Comentario de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, sobre la aprobación en la Tercera Comisión del 77 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU de una resolución contra la glorificación del nazismo

Comentario de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, sobre la aprobación en la Tercera Comisión del 77 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU de una resolución contra la glorificación del nazismo

Cancillería de Rusia

El 4 de noviembre, en Nueva York, en la reunión de la Tercera Comisión del 77º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, se aprobó una resolución, promovida por la Federación de Rusia, sobre "la lucha contra la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a alimentar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas similares de intolerancia".

Otros 31 estados copatrocinaron el documento: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Camboya, China, Cuba, Eritrea, Etiopía, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Kazajistán, Kirguistán, Laos, Mali, Malawi, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, República Centroafricana, República Popular Democrática de Corea, Senegal, Siria, Sri Lanka, Sudáfrica, Sudán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Venezuela, Vietnam, Zimbabue.

105 estados votaron a favor del documento, 52 delegaciones estuvieron en contra y 15 países se abstuvieron.

La resolución condenó una vez más la glorificación del movimiento nazi y la justificación de ex miembros de las SS, incluidas las unidades de las Waffen-SS, declaradas criminales por los Juicios de Núremberg.

Se expresó una gran preocupación por la guerra que se libra en algunos países contra los monumentos a los luchadores contra el nazismo y el fascismo y a los combatientes libertadores, que en los últimos años se ha convertido en una política de estado. Al mismo tiempo, se expresó una profunda indignación por las marchas para glorificar a los nazis y sus cómplices y las marchas de antorchas de los neonazis y nacionalistas radicales. Esto incluye también la apertura de monumentos conmemorativos y la asignación de nombres a calles, escuelas y otras instalaciones sociales en honor de quienes lucharon del lado de los nazis o colaboraron con ellos. Además, Rusia expresó preocupación por los intentos de elevar a la categoría de héroes nacionales a quienes habían luchado contra la coalición antihitleriana durante la Segunda Guerra Mundial, colaborado con los nazis y cometido crímenes de guerra y contra la humanidad. Se hace hincapié en que tales acciones profanan la memoria de innumerables víctimas del fascismo, tienen un impacto negativo en la generación más joven y son totalmente incompatibles con las obligaciones de los Estados miembros de la ONU en virtud de la Carta de las Naciones Unidas.

Lamentablemente, desde que la Asamblea General de la ONU adoptó su primera resolución contra la glorificación del nazismo en 2005, no solo no se han abordado los problemas mencionados anteriormente, sino que en muchos aspectos han empeorado. Una vez más, asistimos a intentos de negar nuestra historia común. La retórica racista y xenófoba, así como los llamamientos a deshacerse de los inmigrantes, refugiados y "elementos ajenos", van en aumento. En muchos estados, las manifestaciones de islamofobia, cristianofobia, afrofobia y antisemitismo se han se han vuelto habituales.

Este año, la aprobación de este importante documento se ha visto ensombrecida por los intentos de la politización franca y ajuste de cuentas con Rusia por parte de los países occidentales, con el telón de fondo de la actual crisis ucraniana.

El Occidente colectivo, en particular la Unión Europea, donde todas las violaciones mencionadas ocurren de manera sistemática, esta vez ha abandonado sus últimos intentos de encubrir su negativa a apoyar la resolución con ridículas excusas sobre la libertad de reunión y expresión, y se ha opuesto a los esfuerzos internacionales para combatir las manifestaciones agresivas de racismo y xenofobia. Las posturas de Alemania y Japón son particularmente alarmantes. Su indulgencia con las tendencias peligrosas, dada la negra historia de estos estados en el siglo XX, hace que uno se pregunte hacia dónde se dirige el "Occidente democrático colectivo".

Más allá de ello, con el fin de distorsionar el significado de la resolución y vengarse de Rusia por sus fracasos políticos en la cuestión ucraniana, los países occidentales intentaron sin éxito desbaratar la adopción del documento. Recurrieron a la manipulación del procedimiento, lo que demostró una vez más su parcialidad y falta de disposición para un diálogo honesto y constructivo. Este fue otro intento de suscitar divisiones entre los Estados miembros de la ONU y complicar la cooperación internacional en la lucha contra el neonazismo, el racismo y la xenofobia.

Sin embargo, los resultados de la votación han demostrado claramente el apoyo inquebrantable de la comunidad internacional a la tradicional iniciativa rusa presentada anualmente ante la Asamblea General de la ONU.

Estamos convencidos de que la aprobación de esta resolución temática contribuirá significativamente a la erradicación del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.

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