El horror según Lovecraft (vol. I)

El horror según Lovecraft (vol. I)


Thomas de Quincey

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Thomas de Quincey

LOS DADOS

(The Dice, 1823)

A primera vista puede parecer extraño encontrar en un libro como éste a un escritor como De Quincey, más conocido por sus ensayos periodísticos, sus autobiográficas «Confesiones de un comedor de opio inglés» y su continuación «Suspiria de Profundis», o sus comentarios a los poetas románticos. Sin embargo, según confesión propia, las únicas novelas que siempre leyó con placer fueron las góticas, y cuando la necesidad le obligó a vivir de la escritura probó fortuna en el género que tan bien conocía, primero con adaptaciones del alemán y luego elaborando una serie de novelas, como «Klosterheim» o «The Avenger», y un considerable número de cuentos donde demuestra su inveterada afición por los temas sobrenaturales.

La vida de Thomas de Quincey (1785-1839), estuvo envuelta en azares y aventuras diversas. Nacido en Manchester en una familia acomodada de comerciantes, a los quince años se fugó del colegio y vagó por Gales hasta llegar a Londres, donde llevó una existencia bohemia que luego relataría en sus célebres «Confesiones». Devuelto a la fuerza a la disciplina escolar, pasó tres años en Oxford estudiando a los clásicos. Fue entonces cuando se aficionó al opio y entabló amistad con algunos poetas como Wordsworth y Coleridge, quien siempre celebraría su «pureza de estilo». En 1821 se estableció en Londres y abrumado por las deudas comenzó una carrera literaria en revistas (principalmente en la «London Magazine»), que proseguiría en Edimburgo a partir de 1828, sobre todo en la «Blackwood’s Magazine» donde vio la luz su célebre ensayo «Del asesinato considerado como una de las bellas artes».

El agotamiento de recursos de que adolecía la novela gótica, ya en su ocaso, y el descuido formal que le era inherente, no cuadraban demasiado con la sensibilidad y la creatividad de este escritor subterráneo, que para Lovecraft no logra alcanzar el rango de especialista por su «falta de conexión» y su «pomposidad erudita». No obstante algunos de sus cuentos góticos son especialmente inquietantes, como el aquí presentado —rigurosamente inédito en nuestra lengua—, «Los dados», que recoge con singular maestría y sentido del humor una típica leyenda alemana sobre el viejo tema del pacto con el diablo.

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