El rapto | Renovando Tu Mente con R.C. Sproul

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Transcripción

A través de esta serie de sesiones sobre el fin de los tiempos, hemos visto las profecías del Nuevo Testamento que, de una forma u otra, tal vez se cumplieron dentro de los límites de tiempo del primer siglo, en particular en y alrededor de la destrucción de Jerusalén y del templo. Aquellos que creen que estas profecías del discurso del monte de los Olivos se cumplieron en el primer siglo generalmente se describen como preteristas o que adoptan la teoría que se llama preterismo, lo que significa que estas profecías futuras ya se han cumplido en el pasado. Pero también debemos tener cuidado de distinguir entre dos formas diversas y diferentes de preterismo. Existe el grupo que se llama a sí mismo «preteristas completos» y los que se llaman a sí mismos «preteristas parciales».

Ahora, ¿cuál es la diferencia entre el preterismo completo y el preterismo parcial? Bueno, el preterismo completo, como su nombre indica, cree que todos los eventos futuros específicos que están profetizados en el Nuevo Testamento con respecto al fin de los tiempos ya han ocurrido en el primer siglo, por lo que incluiría no solo la destrucción del templo y la destrucción de Jerusalén y el regreso de Jesús, sino también la gran resurrección, el rapto y todos los demás asuntos que pertenecen a la profecía futura. El preterismo parcial, sin embargo, difiere del preterismo completo respecto a esto, en que los preteristas parciales creen que aunque el regreso de Jesús en el año 70 d. C. fue un regreso de Cristo en términos de un retorno en juicio sobre Israel, no fue la parusía o la venida final de Jesús al final de la historia.

Los preteristas parciales dirían que Jesús vino en el año 70 d. C. al final de una era; es decir, la era judía, pero no al final de toda la historia. Que la destrucción de Jerusalén y la visitación de la ira de Dios sobre Su pueblo fue un día importante del Señor, pero no el día final y consumado del Señor, que aún está por ocurrir en el futuro. Pero lo más importante es la diferencia en la comprensión de la futura resurrección de los santos y el rapto y el juicio final que se predicen en el Nuevo Testamento. Veamos hoy en primer lugar la diferencia con respecto a la resurrección. Cuando vamos a 1 Corintios 15, donde tenemos la enseñanza más larga y compleja de Pablo con respecto a la resurrección de los cuerpos de los santos que participarán en el cuerpo glorificado de Cristo en semejanza a Su resurrección, Pablo concluye ese estudio en 1 Corintios 15 con esta enseñanza empezando en el versículo 50.

«Esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. Así que les digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: “Devorada ha sido la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?”. El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo».

Antes de esta sección de 1 Corintios 15, Pablo habla de que seremos resucitados con cuerpos glorificados a semejanza del cuerpo resucitado con el que Cristo resucitó de entre los muertos. Ahora, hasta este punto en nuestras discusiones sobre la profecía futura, el factor más central y determinante en nuestra consideración ha sido las referencias de marco de tiempo que Jesús da o el autor del libro de Apocalipsis da, con respecto al tiempo en el que podemos esperar el cumplimiento de estas profecías. Entendemos que en la iglesia primitiva uno de los primeros credos cristianos que se formuló es el credo llamado Credo de los Apóstoles.

En el Credo de los Apóstoles, hay una frase en el latín original que dice: «Resurrectionis carnis», en la que afirmamos como cristianos nuestra fe en la resurrección del cuerpo. «Creo en la resurrección del cuerpo». Esa profesión de fe que viene de la iglesia primitiva no era solo una profesión de fe en el cuerpo resucitado de Cristo, sino más bien en nuestros cuerpos resucitados. Así como Cristo ha prometido ser las primicias de aquellos que serán resucitados de entre los muertos, así nos dice el Nuevo Testamento que en la resurrección tendremos cuerpos glorificados. Que no seremos espíritus incorpóreos vagando por la eternidad en ese estado. Sino que llegará un tiempo en el que nuestras almas se reunirán con nuestros cuerpos, nuestros cuerpos serán resucitados y los nuevos cuerpos que disfrutaremos serán incorruptibles e inmortales, por así decirlo. Esa siempre ha sido una gran esperanza de la comunidad cristiana, que esperamos ese día en el que participaremos en la resurrección del cuerpo.

Ahora, los preteristas completos argumentan que esa profecía sobre el futuro ya se ha cumplido, lo cual es una conclusión asombrosa y sorprendente. Bueno, discutamos, veamos primero por qué argumentan a favor de su cumplimiento pasado y luego veremos cómo presentan ese argumento. Si te diste cuenta, cuando estaba leyendo de 1 Corintios 15, Pablo menciona lo siguiente: «Así que les digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final». Luego continúa y dice: «Seremos transformados». Vemos que en este texto, a diferencia del discurso del monte de los Olivos, no hay referencias específicas explícitas de marcos temporales. Pablo no dice que esto va a suceder antes de que esta generación muera, ni dice que estos eventos deben suceder pronto o que están cerca.

Entonces, ¿por qué alguien encontraría aquí una profecía futura que uno esperaría que ocurriera en el futuro cercano? Bueno, aquellos que sostienen el preterismo completo se aprovechan del uso de la primera persona en plural en este texto. Tres veces en el pasaje que acabo de leer Pablo hace alusión a «nosotros». Él dice: «No todos dormiremos, pero todos seremos transformados, y seremos transformados en esta condición incorruptible». Ahora, en otra parte con respecto al rapto, Pablo habla en términos similares y eso está relacionado con el texto del rapto en el que Pablo habla en 1 Tesalonicenses de que aquellos que estarán vivos en su venida, donde ese «nosotros» incluiría al apóstol Pablo, de modo que Pablo parece decir que estas cosas sucederían mientras él todavía está vivo, ya que se está incluyendo a sí mismo en el grupo que se designa con la palabra nosotros o la palabra permanezcamos.Nota que esta no es una declaración por la cual Pablo dice «estaré vivo» explícita y concretamente. Más bien solo lo menciona de paso, aquellos de nosotros que estamos vivos en ese momento y aquí en 1 Corintios, «seremos transformados», etc., eso no significa necesariamente que el apóstol esperaba estar vivo cuando estas profecías se cumplieran. Los defensores del preterismo completo argumentan que el «nosotros» implica que Pablo esperaba que estos eventos ocurrieran durante su vida.

Tengo que decir en este punto que los preteristas no son las únicas personas que asumen que Pablo está indicando su propia expectativa personal de ser incluido en aquellos que todavía estarían vivos cuando estas profecías se cumplirían, porque este es un punto que los de la alta crítica del Nuevo Testamento también han aprovechado, sosteniendo que Pablo ciertamente esperaba la consumación final del reino en su vida, incluyendo la gran resurrección y el rapto. Argumentan sobre la misma base que los preteristas, a partir de inferencias extraídas del lenguaje inclusivo que el apóstol usa cuando dice «nosotros» o «nosotros los que estemos vivos».

Pero estas palabras, de nuevo, no requieren necesariamente que asumamos que Pablo estaba tratando de comunicar a su gente que él personalmente estaría vivo, sino que estaba hablando a la comunidad cristiana, no solo a sus contemporáneos, sino a todo el cuerpo de Cristo desde ese día en adelante. Ciertamente Pablo estaría incluido en la resurrección cuando sea que ocurriera, ya sea en el primer siglo o en el tercer milenio; es decir, él todavía estaría incluido en el «nosotros» porque todos los creyentes participarán en la resurrección y todos participarán en el rapto, por supuesto en el rapto, cuando dice que aquellos de nosotros que estamos vivos, otra vez, no requiere que incluya que él esté vivo en la tierra en ese momento.

Lo que estoy diciendo, otra vez, es que esas inferencias extraídas de los preteristas, los preteristas completos, son posibles inferencias del texto, pero no inferencias necesarias del texto. Entonces, vemos esto en términos de cómo ven el cumplimiento de estos eventos en el primer siglo. Para tomar la posición de que tanto la resurrección como el rapto ocurrieron en el primer siglo, uno tiene que espiritualizar los textos en cuanto a las ideas y conceptos descriptivos que se usan sobre esta resurrección. Si hay algún lugar donde es un problema serio empezar a espiritualizar algo es cuando lo que estás espiritualizando está discutiendo algo que supuestamente es físico y corporal.

Es muy difícil espiritualizar la resurrección corporal de los santos sin negar al mismo tiempo realmente la resurrección corporal de los santos, porque si es solo una resurrección espiritual, entonces en realidad no es una resurrección física. Pero los defensores del preterismo completo como Stuart Russell y Max King hacen precisamente esto. Dicen que la resurrección de la que Pablo habla ocurrió en el año 70 d. C., pero fue una resurrección espiritual de los que habían muerto y estaban resucitados espiritualmente y ahora están en el cielo, y estas cosas no deben ser entendidas en términos físicos.

No sin razón, esta posición ha sido acusada de ser una forma de gnosticismo, porque así como los gnósticos niegan la plena realidad de la resurrección física de Jesús e incluso de Su encarnación física, esto parecería negar una verdadera resurrección física de los santos; ya que para haber ocurrido en el primer siglo sin que nadie lo supiera y nadie en la iglesia primitiva registrara la resurrección de aquellos que habían muerto antes que ellos, esto los obligaría a asumir la idea de una resurrección espiritual. El mismo tipo de aspectos tenemos con respecto al manejo del rapto que Pablo describe en su carta a los tesalonicenses. En 1 Tesalonicenses, en el capítulo 4 de 1 Tesalonicenses, leemos el siguiente relato del rapto, que ha llamado tanto la atención en la escatología cristiana, que justifica que leamos el texto.

En el versículo 13, leemos esto en el capítulo 4 de 1 Tesalonicenses: «Pero no queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen, para que no se entristezcan como lo hacen los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con Él a los que durmieron en Jesús. Por lo cual les decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. Por tanto, confórtense unos a otros con estas palabras».

Aquí el apóstol está abordando una preocupación que era una preocupación vital de los primeros cristianos. La comunidad cristiana primitiva tenía la esperanza de la futura resurrección y del regreso de Cristo en nubes de gloria y sin embargo, antes de que estos eventos ocurrieran, muchos de los cristianos de la comunidad primitiva murieron. Entonces, la pregunta obvia que sus familiares se estaban haciendo era esta: ¿Esto significa que nuestros parientes y nuestros amigos que han fallecido se perderán estos grandes eventos escatológicos que se nos han prometido? Pablo está respondiendo a la comunidad cristiana diciendo: «de ninguna manera».

De hecho, no solo aquellos que han muerto no se perderán el regreso de Cristo al final de los tiempos y la gran resurrección, sino que participarán en primera fila. Estarán adelante en la fila, porque el apóstol dice: «Los muertos en Cristo se levantarán primero», serán arrebatados en las nubes y nosotros, los que estamos vivos en Su venida también seremos arrebatados para unirnos al Señor, o «al encuentro del Señor» como dice el lenguaje del apóstol Pablo, «en el aire», mientras Él desciende con el sonido de la trompeta y ese tipo de cosas. Ahora, los preteristas completos tienen que hablar de nuevo de un rapto secreto, un rapto que era espiritual, que era silencioso y que era invisible. Argumentar que el rapto ya ha sucedido significa que ocurrió pero nadie lo escuchó, nadie lo vio y nadie fue consciente de ello.

Entonces, si fuera simplemente espiritual, invisible y silencioso, nos preguntamos cómo podemos hacer justicia al lenguaje de este texto y de otros. Bueno, de nuevo Russell y otros recurren al simbolismo que se usa con frecuencia en las profecías proféticas que dicen que no tienes que hacer una interpretación literal de estos aspectos. Pero para mí eso implica torcer seriamente las palabras de este texto para hablar de un secreto que, según el lenguaje del apóstol, será el secreto peor guardado de la historia y con dificultad un evento silencioso, ya que todo el cielo se desatará.

Por otro lado, hay todo tipo de debate sobre lo que de verdad va a ocurrir en el rapto y nuevamente cuándo ocurrirá el rapto. Aquellos que sostienen una interpretación completamente futura de la escatología del Nuevo Testamento, particularmente en el premilenialismo dispensacional, esperan que el rapto ocurra antes de la tribulación. Escucharás a la gente hablar sobre el rapto pre tribulacional. La idea aquí es que habrá una gran tribulación al final de la historia, pero antes de esa tribulación la iglesia será arrebatada para encontrarse con Jesús y Jesús regresará a mitad de camino a la tierra; Él sacará a Sus santos de la tierra para encontrarse con Él en el aire y luego se quedará con Sus santos en lo alto, ya sea durante los siete años completos de la tribulación o como sea que se elabore el esquema y luego, en el momento final, Él regresará nuevamente para Su manifestación final, regresando con los santos que Él había sacado del mundo antes de la tribulación.

Este esquema tiene dos retornos de Jesús al final de los tiempos. Uno es el regreso secreto primero solo para Sus santos que son arrebatados del mundo para que se encuentren con Él y luego Su regreso final después de la tribulación. Creo que esto malinterpreta fundamentalmente las imágenes que el apóstol usa aquí con respecto al rapto y su significado. Pablo no dice que los cristianos serán arrebatados en el aire y luego permanecerán en el aire con Jesús. La imagen aquí es de encontrarse con Cristo mientras regresa en gloria, para que los cristianos participen en Su regreso victorioso a este mundo. No es que Él llegue de tan lejos, alcance a la iglesia y luego se quede allí o regrese al cielo hasta un momento posterior.

Pero todo el punto de las imágenes aquí hace eco y refleja algo que era común en el mundo contemporáneo en el que Pablo escribió; es decir, el patrón y la práctica del regreso triunfal a Roma de los ejércitos romanos. Cada vez que los ejércitos romanos regresaban de una campaña, antes de entrar en la ciudad de Roma acampaban fuera de la ciudad, a menos de un kilómetro de la ciudad y allí estaban todos los soldados más todos los cautivos que habían traído a casa de la guerra. Luego enviarían un mensajero al senado para anunciar su llegada. Recuerda que llevaban las banderas de SPQR, el Senado y el pueblo de Roma y eso daba tiempo para que los planificadores de la ciudad levantaran un arco de triunfo y decoraran la ciudad, así como lo haríamos con un homenaje nacional para héroes victoriosos.

Esparcían guirnaldas con un aroma dulce por toda la ciudad para cubrir el olor de los esclavos y su hedor, etc. Luego, en un momento preestablecido, se hacía una señal por la cual se tocaban las trompetas y esa era la señal para que los ejércitos de Roma marcharan triunfantes hacia la ciudad. Pero antes de empezar su marcha, a la señal de la trompeta, todos los que eran verdaderos ciudadanos de Roma estaban invitados a salir de la ciudad para unirse al desfile para marchar de regreso a través del arco del triunfo con el ejército victorioso, de modo que participaban en la victoria y participaban en el triunfo. Creo que si ves a lo largo de los escritos de Pablo, con frecuencia toma prestadas las imágenes de los romanos de esto.

Lo que veo decir a Pablo es que cuando Jesús venga, Él regresará a esta tierra con toda Su iglesia. La iglesia será arrebatada para encontrarse con Él a medida que Él desciende y entonces Él continuará descendiendo junto con todo Su séquito de creyentes. Ahora, ¿cuándo ocurrirá esto? Todo dependerá de cuál sea tu punto de vista sobre el milenio. Eso lo veremos en nuestra próxima y última sesión.

Source es.ligonier.org

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