Como son las cosas cuando son del Alma: Cuba y los BRICS en contexto geopolítico.

Como son las cosas cuando son del Alma: Cuba y los BRICS en contexto geopolítico.

Alejandro Sánchez

A propósito del anuncio, el 22 de marzo, en el sitio de X de los BRICS de que Cuba había solicitado oficialmente su entrada al organismo, quisiéramos poner un poco en contexto el hecho, a pesar de que ya hemos publicado suficiente al respecto.

Los BRICS representan hoy día entre el 37 y el 40 % del PIB mundial. Ya con 10 países, ante la negativa de Argentina a unirse, representan casi el 50% de la población mundial y cerca del 80% de las reservas energéticas mundiales.

Elvira Nabiúlina, jefa del Banco Central ruso, anunció que los BRICS superaron en 2023, al G7 en participación en la economía mundial, atendiendo a PIB-PPA, con un 35%.

Con esas perspectivas es normal que unas 30 naciones pretendan unirse al grupo. Gracias a las decisiones de Milei, el cupo de 2023 que correspondía a Argentina está vacante, lo que da una oportunidad más para los 4 candidatos potenciales en el área: Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Ahora mismo, el balance de naciones miembros favorece a Asia y Medio Oriente, y le sigue África, siendo Brasil la única representante de América. Eso inclinaría favorablemente a que, en octubre de 2024, en la reunión de Kazán, Rusia, sean más de una las naciones latinoamericanas probables a incluirse.

Siguiendo la lógica geoeconómica, es muy probable que sean Venezuela y Bolivia, tanto por el petróleo, como por el litio y el gas. Con Venezuela, el BRICS controlará más del 80% de las reservas de gas y petróleo del mundo, así como posicionarán 2 países en la importantísima cuenca del Amazonas.

¿Qué posibilidades reales tiene Cuba en este escenario?

Excepto en los últimos meses, el acercamiento entre Cuba, Rusia y los BRICS, en general, ha sido bastante silenciado. Las razones son plausibles. Rusia está alejada de los mecanismos comerciales internacionales desde 2022, pero no es un secreto que muchas de sus empresas privadas consideran que el algún momento pueden volver al ruedo del FMI-OMC-SWIFT, y en ese caso, ser sancionados por relaciones con la Isla no entra en sus planes. Un detalle sobre el que la vida, y su presidente, se están encargando de darles un baño de realidad y humildad.

China, por su parte, así como el resto de los BRICS, no tienen (al menos en el papel), trabas para negociar con Estados Unidos, por lo que para ellos, sí es un impedimento legal el Titulo 3 de la Ley Helms-Burton. Así pasó con Huawei y ZTE, pasa con TikTok, al tener, aún, una subsidiaria en territorio norteamericano y con intereses en infraestructuras aeroportuarias y agrícolas que todavía aparecen a nombre de millonarios cubanos radicados en La Florida, mayormente. Punto en contra para los juristas cubanos que hemos obviado actualizar esos pequeños detalles.

Regresamos a Rusia, la cual comenzó en julio de 2009, exploraciones petrolíferas en el Golfo de México (China tiene también una alta participación), apoyó a Cuba en su entrada como Estado Observador de la Unión Económica Euroasiática en diciembre de 2020 y ha mostrado en los dos últimos años un interés inusitado en nuestro país, propio de la etapa soviética. No por gusto, Estados Unidos ya ha dejado bien claro, por activo y pasivo, mediante conferencias, eventos científicos y declaraciones de la Comandante Laura Richardson, que considera el acercamiento de China y Rusia a Venezuela, Nicaragua y Cuba, una amenaza para sus intereses estratégicos en América Latina.

El Gobierno cubano y la Comisión Económica Euroasiática (CEE) establecieron el pasado 15 de enero como sectores prioritarios en el plan de cooperación el desarrollo de la industria, el turismo y la biofarmacéutica. Ya se ha anunciado, con mucha fakenews incluida, cuál sería la estrategia de inversión en Cuba de Rusia y la CEE, comenzado con el tema energético (revitalización de toda la planta procesadora de energía del país, incluida), industria, minería, turismo y explotación agrícola, entre otros.

Cuba participará en los I Juegos de la Amistad y de los BRICS de junio de este año, ya estuvo en Sochi por el Festival de la Juventud y los Juegos del Futuro, y está invitada a la cumbre BRICS de octubre en Kazán. Tanto a Rusia como a China, desde el 2023 han comenzado a viajar numerosos especialistas, funcionarios, cuadros de gobierno, académicos.

En la página del MINREX, solo en lo que va de año, se han publicado 12 ítems referidos a las relaciones entre ambos países. En menos de un año, seis grandes delegaciones de primer nivel han visitado el país. Todas ellas encabezadas por figuras cercanas al presidente Vladimir Putin, solo por mencionar a Lavrov y Patrushev, y portadores de mensajes claros sobre el papel de Cuba para los intereses de Rusia.

En palabras del canciller ruso; “Cuba es nuestro socio tradicional y nuestro aliado más importante en América Latina y el Caribe. Estamos satisfechos con el carácter muy constructivo e intenso del diálogo político ruso-cubano a todos los niveles”.

Esto nos lleva a otra interrogante/cuestionamiento que algunos se han hecho. ¿Qué interés tendría Rusia y los BRICS en Cuba? Este criterio se sustenta, sorpresivamente, en que para algunos Cuba no es importante, ni económica, ni estratégicamente a nivel mundial.

Solo una pregunta a manera de respuesta; ¿Por qué Estados Unidos sigue empecinado en Cuba entonces? Quizás las declaraciones de la Richardson bastaran para dar respuesta a esta cuestión, pero ampliemos.

En junio de 2023, y noviembre de 2023, el grupo Valdai Club, publicaba sendos análisis sobre Cuba. Uno de ellos decía textualmente; “Cuba tiene un papel que desempeñar en la actual lucha hegemónica entre Occidente y el resto. Rusia y los BRICS deberían aprovechar su posición geoestratégica y geopolítica y actuar en consecuencia: la salvación de Cuba podría significar la culminación de la transición multipolar”.

“Cuba es uno de los países más importantes del mundo; uno de los pocos que realmente puede perturbar el sueño de Estados Unidos. La geografía hace que esta isla sea geoestratégica y quien quiera desafiar a Estados Unidos debe poner un pie en ella”.

Hace cuestión de semanas, en el contexto de la visita de Ricardo Cabrisas a Rusia y la firma de un grupo de acuerdos, la Duma Estatal aprobó la mención a Cuba como socio estratégico.

En los años 80, desde Cuba se exportaba excedente de combustible refinado al resto de América Latina, lo cual se convertía, de paso, en una ganancia extra para el país. Y eso solo por nombrar el tema energético. ¿Qué impediría a Rusia, o China, asentarse en Cuba para desde aquí exportar al resto del área?

Según investigaciones realizadas por la exURSS, en Cuba existe capacidad de explotación geominera suficiente, e incluso potencialidades por encima de las decenas de miles de toneladas en recursos marítimos. La isla es una de las primeras reservas mundiales de níquel, la 5ta de cobalto, además de cobre, oro y otras en menor cuantía. Las tres primeras son fundamentales, junto al litio, para las nuevas tecnologías y la industria con base en la energía eléctrica.  

Mencionar otros temas sería especular demasiado, pero la prensa rusa y, últimamente, la cubana, se han encargado de ir dilucidando un poco los enigmas. Y el futuro, no se muestra ni muy lejano, ni poco promisorio.

¿Sería descabellado pensar que Estados Unidos se quedará cruzado de brazos?

Las recientes declaraciones del candidato presidencial, Donald Trump, sobre Cuba, diciendo que vigilaba de cerca los hechos de disturbios en Cuba y que apretaría aún más nuestra economía, pueden darnos dos pequeñas señales.

Una; la única forma de que alguien deje de ayudar a Cuba o de impedir que alguien llegue a “salvarla”, es lograr la desestabilización de nuestra sociedad antes. Es evidente que la estabilidad política en nuestro país, debe ser una preocupación para los intereses e inversiones de China y Rusia. Ambos saben que, de perder la Revolución, la Isla caerá por su propio peso bajo la influencia norteamericana.

Dos; si los yanquis saben (y ellos tienen cómo saberlo), que Cuba está a las puertas de un mundo multipolar inmune a ellos, ¿qué les queda salvo tratar de estorbarnos lo más posible?

En el último año han sido significativas las visitas y encuentros entre autoridades cubanas y norteamericanas de distinto nivel. Entre las advertencias y preocupaciones; nuestras relaciones con China y Rusia. Hace muy poco, líderes religiosos pretendían influir en el Senado para eliminar el bloqueo. Todo eso queda en agua de borrajas como dirían nuestras bisabuelas españolas, y ha sido así por los últimos 40 años.

Incluso, círculos opositores a Putin en Rusia, tratan de hacer ver al presidente eslavo que Cuba, al seguir con su coqueteo con Estados Unidos, demuestra ingratitud y desprecio por quienes les ayudan. Esos comentarios, ¿a quién favorecen?

Tanto Francia como España, a nivel político ya han deslizado que Cuba no es una prioridad a partir del 2024. ¿Por qué? ¿Tendrán alguna información? También pudiera ser que están demasiado ocupados con sus propios problemas pero, son de las naciones más favorecidas en negocios con la Isla, ¿por qué abandonar?

Para algunos internautas, población en general, ha sido recurrente la percepción de que las prometidas negociaciones con rusos y chinos vienen muy lentas. El tema del bloqueo creo que explica algo, pero:

¿Sería muy descabellado pensar que en esos retrasos inciden también visiones y voluntades contrarias a las del país en personas o instituciones que se sienten más atraídos por norteamericanos y europeos?

¿Grupos de empresarios/funcionarios cubanos ya acostumbrados y comprometidos con sus socios comerciales europeos, o con “contrapartes norteamericanas”, que quizás prometan mucho, no pudieran estar “retrasando” los cambios de rumbo?

¿Sería ingenuo pensar que todos esos asesores, especialistas, académicos que se han formado durante años con becas en universidades allende los mares, o en tanques pensantes como “Horizonte Cubano”, o el “Grupo de Estudios Cubanos”, estén contentos con el alejamiento de la Isla de la órbita norteamericana?

Estados Unidos está envuelto en una carrera de pura velocidad para destruir cualquier vestigio de una posible unidad latinoamericana. Los recientes hechos en Ecuador, las visitas de la Richardson y la CIA a Perú, Ecuador, Argentina, no son casuales. Los dimes y diretes entre Brasil, Colombia, Venezuela, Nicaragua, México y otros, tampoco. Bolivia tiene una crisis política en el MAS, sin quizás ver que está siendo totalmente rodeada por las fuerzas más reaccionarias en Sudamérica. Este año serán las elecciones generales en México, Uruguay y Venezuela, y en 2025 las de Bolivia, Ecuador y Chile. ¿Dónde ganará la derecha y dónde la izquierda? ¿Será América Latina el próximo escenario de lucha entre Estados Unidos y el nuevo eje Rusia-China? ¿Cuánto del patio trasero yanqui lograrán arrancar los líderes de los BRICS? ¿Cuántas naciones latinoamericanas se llevará Estados Unidos en su despedida como súper potencia?

Cuba, quieran algunos o no, es una pieza decisiva en este ajedrez geopolítico. Como ya dijimos en otro momento, mientras más rápido lo entendamos a nivel político, ideológico, económico, más fácil será lidiar con el nacimiento de nueva era.



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