"Como se puso del lado de los débiles, merece honor" (José Martí)

"Como se puso del lado de los débiles, merece honor" (José Martí)

Karlito Marx

Un día como hoy, de 1883, muere el líder del proletariado: filósofo, sociólogo, economista y maestro de la clase obrera, quien se puso del lado de los débiles, como sentenciara nuestro José Marti. 

Carlos Marx fundó el comunismo científico, la filosofía del materialismo dialéctico e histórico y de la economía política científica. En unión de Federico Engels, redactó el Manifiesto del Partido Comunista.

El Capital es su obra cumbre y a ella consagró todas sus fuerzas, sacrificando su vida personal, la familia y su propia salud. Pero su obra comprende toda la literatura que produjo y su ejemplo revolucionario. 

El primer tomo del Capital aparece en 1867, al que Marx llamó “un misil contra el capitalismo”. Engels editó el segundo y tercer tomos en 1885 y 1894, respectivamente, tras su redacción definitiva. El Capital tiene sus raíces en los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, que materializó con tan solo 24 años. Es asombrosa la “Crítica de la dialéctica hegeliana y de la filosofía de Hegel en general”. Pero no solo esto, sus escritos de adolescencia desbordan humanidad y ética elevadas. Basta echar un vistazo a sus tesis de enseñanza media y doctoral, en la universidad de Berlín. Con esta última, el jovencito Marx resuelve un problema que la filosofía arrastraba desde hacía 2000 años: pone a Epicuro en el lugar merecido, después de siglos de interpretaciones erróneas e injustas acusaciones.

En su tesis, Marx destaca ya su interés por la historia, la cual relaciona esencialmente con las luchas de clases. El hombre, como ser productor, no había encontrado la esencia de su existencia. Se desarrolla el materialismo, Marx descubre el papel activo de la subjetividad, a partir del cual no es la materia la que actúa sobre los órganos sensoriales del hombre, sino el hombre en su actividad práctica consciente. Resulta fascinante que todos sus descubrimientos estuvieran a flor de piel, aunque bajo un velo gris que Marx tuvo la capacidad de descorrer.

Nacido el 5 de mayo de 1818, poco se sabe sobre su infancia, pero sus biógrafos lo señalan como un niño y adolescente normal, afable y atento. Era el tercero de nueve hermanos. En octubre de 1835, Karl, que tenía diecisiete años, fue a la Universidad de Bonn, donde deseaba estudiar filosofía y literatura. Sin embargo, su padre insistió en el derecho como campo de estudio más práctico. Ya a los 18 años sufría de una enfermedad cardíaca: “debilidad de pecho”.

La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En ella se incluyen obras de teoría y crítica económica, polémicas filosóficas, manifiestos de organizaciones políticas, cuadernos de trabajo y artículos periodísticos sobre la actualidad del siglo XIX. Muchas de sus obras las escribió junto con Engels. Sus principales temas fueron la crítica filosófica, política y de la economía política. Testigo y víctima de la primera gran crisis del capitalismo (década de 1830) y de las revoluciones de 1848, Marx se propuso desarrollar una teoría económica capaz de aportar explicaciones a la crisis y, a la vez, de impulsar al proletariado para que participara activamente en aras de suscitar un cambio revolucionario.

Jenny von Westphalen

Tras la muerte de Jenny, su esposa (cuatro años mayor), en diciembre de 1881, Marx desarrolló una fuerte gripe que lo mantuvo con un mal estado de salud durante los últimos quince meses de su vida. Con el tiempo, contrajo una enfermedad pulmonar (bronquitis) que detuvo su vida el 14 de marzo de 1883, en Londres. Posteriormente, pensadores como Engels y Lenin se dedicaron a divulgar las ideas de Marx, además de expandirlas y aplicarlas.

Mientras yacía en su lecho de muerte, su ama de llaves, Helene Demuth, le preguntó si tenía unas últimas palabras, a lo cual le respondió: “Las últimas palabras son para los tontos que no han dicho en vida lo suficiente”. Murió como apátrida; sus familiares y amigos en Londres enterraron su cuerpo en el cementerio de Highgate, el 17 de marzo de 1883. Asistieron entre nueve y once personas a su funeral. Varios de sus amigos más cercanos hablaron en él, entre ellos Wilhelm Liebknecht y Friedrich Engels, quien dijo en su discurso: 

El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre”.
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana […] Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas […]
Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. […] Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde la minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.

Viva Karl Marx!!!

Sus ideas y causas cobran fuerzas cada día.



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