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IV Tecnología en la Antigüedad » ¿Existió el cronovisor?

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¿Existió el cronovisor?

Permitirán que se redoble el escepticismo, pero asegurar que en siglos pasados existió una máquina capaz de fotografiar el pasado parece una verdadera fantasía. De hecho, afirmar que existe a día de hoy también lo es, pero lo llamativo, ciertamente, es que esa cuestión no ha dejado de aparecer en numerosas publicaciones a lo largo del tiempo de forma reiterada y manteniendo siempre cierto halo de duda. Por si fuera poco, las noticias originales sobre el cronovisor van acompañadas de una fotografía obtenida con esta máquina, en la que se observa el rostro de Jesús con aspecto doliente, sufriendo, sin duda, la Pasión.

La historia de este artefacto saltó a la fama cuando en el año 1972 el diario italiano Domenica del Corriere publicó una exclusiva según la cual un equipo de doce físicos habría logrado desarrollar una máquina del tiempo en versión fotográfica. En realidad, el artefacto desarrollaba de nuevo un invento efectuado por «locos» científicos visionarios de siglos atrás. Tras el aparatejo se encontraba un monje benedictino llamado Alfredo Pellegrino Ernetti, que había partido de conceptos físicos avanzados y aparentemente sólidos. A fin de cuentas, la vida de este sacerdote no era la de un hombre recluido en una celda para orar. Ni mucho menos. Fue un personaje de enormes aptitudes científicas y artísticas cuya aportación al conocimiento en muchas ramas ha resultado fundamental para el futuro.

Ernetti se mostró muy interesado por las cualidades del sonido y de las ondas vibratorias que presentaba en sus diversas manifestaciones. Creó una cátedra de música especializada en ese asunto y se mostró especialmente receptivo a la aparición de fenómenos parapsicológicos como las psicofonías, esas grabaciones inexplicables que algunos atribuyen a las almas de las personas fallecidas. Tras estudiar este fenómeno, se planteó la posibilidad de que las imágenes y el sonido quedaran «grabados» en algo parecido al éter. Partiendo de ese conocimiento se planteó inmortalizar y grabar esas vibraciones del pasado, algo en lo que trabajó en colaboración con otro sacerdote llamado Luigi Borello. Sin embargo, este hombre ha negado que existiera algo más que un planteamiento teórico correcto. «Nunca quiso mostrar la cámara ni pudo demostrar que todo aquello que dijo fuera cierto», explicó dos décadas después Borello a la periodista Helena Olmo, de la revista Año Cero.

Según aseguraría Ernetti, su cronovisor era una realidad prohibida por el propio Vaticano. Aseguró poco antes de morir que fue perseguido y controlado para evitar que su hallazgo saliera a la luz; así lo confesó en su lecho de muerte al propio Borello, que no obstante no dejó de mostrar su incredulidad más absoluta, si bien fue consciente de como la Iglesia católica se encargó de denostar en lo posible a Ernetti. Este último fue el responsable de que Roma satanizara cualquier intento que se hiciera para captar la voz o la imagen de los difuntos o del tiempo pasado.

Respecto a la única imagen que disponemos del cronovisor, podemos afirmar que, sin lugar a dudas, es falsa. Dicha imagen de Jesús en la Pasión carece de toda vitalidad y su gesto es idéntico al que existe en muchas tallas religiosas propias de la Semana Santa. Es más, algunos investigadores creen haber encontrado la imagen auténtica en la que se inspiraría Ernetti para tomar su fotografía del pasado. Se trataría, efectivamente, de una talla procesional. Y parecen estar en lo cierto…

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