El Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, envía cartas a los líderes de la ONU y la OSCE sobre la persecución de la Iglesia ortodoxa canónica en Ucrania

El Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, envía cartas a los líderes de la ONU y la OSCE sobre la persecución de la Iglesia ortodoxa canónica en Ucrania

Cancillería de Rusia

El pasado 14 de marzo el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, envió cartas al Secretario General de la ONU, António Guterres, al Presidente de la Asamblea General de la ONU, Csaba Körösi, al Presidente en ejercicio de la OSCE, Buјаr Osmani, y a la secretaria general de la OSCE, Helga Schmid, en las que llamó su atención sobre las violaciones flagrantes de los derechos humanos y constitucionales universales de los creyentes ortodoxos en Ucrania.

Estas violaciones se basan en la política represiva del régimen de Kíev, cuyo objetivo es destruir la Iglesia Ortodoxa Ucraniana.

En las cartas se aducen numerosos hechos de persecución de la Iglesia ortodoxa canónica: la expropiación masiva de los templos de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y la liquidación ilegal forzosa de sus comunidades bajo el pretexto de traslados supuestamente voluntarios a otra jurisdicción, las así llamadas medidas restrictivas ("sanciones") contra los obispos de la Iglesia ortodoxa canónica, la privación de la ciudadanía ucraniana a varios de sus obispos, la presión moral y física sobre los sacerdotes y feligreses.

Las acciones de las autoridades ucranianas, según Serguéi Lavrov, constituyen una grave violación de los derechos y la discriminación de los cristianos ortodoxos en Ucrania, lo que contradice una serie de documentos jurídicos internacionales generalmente reconocidos: la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación en base de la religión o creencia y otros.

La reciente decisión de las autoridades de Kíev de desalojar a los monjes del Monasterio de las Cuevas de Kíev es calificada por el canciller ruso como un deseo de privar, con un pretexto inventado y la ayuda de represiones, a la Iglesia ortodoxa canónica de uno de sus principales santuarios. En, esencia es el auge de la persecución de la ortodoxia canónica en Ucrania.

El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia ha exhortado a los líderes internacionales que hagan una evaluación de las acciones ilegales del régimen ucraniano contra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y exijan a Kíev que cese la arbitrariedad y la represión contra la Iglesia ortodoxa canónica, cumpliendo estrictamente con las obligaciones asumidas por Ucrania en virtud de documentos internacionales generalmente reconocidos, y, además, no permita el desalojo forzoso de monjes del Monasterio de las Cuevas de Kíev.

Report Page