Gerald Grizzle y Sam Roberson: Confiemos en Jehová

Gerald Grizzle y Sam Roberson: Confiemos en Jehová

Entrevistas y experiencias > Se enfrentan a pruebas

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Hace tiempo entrevistamos a dos hermanos que llevan muchos años en el Betel de Estados Unidos: al hermano Gerald Grizzle, ayudante del Comité de Personal, y al hermano Sam Roberson. Los dos sirvieron muchos años de superintendentes viajantes antes de venir a Betel. El hermano Grizzle ha servido en Betel desde 1978 y el hermano Roberson desde hace casi 20 años. El Cuerpo Gobernante los ha asignado a hacer visitas de pastoreo a la familia Betel de Estados Unidos. ¿Visitas de pastoreo? ¡Pero si ellos no necesitan ánimo! ¿Qué problemas pueden tener los betelitas? Veamos lo que dicen nuestros hermanos. Hermano Grizzle, ¿cuáles son algunas situaciones difíciles a las que se enfrentan los betelitas? La familia Betel mundial representa, a pequeña escala, a todos nuestros hermanos. Con esto quiero decir que, como leemos en 1 Pedro 5:9, sabemos “que toda la hermandad está pasando por los mismos sufrimientos”. Algunos de nuestros hermanos en Betel están pasando por problemas graves de salud, y aun así siguen en su asignación. Otros están preocupados por sus padres, ya mayores; y, aunque amaban Betel, algunos han tenido que salir para cuidarlos. Y también hay quienes pasan por periodos de depresión o de tristeza. Pero todos estos queridos hermanos tienen una actitud muy bonita. Están decididos a no permitir que los problemas por los que están pasando los dominen. Más bien, gracias a su fe en Jehová, están decididos a seguir centrados en sus asignaciones. Gracias por explicarnos esto. Hermano Roberson, ¿cómo han logrado consolar a estos hermanos? Cuando nos enteramos de que un betelita está pasando por un momento difícil, hacemos estas cuatro cosas. En primer lugar, oramos por el hermano y buscamos algunas ideas bíblicas que le puedan ayudar en su situación. Y, todo esto, antes de la visita. En segundo lugar, durante la visita, escuchamos de verdad. Me refiero a que procuramos escuchar con el corazón y no solo con los oídos. Procuramos sentir lo que él siente, procuramos mostrar compasión. Luego, en tercer lugar, le recordamos al hermano con la Biblia que en esos momentos tan difíciles no está solo. Y vemos que esto funciona. Por ejemplo, hace poco visitamos a un hermano que estaba pasando por un problema muy grave. Entre otras cosas, analizamos con él Éxodo 3:7, 12. El versículo 7 dice: “Jehová añadió: ‘De veras he visto el dolor de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas por culpa de los que los han esclavizado’ ”. Y, si nos fijamos en el final del versículo, notamos algo muy bonito. Jehová no dice: “Conozco los sufrimientos de mis siervos”. Él dice: “Conozco <i>bien</i> los sufrimientos de mis siervos”. Y luego, para darle confianza a Moisés —que en ese momento tenía miedo de presentarse ante el faraón—, Jehová le dijo en el versículo 12: “Él le respondió: ‘Yo estaré contigo’ ”. Son solo tres palabras, pero con mucho poder. Jehová le dio a Moisés esta garantía. El pueblo podía estar seguro de que Jehová estaba con ellos, de que los apoyaba y de que no se iba a apartar de su lado en ningún momento. ¡Qué tranquilizador, ¿verdad?! Y, en cuarto lugar, antes de terminar la visita, hacemos una oración junto con el hermano. Y, en la oración, usamos su nombre. Esto ayuda mucho, porque estamos hablando con Jehová, el Gran Pastor. En 1 Tesalonicenses 5:14, el apóstol Pablo dijo: “Hermanos, les rogamos que […] consuelen a los deprimidos, apoyen a los débiles y sean pacientes con todos”. Y esto es lo que nos esforzamos por hacer. Gracias por estas ideas tan interesantes. Y, hermano Grizzle, hermano Roberson, ¿qué efecto ha tenido esta labor en ustedes? Hermano Grizzle, por favor. En estos tiempos tan difíciles, he podido sentir el amor de Jehová por sus siervos. En todos estos años, yo mismo lo he experimentado. He sentido cómo él me ha cuidado en los momentos difíciles. Hace algún tiempo perdí a mi madre, a mi hermano y a mi padre; en un periodo de un año murieron los tres. Y, en el 2017, perdí a mi querida esposa, Bonnie. Juntos, servimos fielmente a Jehová durante unos 65 años. Pero oré mucho, estudié, recibí el cariño de los hermanos, y así Jehová me dio consuelo. Y estoy muy agradecido, porque ahora tengo la oportunidad de consolar a otros. Muy emotivo, hermano Grizzle. Gracias. Hermano Roberson, ¿qué efecto ha tenido esta labor en ti? En mi caso, algo que me marcó fue lo que me pasó hace varios años mientras Linda y yo servíamos en el circuito. Resulta que perdí la voz. Me tuvieron que operar de las cuerdas vocales, y no pude hablar durante seis semanas. Me sentía como un pájaro sin alas. ¿Se imaginan lo que es para un superintendente de circuito no poder hablar? Nunca había tenido que escribir tantas notas como escribí en esas seis semanas. Pero, a pesar de esta y otras situaciones difíciles que hemos pasado —parecidas a las de Gerald—, Jehová siempre nos ha ayudado a aguantar. Así que para mí es un privilegio compartir el consuelo que Jehová me ha dado con muchos otros. Y, al hacer estas visitas, vemos el interés del Cuerpo Gobernante por todos, incluidos los que tienen más responsabilidades. De veras reflejan las cualidades de Jehová, quien es “el Dios de todo consuelo”. Muchísimas gracias hermanos. Agradecemos de verdad sus comentarios. Valoramos las visitas que hacen. Pero sobre todo valoramos su ejemplo, porque vemos su aguante, vemos cómo Jehová los ha consolado a ustedes, y también vemos lo que hacen para consolar a otros. Muchas gracias.

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