El amor y la gracia de Dios, dos grandes noticias para su vida (Introducción)

Hay varias cosas que las personas desconocen alrededor de mi ejercicio como escritor. Aun cuando tengo computador portátil, jamás lo cargo en el maletín. En cambio, siempre llevo conmigo una libreta de anotaciones y un bolígrafo. Me parecen más funcionales. No requieren de batería y me conectan con la creatividad donde quiera que me encuentre.

Buena parte de los capítulos que usted leerá, fueron concebidos o escritos en salas de espera, en una terminal aeroportuaria para no sufrir el desespero de los cambios inesperados de vuelo, o en una estación del transporte masivo de mi amada Santiago de Cali.

Iba tomando apuntes, reflexionando, corrigiendo o ampliando las ideas. Escribía rápidamente, antes que se me escaparan los planteamientos que planeaba, lo que suele ocurrir cuando andamos pensando en muchas cosas.

En esencia, los textos que pongo a su consideración fueron el fruto de varios espacios de tiempo, siempre con una idea central en mente: la gracia de Dios.

Y hago referencia específica a la gracia y no dejo de citarla en todos los contenidos, porque por más de treinta años fui un predicador de la condenación.

En el púlpito de la congregación que estuviera pastoreando o en la conferencia a la que hubiese sido invitado como ponente, siempre compartí la imagen de un Dios castigador.

Desde mi perspectiva equivocada y el análisis errado de algunos textos bíblicos, todos se iban a ir para el infierno. Es más, si alguien era cristiano, pero fallaba, entraba en la lista de los condenados.

Por supuesto, le pedí perdón a Dios por esas enseñanzas que, estoy seguro, marcaron la vida de decenas de personas. Y le doy gracias por revelarme lo relativo a su gracia, una demostración ilimitada de amor por sus criaturas.

Desde entonces y en todos los espacios que tengo para conectarme con las personas (charlas, escritos, programa de radio o en el podcast Vida Familiar), hay dos temas que son recurrentes en mis exposiciones: el amor de nuestro Creador y Su infinita gracia.

LA GRACIA: UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE VIDA

No me avergüenza confesar que me equivoqué al enfatizar en un Dios castigador. Él me ofreció la posibilidad de reconocer el equívoco y reorientar mi vida y enseñanzas.

Desde entonces, no me preocupan los títulos eclesiales. Antes que pastor o maestro de la Biblia, me gusta que me llamen simplemente Fernando. Me conecta más con quienes me oyen, porque sé que las credenciales ministeriales alejan antes que acercar.

En la carta a los creyentes de Roma, el apóstol Pablo escribió:

"Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5: 8 | NVI)

Y, también:

"Tampoco se puede comparar la dádiva de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con[a] una multitud de transgresiones. Pues, si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo." (Romanos 5:16-17 | NVI)

Son verdades que resultan alentadoras. Hasta el pecador que se considera sin oportunidad, encuentra esperanza.

Cuando el ministerio que desarrollo en la proclamación de las Buenas Nuevas de Salvación, experimentó un viraje sustancial, el impacto entre los oyentes y lectores fue mayor. Dios abrió nuevas puertas.

Convencido como el que más de Su gracia ilimitada y que usted debe saber más acerca de su significado y alcances, escribí ese libro.

Para la redacción de cada página, le me pedido a mi Señor Jesucristo la orientación a través del Espíritu Santo, para exponer todo claramente y que las enseñanzas sean comprensibles para un adolescente, un joven, un adulto o un anciano. ¡Que todos lleguen a saber más de la gracia de Dios!

Pido sus oraciones por este servicio cristiano de fe, así como tengan la certeza de que estaré orando de forma constante por aquellos a quienes lleguen estas líneas.

En el amor de Cristo y bajo la gracia del Padre,

Fernando Alexis Jiménez

Director. Misión Edificando Familias Sólidas