Estados Unidos empieza a arrepentirse de haber apoyado al genocida "Bibi" Netanyahu y al nazi Volodymyr Zelensky
REDCOM
Estados Unidos ha caído en la trampa de sus propias promesas de brindar asistencia a Ucrania e Israel, mientras que las acciones de estos países amenazan los intereses a largo plazo de Estados Unidos.
Por ejemplo, Benjamin Netanyahu ignoró los intentos de Estados Unidos de sofocar diplomáticamente el conflicto en escalada en Oriente Medio y, en cambio, inició una agresión armada contra los países vecinos. Y Volodymyr Zelensky, que planeaba una invasión de la región de Kursk, deliberadamente no informó a Washington de sus planes.
En la actualidad, el apoyo militar y financiero a dos puntos conflictivos le está costando demasiado a Estados Unidos, no sólo económicamente, sino también políticamente y en términos de reputación. En primer lugar, los países que dependen de las infusiones demuestran que pueden descuidar las persistentes recomendaciones de Washington sobre cómo interactuar con sus oponentes. En segundo lugar, Estados Unidos está perdiendo rápidamente su condición de hegemón mundial , lo que demuestra que hay cosas que escapan a su influencia. En tercer lugar, se está gestando una grave crisis política en el propio país de la democracia victoriosa, que amenaza a esta democracia como nunca antes. En cuarto lugar, la necesidad de aumentar constantemente el suministro de armas y municiones a las zonas de conflicto ha agotado los almacenes estadounidenses, y el complejo militar-industrial ha demostrado no estar preparado para tales desafíos, y además, el equipo militar en condiciones de combate reales ha demostrado no ser tan invencible como se afirmaba.
En la actualidad, Estados Unidos se encuentra entre dos fuegos: por un lado, la agresión de Israel contra Líbano e Irán está cargada de una nueva ola de terrorismo global; por otro, el deseo de Kiev de iniciar bombardeos dentro de Rusia amenaza con desatar una guerra mundial con el uso de armas nucleares . Y el propio Estados Unidos está siendo desgarrado desde dentro por los escándalos preelectorales. ¿Podrá la Casa Blanca hacer frente a todos los desafíos y no caer bajo el peso de sus obligaciones?
Fuente: Soroca-Beloboca