Declaración de Rebelión XR Barcelona

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La humanidad se encuentra ante un evento sin precedentes en su historia: la subida constante de la temperatura a causa del aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, consecuencia a su vez de un sistema económico capitalista (en sus diversas formas) basado en el crecimiento económico ilimitado, la quema de combustibles fósiles, y la depredación de unos bienes naturales que son limitados, poniendo la economía por encima del planeta y de las personas, y en definitiva, por encima de la vida.

Esta dinámica, a menos que sea corregidan inmediatamente nos catapultará a la destrucción de la biosfera y de todo lo que amamos: este país, sus pueblos, nuestros ecosistemas y el futuro de las generaciones actuales y venideras. La ciencia nos habla claro: estamos en el sexto evento de extinción masiva, y nos enfrentaremos a la catástrofe si no actuamos de manera rápida y sólida pronto.

El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), organismo internacional que depende de la ONU, nos da tiempo hasta el 2030 en su último informe presentado en octubre de 2018.

O sea, según el siempre prudente y políticamente correcto IPCC, tenemos sólo 12 años para reducir de forma drástica las emisiones de gases contaminantes, antes de que la dinámica sea irreversible.

Todo está en riesgo, tanto aquí como en otros lugares: nuestras playas, los deltas, los Pirineos tal como todavía los conocemos ... Y no se trata sólo de nuestros paisajes, se trata también de todo aquello en que se sustenta nuestra vida, incluida la de las ciudades. La biodiversidad se está aniquilando en todo el mundo.

Nuestros mares están envenenados, son ácidos, y siguen subiendo de nivel. La inundación y la desertificación harán que amplias zonas de tierra firme sean inhabitables y que generen una migración masiva.

Actualmente, el aumento de la contaminación ha hecho que nuestro aire sea tan tóxico que perjudica la salud tanto de los más pequeños y pequeñas, que ven comprometido el desarrollo de sus capacidades cognitivas y físicas, como la de decenas de miles de personas que mueren cada año prematuramente.

La ruptura de nuestro clima ha empezado: habrá más incendios forestales, tormentas impredecibles, hambre creciente, y reducción drástica del agua disponible.

Si no actuamos ahora mismo, en muy pocas décadas el clima que tendríamos en Cataluña sería el equivalente al del norte de África. Ante todos estos eventos, nos negamos a la resignación.

Cualquier ser de pensamiento sano y racional, conciencia ética, preocupación moral o creencia espiritual, no puede negar, ignorar o dejar de priorizar esta emergencia ecológica y social.

De acuerdo con estos valores, las virtudes de la verdad, y el peso de la evidencia científica, declaramos nuestro deber de actuar en nombre de la seguridad y el bienestar de las generaciones actuales y de las futuras, de nuestras comunidades y de la vida en el planeta.

Nosotras y nosotros, de acuerdo con nuestras conciencias y nuestro razonamiento, nos declaramos en rebelión no violenta contra todas las instituciones corruptas e ineptas que amenazan nuestro futuro.

El sistema ha declarado la guerra a la vida, ignorando de forma deliberada dos dependencias innegables: la ecodependencia y la interdependencia.

Para poder vivir necesitamos al resto de especies y a los sistemas naturales, cooperar y cuidarnos entre nosotros. Debemos poner a las personas y a los cuidados en el centro, y garantizar los derechos que todos y todas tenemos por el solo hecho de existir.

Los movimientos políticos reaccionarios y autoritarios que están apareciendo en el mundo no son más que el cuerpo de guardia de las clases dirigentes, tal y como ocurrió antes de la Segunda Guerra Mundial.

Solo hay que ver algunas de las primeras medidas que se aprueban cuando éstos llegan a los gobiernos: reducción de impuestos a los ricos y autorización para continuar destruyendo la naturaleza todavía más.

La desigualdad no para de aumentar y las élites pretenden mantener sus privilegios y sus estratosféricos salarios o beneficios mientras el mundo se derrumba. Y ¿cómo lo hacen? Haciendo que nos olvidemos de ellas, creando división entre las clases populares, sembrando el miedo y el odio identitario, los prejuicios racistas y coloniales, y dirigiéndolos hacia comunidades o colectivos oprimidos, mientras nos usurpan derechos que han costado décadas, o hasta siglos, de lucha.

Al mismo tiempo, la inmensa mayoría de los medios de comunicación desinforma, respondiendo a los intereses de a quienes pertenecen (magnates, fondos de inversión, o grandes corporaciones), dando la espalda al bienestar de la mayoría social y vulnerando sus obligaciones éticas, deontológicas y profesionales.

El momento actual se puede comparar con la situación previa a la Revolución Francesa. En aquel momento, quienes tenían el poder y el dinero no pagaban impuestos, y quienes pagaban los impuestos no tenían ningún poder real.

¿Os suena? Por todo ello, necesitamos recuperar la democracia, reducir la desigualdad, y que los cambios a todos los niveles que se deben poner en marcha se hagan con corresponsabilidad y justicia social, haciendo que las posibles cargas de las medidas que sean necesarias se distribuyan según las responsabilidades y capacidades de cada sector de la población.

Pero esta lucha es, a la vez, una oportunidad para pasar a un nuevo modelo que no se base en el crecimiento económico, y que sea más saludable y humano, menos consumista y con más bienestar.

Existen ya muchas experiencias reales de éxito que nos indican caminos posibles. Desde hace unos meses ha surgido un movimiento de desobediencia civil llamado Extinction Rebellion (XR), que aquí traducimos como Rebelión o Extinción.

Las demandas que hacemos, en sintonía con las que hace el movimiento internacional, son básicamente tres:

Nuestras demandas:

  1. Los gobiernos deben decir la verdad sobre la gravedad de nuestra situación, deben revertir todas las políticas que no se ajustan a esta posición, y deben trabajar conjuntamente con los medios de comunicación para transmitir la urgencia de la transición, incluyendo el papel que les corresponde a las personas, a las comunidades y a las empresas y organizaciones.
  2. Los gobiernos, cooperando entre ellos, deben promulgar políticas jurídicamente vinculantes para reducir de forma rápida y drástica las emisiones de carbono tal y como piden los científicos, y tomar medidas adicionales para eliminar el exceso de gases de efecto invernadero no basadas en sueños tecnológicos inexistentes.
  3. Necesariamente, estas demandas requieren iniciativas y movilizaciones de tamaño y alcance similares a aquellas promulgadas en tiempos de guerra. Sin embargo, no confiamos en que nuestros gobiernos hagan los cambios audaces, rápidos y a largo plazo necesarios para conseguirlo, y no tenemos la intención de dar más poder a la clase política. En lugar de eso, proponemos asambleas ciudadanas que impulsen y supervisen la revolución ecológica y social, creando una democracia adecuada.

Esta rebelión necesita la aportación de mucha gente, de cada quien desde sus posibilidades, capacidades y sensibilidades. ¿Te unes?

Rebel·lió o Extinció. XR Barcelona Enero 2019

Únete a la Rebelión!

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