Detrás de la música: Dimensión Latina

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Detrás de la música: Dimensión Latina

2022-05-30 10:08:33 / web.radiorebelde@icrt.cu / Pedro Rafael Cruz Gonzalez


Foto: Internet

Mi amigo Yorgenis, santiaguero de pura cepa pero que ahora vive en La Habana, quiere que vuelva a hablar de los días juveniles de sus padres, cuando en todos los confines de Santiago de Cuba se bailaba con la Dimensión Latina.

La historia de la agrupación venezolana entre nosotros vale la pena contarla una y otra vez. En la segunda mitad de los 70s la orquesta santiaguera Los Taínos fue a Venezuela por un intercambio cultural y de allá regresó con un disco que en esa tierra había sido un suceso. Era Dimensión 75, el long playing que se encargó de cimentar la carrera de la Dimensión Latina.

El disco fue a la radio y enseguida le dieron un respaldo unánime. Si uno llegaba a Santiago se encontraba a la Dimensión por todas partes. Lo mismo en una actividad deportiva, en un acto de los comités y esa noche podía bailar con los venezolanos en San Pedro del Mar.

Es sabido que a La Habana la salsa llegó un poco más tarde, pues en la capital hubo medios que incluso la vetaron. Había un rumor que enfatizaba que “el son se había ido de Cuba” y que los de afuera “nos quieren robar el son”. Algo completamente ridículo porque los salseros lo que estaban haciendo era mantener nuestros ritmos en la palestra mundial y eso era fácilmente comprobable.

Los encargados de cimentarla fueron Oscar de León, ya alejado de la Dimensión, y muy en especial el disco Siembra de Rubén Blades y Willie Colón. En 1979, poco antes de la salida del disco, Blades había llegado a esta Isla con el Havana Jam y nada sucedió. Pero con Siembra, esparció la salsa en todos los cubanos.

Dimensión Latina surgió en Caracas el 15 de marzo de 1972 del entusiasmo de Oscar DLeón, el trombonista César Monge y el timbalero José Rodríguez. Este último, en ese momento un policía motorizado, puso el billete para el disco inicial y el primer tema que pegaron fue un instrumental. Tres años más tarde con Dimensión 75 lograron imponerse en el universo salsero y el tema que los catapultó fue uno que Oscar había entregado de relleno: “Lloraras”, hoy de plantilla en todas partes. También lo he comprobado.

En 1980 la Dimensión vino a Cuba, fue a Santiago como el poeta, y allí los recibieron como se merecían. En el regreso estuvieron solo un día en La Habana, con noche en Tropicana y después en el Salón Mambí, además de una conferencia de prensa en el Hotel Nacional.

Recuerdo muy bien que ir a la conferencia fue una odisea. No obstante, en ella me senté precisamente frente al propio Cesar Monge, “Albóndiga”, y al mismísimo Andy Montañez, entonces con ella. El mismo boricua había estado involucrado en una de las noticias más espectaculares del mundo salsero, cuando la Dimensión le ofreció cien mil dólares para que dejara el Gran Combo de Puerto Rico y fuera a Venezuela a llenar la vacante dejada por Oscar D León. El hombre llenó el cometido y su voz mantuvo a la Dimensión entre los grandes.

De todas esas cosas yo estaba al tanto. En el Hotel Nacional de La Habana me coloqué bien cerca y cuando dieron la voz de play ball les caí a preguntas, pero una colega insistió en el tema de nos quieren robar el son.

No obstante, los años transcurridos la respuesta inmediata de Albóndiga y de Andy aun emociona: “nosotros hasta el momento tocamos música cubana y no tenemos el más mínimo interés en hacer otra cosa”. El tema del criollo Pedro Aranzola, que sirvió de promoción antes del viaje a La Habana, lo corroboraba totalmente.

Esa noche fui a Tropicana y allí fui uno de los cuatro gatos que presenció y grabé el concierto con seis temas de la Dimensión, entre ellos un excelente “Delirio” en la voz de Andy Montañez. Esa es la historia y yo la viví.

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