Cuatro claves para entender la lactancia materna en tiempos de COVID-19

Cuatro claves para entender la lactancia materna en tiempos de COVID-19

Sheila Noda Alonso

Cuba se une a la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que cada año se celebra del 1 al 7 de agosto en más de 120 países. En esta ocasión, la fecha destaca los vínculos entre la lactancia materna y la supervivencia, la salud y el bienestar de las mujeres y los niños y las naciones, en un contexto marcado por la pandemia de la COVID-19.

La leche materna es la primera vacuna y la más completa que reciben los infantes al nacer y protege de varias enfermedades, de ahí la necesidad de que este líquido vital llegue a todos los pequeños.

Desde el mismo nacimiento debe comenzar el proceso de lactancia y mantenerse de manera exclusiva hasta los seis meses de nacido el bebé, a partir de ese momento puede continuar a libre demanda por dos años y más, a la vez que comienza la incorporación de alimentos saludables.

El doctor Pablo Roque Peña, coordinador nacional del Programa de Lactancia Materna y Bancos de Leche Humana del Programa de Atención Materno Infantil, afirmó que la leche materna no constituye una vía de transmisión del virus y ofrece algunas respuestas sobre la relevancia de este alimento.

¿Debe una madre infectada con el SARS-CoV-2 mantener la lactancia materna?

Amamantar es tan importante que la Organización Mundial y Panamericana de la Salud, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y los especialistas cubanos recomiendan no separar al binomio madre-bebé y continuar lactando, incluso en los casos en que las madres están enfermas con el SARS-CoV-2.

Siempre que se mantengan las medidas higiénicas recomendadas: el distanciamiento físico, uso de mascarilla sanitaria, lavado de las manos antes y después de manipular al bebé, desinfección de todas las superficies y objetos de uso frecuente, no debe existir peligro de un posible contagio. En el caso de las madres que presenten tos o estornuden con frecuencia se les recomienda lavarse el seno antes de amantar el bebé.

¿Qué pasa si la madre llega a estadios graves y críticos de la enfermedad?

En dependencia de su estado de salud pueden estimularlas a que se extraigan la leche para dársela a su bebé. Casi siempre las madres son muy cooperativas y acceden a amamantar porque saben que eso es vital para su hijo. No es necesario realizarle ningún proceder antes de administrarla y extraer la leche también beneficia a las madres, pues previene la ocurrencia de abcseso mamario, fiebres o dolores en las mamas.

¿Cuáles son los beneficios de continuar la lactancia materna en medio de la pandemia?

La leche materna no es solo un alimento, sino una fuente de sustancias biológicas que influyen directamente en el desarrollo de los diferentes órganos y sistemas de los infantes. Resulta vital su influencia en la maduración del sistema inmunológico y la protección contra enfermedades infecciosas, lo que evita, además, el desarrollo de enfermedades inmunoalérgicas como el asma, inflamatorias crónicas del intestino, diabetes mellitus tipo I y algunos tipos de cáncer.

Se plantea que el lactante amamantado correctamente es más delgado al año que el que tiene alimentación artificial, evidencia que se relaciona con el estar más protegido para no padecer obesidad, diabetes mellitus tipo II e hipertensión arterial, enfermedades que hoy son más frecuentes en las etapas finales de la niñez y la adolescencia y pueden incrementar más la mortalidad en los infantes que la propia COVID-19

¿Es segura que la madre que lacta se vacune?

Abdala constituye una vacuna muy segura y los elementos que la conforman no interfieren en la lactancia ni producen daños a la madre o al niño. Si defendemos que las madres infectadas con el SARS-CoV-2 pueden lactar con más razón defendemos la vacunación al no estar compuesto el inmunógeno por el virus sino por una parte proteica de este.

Con anterioridad no se había incluido este grupo poblacional porque se trataba de un candidato vacunal y éticamente no resultaba correcto, pero ahora es vacuna y ha demostrado su seguridad. Además, en Cuba existe experiencia en la inmunización de embarazadas y madres que lactan con vacunas que emplean tecnologías similares.

Proteger la lactancia materna es una responsabilidad compartida que garantiza la supervivencia, la salud y el bienestar de la niñez y sus familias. Si las madres deciden cumplir con esta recomendación, los beneficios serán mayores y más percibidos por ellas a corto y largo plazo.

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