Con savia de cultura y decencia

Con savia de cultura y decencia

Karlito Marx

La Revolución cubana tiende puentes de amor con la savia de su cultura y decencia

Para Willian Rivero, El Guajiro Citadino, Otto Cabrera, Abel Martinez y otros, aquel que no comulgue con su idiotez es hembra de la especie equina. Esta camarilla, además, ha faltado el respeto, ofendido y amenazado a compañeras, aludiendo, incluso, a sus rasgos físicos.

Otto Cabrera ha llegado al ultimátum y el intento de chantaje contra una colega suya del gremio de la medicina, internacionalista en África. Hace poco, Liber Barrueta se dirigió a ella con improperios casi matonistas: "Eres una mona", etc. Este ser despreciable y cobarde formó parte, por segunda vez, de un complot, usando fotos y datos del MININT para amenazar y avergonzar a viajeros, incluyendo a una mujer. Recuerden que Liber Barrueta, debido a un error de apreciación suya, expuso y amenazó, desde Miami, a un ex agente de la Seguridad del Estado y médico, admirado por sus colegas y pacientes.

Por otra parte, observamos el uso de un lenguaje y prácticas pedestres para "defender" opiniones en torno a su militancia en el proyecto Puentes de Amor. Con ello, no solo empañan o tienden un velo gris sobre los nobles propósitos del profesor Carlos Lazo; también generan la duda y la confusión en muchos revolucionarios que recuerdan la ejemplar conducta de quienes acompañaban, desde acá, las caravanas del Reverendo Lucius Walker.

Una parte importante de cubanos que habitan las redes para defender la Revolución cuestionan la posibilidad de que puedan tenderse puentes de amor con individuos así como arquitectos.

Más que el valor de los productos materiales que llegan a Cuba, lo fundamental es que el mundo verifique que, a pesar de la decadencia cultural que se intenta imponer, en el imperio existen hombres y mujeres que apuestan moralmente por una de las Revoluciones más profundamente humanistas de la historia.

Se sabe que la más notable carestía hoy no radica en el caudal material que se produce, sino en la ausencia de valores por la codicia y el individualismo que estimula el sistema capitalista, dada su esencia.

Lazo ha dado un paso en esa dirección y debemos apoyar que en su movimiento no aniden oportunistas. La comunidad cubana en los Estados Unidos está poblada de miles de familias trabajadoras que aman su nación y el proyecto social que asegura su independencia y existencia cultural. Mujeres y hombres formados, incluso, por la Revolución y Fidel. Ya no son aquellos que salieron del sicariato de Batista: asesinos, burgueses, señoritos. No, se trata de trabajadores, obreros, que apoyan a sus familias, conscientes de que su gente acá son internacionalistas, que las instituciones las amparan y no las desalojan, ni les quitan sus derechos básicos, como el de ser asistido por un médico cubano, educado por un maestro cubano.

El ser en el capitalismo es el capital, no el hombre. El alma no pertenece al hombre en el capitalismo sino al capital. Así que llamamos a estos personajes a comportarse y a nuestras instituciones a educarlos.

Seguimos.


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