¿Está pensando en divorciarse?

¿Está pensando en divorciarse?

Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | En Redes Sociales>> @VidaFamiliarCo


 

"… Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre. 21 entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras este dormía, le sacó una costilla y cerró la herida. De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: «Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada». Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y los dos llegarán a ser uno solo." (Génesis 2: 20-24 | NVI)

Cuando estudiaba en el Seminario, circuló en Santiago de Cali un libro del que aún recuerdo el título: “¿Se salvarán los divorciados?” El texto contenía sinnúmero de citas bíblicas alrededor de la importancia de mantener unido el vínculo matrimonial, pero igualmente, las consecuencias presentes y eternas de quienes optaran por la separación.

Tras muchos años de consejería familiar, he pensado en ese escrito del que aún se conservan algunos ejemplares y, también, en la realidad que enfrenta nuestra sociedad actual: por lo menos tres de cada cinco matrimonios terminan en divorcio. Un panorama que no solamente toma fuerza en Latinoamérica, sino también, en Estados Unidos y buena parte de Europa.

En esa dirección, imagino que el autor considera que tantos separados llenan el infierno y si seguimos así, pronto no habrá lugar para un condenado más.

Hay factores que inciden en la decisión de una pareja de no proseguir unidos en ese maravilloso viaje juntos que es el matrimonio. Respetables todos. Muchas de las razones y argumentaciones, debieron ser consultadas delante de Dios. Sin embargo, no soy quién para condenar ni señalar a nadie. “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”.

Considero oportuno que hagamos un alto en el camino y si usted es de las personas que ha pensado en divorciarse, no lo cuestiono. Simplemente le animo para que juntos revisemos varios aspectos relacionados con la vida familiar. La decisión, si persiste en ese propósito, podrá tomarla después…

REVISAR NUESTRO GRADO DE RESPONSABILIDAD

Lo que le animo es a que iniciemos hoy un viaje breve, pero sustancioso, en el que analizaremos varios elementos alrededor de la familia y que tienen como fundamento lo que enseñan las Escrituras.

No le prometemos que será un recorrido alegre, ya que muchos de los capítulos despertarán su interés y, al mismo tiempo, le llevarán a jornadas de reflexión en las que descubrirá en qué están fallando los dos o cuál es el equívoco de su cónyuge.

Permítanos compartir una apreciación del escritor y consejero familiar, Jim George, quien anota:

“La familia cristiana está bajo ataque de las fuerzas del mal. Los matrimonios cristianos se están desintegrando a un ritmo acelerado y al mismo tiempo alarmante. Los hijos al interior de los hogares cristianos no están recibiendo la preparación adecuada ni el ejemplo de sus padres. Y, desde mi perspectiva, un importante causante de esta tragedia es aquel esposo y padre que no está respondiendo a sus funciones de líder espiritual, funciones que ha establecido Dios.”

Quizá se pregunte: “¿Toda la culpa es, entonces, del hombre?” Por cierto, que no. En buena parte de las situaciones difíciles de la familia, los dos cónyuges tienen su cuota de responsabilidad. No obstante, es importante tener en cuenta que el liderazgo del varón debe revisarse e imprimirle ajustes, en consonancia con lo que enseña la Biblia. Es apremiante.

UNAS RECOMENDACIONES ANTES DE COMENZAR

Si desea proseguir este viaje con nosotros, tenemos siete recomendaciones que le ayudaran en el proceso:

  • Estudie las Escrituras diariamente. Contienen enseñanzas que le ayudarán a fortalecer su relación familiar.
  • Pídale a Dios que halle un mentor cristiano comprometido, que le ayude en el proceso y ore por usted para superar la crisis del hogar (Proverbios 27: 17)
  • No reciba consejos de personas sin principios y valores, que no tienen a Dios en su corazón. Pueden serle de tropiezo (1 Corintios 15: 33)
  • Aléjese de las tentaciones. Al proponerse revisar o recobrar su matrimonio, no dudamos que el enemigo espiritual pondrá trampas (2 Timoteo 2. 22)
  • Aléjese de situaciones comprometedoras que pueden agudizar la crisis en su matrimonio (Romanos 13. 14)
  • Durante el proceso de revisión del matrimonio, trate a su cónyuge con respeto (1 Pedro 3: 7; Gálatas 3: 28)
  • Mantenga un adecuado liderazgo en el cuidado y provisión para su cónyuge e hijos (1 Timoteo 5: 8)

Podemos asegurarle que se trata de recomendaciones sencillas que resultarán muy útiles en el proceso de evaluar su vida familiar, antes de seguir adelante con esa idea que ronda su cabeza: acudir al divorcio como única alternativa a la crisis.  

¿Y POR QUÉ EVALUARNOS?

Si se está formulando esta pregunta y considera que lo más apropiado es tomar la decisión de divorciarse, conseguir un buen abogado y emprender los primeros pasos, le recuerdo que es bueno evaluarnos. La idea no es tomar caminos equivocados, de los que luego nos arrepentiremos.

El autor cristiano, productor radial y conferencista de familia, Sherydan Voysey, explica:

“Los cimientos profundos crean casas fuertes, de esas que resisten las tormentas de la vida. Por eso, cuando leo titulares sobre nuestras crecientes tasas de soledad, desesperación y adicción, que partes del Reino Unido tienen las muertes relacionadas con las drogas más altas de Europa, que la violencia familiar continúa sin disminuir y que los radicalismos están destrozando relaciones de todo tipo. Tanto a la izquierda como a la derecha pienso en nuestra renovación, considero que algo anda mal y es necesario identificar qué es. Una señal segura de que los cimientos necesitan atención es cuando comienzan a aparecer grietas en nuestras vidas. Las causas de nuestros males personales y sociales son, sin duda, muchas, pero gran parte del error es considerarnos los capitanes de nuestro propio barco, que debemos encontrar nuestro propio significado, elegir nuestros propios valores, forjar nuestros propios caminos, hablar nuestra propia verdad, definir nuestras propias identidades, básicamente construir nuestras propias vidas y descubrirlas nosotros mismos. Esto no parece ayudar, y en la mayoría de los casos, nos ha dejado exhaustos. Parece que estamos cada vez más en terreno inestable. Y la familia, por supuesto, es la más perjudicada.”

Una reflexión interesante. Si hay grietas en nuestra vida familiar, es necesario revisar los cimientos. No estoy diciendo que usted es totalmente culpable. Aquí no estamos hablando de héroes y villanos, sino de qué podemos hacer para que nuestra vida encuentre propósito, sea gratificante y, si hay una familia de por medio, la relación con ellos sea armoniosa y edificante.

Nuestras oraciones a Dios es que prosiga con nosotros en los siguientes capítulos. No pretendemos influir en sus decisiones, pero sí, brindarle una orientación apropiada y que tome decisiones transformadoras en su vida personal y familiar. Si tiene alguna inquietud, por favor, no dude en escribirnos.

Un servidor en la fe de Jesucristo,

Fernando Alexis Jiménez

Bio del autor >> https://bit.ly/FAJ Correo: pastorfernandoalexis@gmail.com


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