Desnuda

Desnuda


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Mayo de 2012

Londres

No sé una mierda de política estadounidense. Ni tengo por qué. Soy ciudadano británico y el Parlamento ya es de por sí lo bastante confuso. La política no me interesa mucho. Sin embargo, me veo obligado a trabajar todo el tiempo con las secuelas que dejan los asuntos políticos. Me dedico a la seguridad, tanto privada como para el Gobierno británico. Soy bueno en mi trabajo. Me lo tomo muy en serio. En mi profesión tienes que ser bueno porque cuando no lo eres… alguien muere.

Un congresista estadounidense fallece en un accidente de avión. Noticia seguro. Pero si dicho congresista es el candidato del partido de la oposición a la vicepresidencia y las elecciones son en tan solo unos meses, entonces se convierte en noticia mundial en un segundo y de manera viral. Sobre todo cuando la gente que quiere el poder haría casi cualquier cosa para garantizar que la persona que está al cargo no ocupe nunca un segundo mandato. Desesperados por encontrar un sustituto, el Partido Republicano lógicamente necesitaba rellenar el hueco de su lista de candidatos. Y así fue como la descubrí a ella.

Primero recibí un correo electrónico de su padre. Una voz de mi pasado que me saludaba de manera amistosa y me recordaba todo lo que habíamos conseguido en la vida. De acuerdo. Mi pasado había sido interesante, tanto para lo bueno como para lo malo, y él había llegado a mi vida en los momentos buenos.

Lo que vino a continuación fue una llamada en la que me dijo que tenía una hija viviendo en Londres. Estaba preocupado por su seguridad y trató vagamente de explicarme por qué. Fui educado con él, pero sabía con certeza que no tenía ninguna intención de involucrarme. Estaba hasta arriba de trabajo. Encargarme de la seguridad VIP de los Juegos de la XXX Olimpiada de Londres 2012 consumía todo mi tiempo y no tenía ni un segundo libre para la hija de un tipo que conocí en un torneo de póquer hacía más de seis años.

Le dije que no. Estaba incluso preparado para recomendarle, como un favor personal, otra empresa de seguridad cuando él jugó su mano. Los jugadores de póquer saben cuándo jugar sus manos.

En su segundo correo electrónico me mandó una foto de ella.

Esa foto lo cambió todo. Después de verla dejé de ser el mismo y no pude volver a ser el hombre que era antes. No después de que nos conociéramos aquella noche en la calle. Todo mi mundo se alteró por culpa de una fotografía. La fotografía de mi preciosa chica americana.

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