Cómo hacer un coche
PRÓLOGO
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PRÓLOGO
Conozco los diseños de Adrian Newey desde el día en el que debuté en Fórmula 1 en Australia, en 2001. Los preciosos McLaren diseñados por Newey parecían correr en otra categoría, pero desde que empecé a correr para Renault en 2003, aquellos McLaren preciosos empezaron a no estar tan lejos y, en muchas ocasiones, eran sus coches los que miraban por detrás la decoración de nuestra ala trasera.
En 2005 luchamos cuerpo a cuerpo con ellos, bellos y frágiles; fue nuestro azul el que se impuso en una batalla sin cuartel por medio mundo contra
McLaren, Newey y Kimi Räikkönen.
Después de fichar por McLaren a finales de 2005, Ron Dennis me llamó para contarme que Adrian estaba cansado de la presión, que iba a irse a Red Bull como entretenimiento, en fin, que no me preocupase. Cinco años después empezó a preocuparnos a todos de verdad.
En 2007, y tras abandonar Woking, estuve en la fábrica de Red Bull charlando con Newey y empezamos a hablar de la posibilidad de correr con ellos en 2008. Pero decidí volver a Renault, a mi casa, con mi gente, a un equipo de fábrica, a esperar los susurros de Maranello que acabarían por llegar.
Para nuestra siguiente cita, no se nos ocurrió otro sitio mejor: en la carretera que une Francorchamps con la villa de Spa hay un pequeño aeródromo a la derecha, y frente a una de la vallas del aparcamiento paramos nuestro Fremont. Empezaba a llover y no había un alma alrededor. Poco después, un enorme Infiniti negro de Red Bull conducido por un chófer del equipo, aparcó a nuestra derecha. Por señas, y mientras la lluvia arreciaba, decidimos que fueran ellos los que saltasen a nuestro coche. Chris Horner y Luis García Abad se sentaron delante, y Adrian y yo detrás. Lo que allí hablamos es materia de otro libro, el mío, pero esta fue la última vez que estuvimos a punto de trabajar juntos.
Este que tienen en sus manos es un libro de apasionados. De personas a las que nos une un mismo fin, de detalles que hacen de algo bueno una cosa mucho mejor. El sello de Newey en sus diseños era, es y será la comidilla del paddock en los test de pretemporada. La de veces que he escuchado en una reunión que ya habían entendido cómo y por qué Adrian había hecho esto o aquello, y la de veces que al intentar replicarlo, el resultado era, desgraciadamente, algo distinto a lo esperado…
Espero que disfruten del libro, que sigan disfrutando de sus diseños y caigan bajo la atractiva belleza de la perfección.
FERNANDO ALONSO