y también quiero que me digas quién dirige los asuntos del Sabbat en esta ciudad.

—La segunda respuesta ya la sé. Es Max Lowell.

—¿Cómo sabes eso?

—Joder, mi refugio está en Nueva York. Boston está a tiro de piedra. Frankie maneja muchos más asuntos a través de Lowell de los que yo nunca me he parado a pensar. Joder, si esta mierda termina en un tiroteo, probablemente será con las armas de Frankie.

Isabel miró a Chas fijamente.

—Ya ves —dijo él con una sonrisa de complicidad—, no soy tan imbécil como aparento.

* * *

No, pensó Chas para sí mismo mientras volvía a su hotel, desde luego que no soy tan imbécil. Y cuando llegó, cogió el teléfono y marcó el número de Frankie… el del prefijo **#.

Ir a la siguiente página

Report Page