Encuentro en Ío

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Ejecución » 18 de abril de 2047, ILSE

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18 de abril de 2047, ILSE

Jiaying sentía frío. La temperatura a bordo de la nave espacial se había mantenido constante; lo había comprobado. Debía de ser la aborrecible tarea que le aguardaba lo que la estaba haciendo temblar. Hoy usaría el ordenador para crear el arma que mataría a la criatura de Encélado. Watson llamaba a la criatura Hidra, un nombre que probablemente le habían dicho sus controladores desde la Tierra. En la mitología griega, Hidra era una monstruosa serpiente con múltiples cabezas que podía regenerarse: si le cortaban una cabeza, dos más la reemplazaban. El monstruo era inmortal y malvado, así que el nombre no encajaba nada bien con la amistosa y curiosa entidad que residía en las profundidades del océano Encélado. Más bien describía los miedos que un grupo de personas poderosas habían desarrollado después de leer los informes enviados por ILSE. La tripulación debería haber mantenido sus experiencias en secreto. Deberían haber sabido que al menos una parte de la humanidad no estaba preparada para nada nuevo.

Pero ahora era ciertamente demasiado tarde para tales consideraciones y Jiaying se sentó delante del ordenador en el laboratorio. Estaba conectado a una unidad analítica como la que había en la tuneladora Valkyrie. Pero, además, también había un módulo de manipulación que usaba las tijeras moleculares CRISPR/Cas para edición de genes. Eso habría permitido a los astronautas revertir mutaciones patológicas de sus propias células, de las plantas de a bordo, o de la variada flora bacteriana si lo necesitaban. Una misión que durase varios años bajo la influencia de la radiación cósmica corría un riesgo mayor de que ocurrieran mutaciones. Si, por ejemplo, una bacteria gástrica previamente benigna mutase a una forma letal, la tripulación no podría protegerse sin el CRISPR/Cas.

Así que este aparato salvavidas ahora se suponía que tenía que traer muerte, según las especificaciones enviadas desde la Tierra. Watson había analizado las células individuales de la criatura de Encélado, encontrando los hallazgos más prometedores, y ahora Jiaying tenía que ejecutar la auténtica manipulación. Durante los últimos quince años, a las IAs se les había prohibido que tuvieran acceso a las herramientas de manipulación genética, de igual modo que no se les permitía controlar armas de guerra. La prohibición estaba conectada directamente; así la gente que controlaba a Watson desde la Tierra no podía sortearlo. Por lo tanto, necesitaban a un esclavo humano para que realizara la acción.

Jiaying vaciló. Si se negara a hacer cambios no habría manipulación de un gen letal, pero sus padres también morirían. Traicionar a sus amigos, obligarles a morir en Ío, todo eso habría sido en vano. ¿Por qué no lo había confesado antes? Todo este tiempo solo había pensado en sus padres, mientras que sus colegas —sus amigos— eligieron ser astronautas. El riesgo de morir en el espacio siempre había sido alto, y habían elegido la profesión de todos modos. Sus padres, sin embargo, solo habían querido ser personas sencillas toda su vida. Evitaban los problemas cada vez que era posible e invertían todas sus fuerzas y energías en su única hija. No tendrían que morir por eso.

Incluso en retrospectiva la decisión le había parecido correcta, aunque la idea de ser responsable de sus muertes era insoportable. Nadie podía hacer equilibrios entre unas vidas humanas y otras. De todos modos, sus padres eran los que menos tenían que ver con toda esa conspiración y, por lo tanto, deberían ser los que menos sufrieran.

Jiaying abrió el programa y cargó los datos del ADN de la criatura de Encélado. Como bióloga podía apreciar su belleza: desplegaba una simplicidad que permitía una mayor variedad. Allí también, la vida había seleccionado una estructura de doble hélice. Según sus primeros análisis, este genoma era diferente a los de las criaturas terrestres al no contener casi ninguna información superflua. Quizá la escasez de recursos en Encélado fuera la razón. Cada innecesaria pieza de información genética requería dos moléculas parciales en la doble cadena de ADN. Un ADN más corto podía ser montado y reproducido usando menos materiales y energía… y toda la vida estaba basada en el éxito de la reproducción. Aunque había montones de materias primas en la Tierra, la vida en Encélado tenía que operar en un modo de eficiencia más alta.

Los resultados eran un pequeño milagro; la vida en las profundidades del océano Encélado no necesitaban competición. Tal vez hubo competición alguna vez en las fases iniciales, lo cual ya no se podía probar, pero hoy la cooperación aseguraba la supervivencia. La humanidad podía aprender algo de todo ello. En vez de hacerlo, Jiaying estaba siendo obligada a destruir este ejemplo positivo porque ciertas personas tenían miedo de que se volviera demasiado poderoso y posiblemente pusiera en peligro a la humanidad.

La cadena de ADN de la criatura de Encélado rotaba en su pantalla. Los puntos donde ella tenía que insertar la molécula Cas ya estaban marcados. Esta molécula servía como las tijeras, mientras que el CRISPR era la plantilla que tenía que aplicar al ADN alienígena para encontrar los puntos de corte correctos. Alrededor de las esperadas inserciones tenía que encontrar secuencias características, las cuales solo sucedían allí, y luego copiarlas con una molécula CRISPR. Después de que Cas cortara la cadena, ella podía insertar nueva información genética en esa localización. El nuevo ADN acabaría matando a la criatura.

El arma asesina sería un pequeño centro neurálgico celular basado en la biología terrestre. Parecía inofensivo, ya que incluso reforzaba a las células afectadas para que pudieran prevalecer contra variantes sin modificar. Al mismo tiempo, necesitaban mucha más energía. Eso llevaría a un breve florecimiento antes de que todo el sistema se colapsara una vez que la provisión de energía se agotara. Millones de años de cooperación para conservar recursos energéticos habrían sido en vano.

Jiaying marcó las zonas que eran importantes para ser copiadas como una forma CRISPR. Luego pasaría las respectivas secuencias de código para la síntesis. El proceso real no tendría lugar en el ordenador. Las moléculas originales, los patrones CRISPR, las tijeras Cas, y los fragmentos con la nueva información genética serían colocados en una solución nutritiva, donde la mezcla y la química harían el resto. Era como si se pusieran tela, patrones de costura, y tijeras en una caja con aguja e hilo, se sacudiera la caja varias veces, y luego un vestido o muchos vestidos cayeran de la caja como por arte de magia.

«Ocho minutos». Solo había tardado ocho minutos en crear el arma definitiva contra un ser con miles de millones de años de antigüedad. Bueno, eso no incluía el tiempo que unos biólogos desconocidos de la Tierra se habían tomado para encontrar los puntos de corte correctos y para generar la información genética a insertar. Aun así, Jiaying se estremeció al pensar en lo que acababa de hacer. Ella era un monstruo. ¿Habían criado sus padres a un monstruo? ¿Podía haber alguna persona en el mundo que entendiera por qué había actuado de ese modo?

Jiaying se levantó y notó que el laboratorio apestaba. ¿Había creado ella ese repulsivo hedor? Necesitaría definitivamente una ducha para lavarse toda esta suciedad que había sido vertida sobre ella y que ella también estaba vertiendo sobre sí misma.

—Watson, necesito darme una ducha —ordenó.

—Espera un momento. Estoy bloqueando el WHC 2 para ti. El bloqueo finalizará en tres minutos —anunció el IA.

Jiaying esperaba que eso no significara que Amy y su hijo serían alejados de la zona afectada del anillo de habitación. Pero Watson probablemente era lo bastante listo como para seleccionar un segmento actualmente desocupado del anillo con un WHC para ella.

Apagó el ordenador. Tenía todo el cuerpo sudado. Su propio olor corporal se volvió insoportable y aun así seguía sintiendo frío. Bajó del laboratorio hasta la junta de pivote del anillo de habitación. El reborde de goma que llevaba al Radio 2 estaba abierto, el segundo de los cuatro radios que llevaban al Segmento 2, donde estaba situado el WHC 2. La cabina de Martin también estaba allí. Ella se obligó a pensar en otro cosa, concentrándose en bajar. Mientras que el ILSE iba acelerando, el anillo de habitación no rotaba; la aceleración generaba suficiente gravedad artificial. En vez de flotar grácilmente hacia el exterior del anillo, conducida por las fuerzas centrífugas, ella tuvo que trepar a cuatro patas como un animal.

Para cuando hubo llegado al anillo, su cuerpo parecía estar disolviéndose en sudor. Las conexiones hacia los otros segmentos estaban cerradas. Por un breve instante, Jiaying consideró llamar a la puerta de la cabina de Martin. Tal vez él saldría, la tomaría entre sus brazos, y todo habría sido solo un mal sueño. Sacudió la cabeza. Necesitaba meterse en la ducha, y rápido. En el suelo del WHC había un objeto blanco. No le prestó atención. El agua caliente, fija a cuarenta grados, se llevó todos sus pensamientos.

No supo cuánto tiempo había pasado cuando despertó. La ducha estaba cerrada y estaba sentada desnuda en el suelo del WHC, con la espalda apoyada contra la pared. No podía recordar qué había pasado. Entre sus piernas abiertas había un trozo de papel. Se inclinó hacia delante y lo recogió. Había algo escrito en uno de los lados. Con cuidado, giró la cabeza en todas direcciones, pero no había nadie observándola. No había cámaras dentro del WHC.

Jiaying leyó lo que Amy le había escrito. Luego se reclinó hacia atrás y sollozó. Había alivio, mucho alivio, en esas lágrimas, cuyo sabor salado saboreó en sus labios.

Ella tendría que escribir una respuesta para explicarle a Amy lo que había pasado y lo que iba a pasar. Ella necesitaba un bolígrafo, así que Jiaying se levantó. Ya estaba parcialmente seca. «¿Cuánto tiempo había estado sentada en el suelo durmiendo?». Se secó el resto de la humedad y se vistió. «Soy una estúpida por no haber traído ropa limpia», pensó. Pero el olor ya era un poco más débil. Colocó la carta en el WHC en un punto donde no pudiera verse desde el exterior.

Fue a la habitación de Martin. No fue muy difícil abrir la puerta y descubrió que la estancia estaba vacía. Estaba más que familiarizada con el aspecto que tenía, pero seguía sorprendida. ¿Dónde guardaría Martin los bolígrafos? Mientras buscaba entre sus cosas, encontró una camiseta limpia. Se la puso en lugar de la que había llevado puesta previamente. La camiseta de Martin era demasiado grande para ella, pero solo se alegraba de tener una limpia.

Encontró un bolígrafo en el bolsillo interior de una chaqueta. Se lo escondió en el bolsillo de sus pantalones y caminó de vuelta al WHC. Cerró la puerta y se sentó en el váter. Sosteniendo la hoja de papel sobre sus rodillas, comenzó a formular una respuesta. Jiaying describió lo que le había pasado al ILSE y cuál era su propio papel. La parte más dura fue explicar sus razones. Amy tendría que observar cómo ella y su hijo morían juntos… ¿Cómo podía siquiera sentir el más mínimo rastro de compasión por las acciones de Jiaying? Jiaying se esforzó y finalmente encontró las palabras que parecían ser al menos medio adecuadas.

Escondió la carta donde no pudiera ser detectada desde fuera. Aún tenía que tener cuidado de evitar levantar las sospechas de Watson. Si ambas elegían solo este WHC de ahora en adelante, el IA seguramente se daría cuenta. Y en el futuro ella tampoco debería darse más de una ducha al día. Sintió un rayo de esperanza ahora que había un medio de comunicación. ¿Tal vez Amy tuviera alguna idea para salvarlos a todos? Ella no podía imaginarse por completo cómo podría arrebatarle el control a Watson, pero el simple hecho de que ahora fueran dos aumentaba sus oportunidades.

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