Criterio 2021. Artículo 02.

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La afectividad en el pensamiento posmoderno

¿ES REAL LA EMOCIÓN QUE PRODUCE EL CINE?

POR REDACCIÓN FOTOGRAMAS

18/10/2017

Cuando ves una película de terror, ¿tus músculos están en tensión? ¿Aumenta tu respiración cuando persiguen a Indiana Jones? ¿Se eriza el vello de tus brazos cuando Russell Crowe jura alcanzar su venganza en "Gladiator"? Entonces sí, el cine emociona de verdad. Quizá por eso nos gusta tanto. Repasamos, a través de seis títulos icónicos y del documental que han creado Quo y Mazda España, seis emociones básicas del ser humano.

Nose, Fun, Arm, Lip, Hand, Design, Plaid, Mouth, Drinking, Gesture,

Aunque sabemos que lo que ocurre tras la pantalla es solo una ficción, no podemos evitar angustiarnos o alegrarnos con lo que les pasa a los protagonistas de las películas. ¿Y por qué nos emocionamos con algo que no es real, con seres que no existen? Quizá sea porque caigamos en la trampa de la ficción –es decir, porque tomemos como real aquello que no lo es– o porque nuestro pensamiento nos lleve directamente a empatizar con esos personajes.

Independientemente de las razones, la certeza es que el cine emociona: las películas nos hacen reír, gritar, llorar, suspirar... Decía Aristóteles que nos emocionamos cuando vemos una tragedia porque los actores, tras muchos ensayos y gracias a su habilidad y su talento, son capaces de generar una conmoción real. Es decir, un buen actor (como Marlon Brando) se desliza entre lo real y lo ficticio y llega a ser el personaje que interpreta mientras lo está interpretando, por lo que está transmitiendo algo que es real aunque esté enmarcado en dos horas de ficción.

Indagando en el mundo de las emociones, hemos llegado a este documental creado por la revista QUO y Mazda España en el que varios creadores –el músico Basilio Marín, la bailarina Mónica Estefanía, el director de cine Juan Estelrich, el pintor Rubén Rodrigo y la diseñadora de joyas Maite Tejedor– nos hablan de la emoción que produce el arte: de los tenues pasos de una bailarina al tiroteo más sangriento de la historia del cine. Y es que, si el cine no nos emocionara, quizá no nos gustaría tanto.

Alegría

Con faldas y a lo loco (1959)

Rodada en 1959, es imposible no terminar de ver esta película con una enorme sonrisa, la misma que se dibuja en nuestro rostro de un modo natural cuando vemos a Jack Lemmon y Tony Curtis huyendo de la mafia y disfrazados de mujer formando parte de una banda de música donde conocen a Sugar Kane (Marilyn Monroe). Sí, "Con faldas y a lo loco", de Billy Wilder, es un título imprescindible. Como imprescindible es sentir alegría: sonreír, estar contentos. Una emoción básica que nos aporta bienestar.

Tristeza

Memorias de África (1986)

Dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Meryl Streep y Robert Redford en 1986, "Memorias de África" ha hecho llorar a miles de personas. Y lo que nos queda, porque no falla: la lagrimilla quiere asomarse a nuestra cara en cuanto oímos su música lejana. ¿Y por qué si sufrimos tanto la vemos una y otra vez? Fácil: porque también disfrutamos de las emociones negativas.

Asco

28 semanas después (2007)

Juan Carlos Fresnadillo dirigió "28 semanas después", con Robert Carlyle, en 2007. Todo un homenaje al cine de zombies. Estimulante y terrorífica, no es recomendable para un día en el que tu estómago esté un poco tocado. Porque sí, los zombies despiertan nuestro asco, una de nuestras emociones primarias. Negativa, sí, y sin embargo, la practicamos. Y repetimos. ¿Recuerdas esos juguetes de aspecto repugnante con los que nos entreteníamos de pequeños y que, a pesar de ser horribles, nos gustaban? Pues es lo mismo.

Miedo

La semilla del diablo (1968)

El terror de las películas es un ejercicio puramente emocional, ya que, en realidad, no estamos corriendo ningún riesgo. "La semilla del diablo", de Roman Polanski (1968), protagonizada por Mia Farrow, es quizá una de las películas más terroríficas de la historia del cine, un filme que estimula la emoción del miedo desde el mismo título.

Sorpresa

Piratas del Caribe

Las películas de aventuras son las que más sorpresas deparan en cada escena. Sin embargo, la sorpresa es una emoción controvertida: hay gente a la que no le gustan nada las sorpresas, ya que les producen sensación de descontrol. Otras personas, sin embargo, son "adictas" a no saber lo que va a pasar, de ahí que tengan vidas al borde del caos. No hace falta estar en un grupo ni en otro para pasarlo bien dejándose sorprender por títulos de aventuras como "Piratas del Caribe", "Indiana Jones"...

Enfado

Rocky

Las películas de boxeo son perfectas para aquellos que tienen el enfado como emoción de cabecera. Por supuesto, se trata de una emoción negativa que quizá pueda sublimarse viendo títulos míticos como "Rocky" o "Toro salvaje".


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