Carta 5

Carta 5

Juan Mt
Algún lugar alejado del cielo, año MMXX

Ave


Esta no es una historia como las demás. En esta quiero contarle una gran aventura. Una que contiene oscuridad, lluvia, ciclismo y colmillos de perro. Una de esas historias que pueden hacerle reír o que podrían preocuparle. Su veinte y más años juzgarán y luego usted dirá.

Nuestra historia comienza cuando la anterior termina. Usted abordando el transporte para alejarse poco a poco y yo nada más me quedo viendo hacia la oscuridad mientras las luces rojas que anuncian en qué se mueve, comienzan a desaparecer tragadas por la negrura y el silencio de la carretera.

Enseguida subo a mi propio vehículo y ajusto los accesorios que salvarán mi vida y me dispongo a adentrarme también en ese territorio fresco, frío, mojado y lluvioso que es el bosque. El ascenso no me inquieta y me permite calentar mi cuerpo ante el embate continuo del cielo sobre mi cuerpo. Cuando encuentro el primer descenso no hago más que forzar aún más la marcha y ganar velocidad porque siento que mi corazón se quiere escapar, cual si fuera poseedor de un par de alas para hacerlo.

Nuevos ascensos y subsecuentes descensos. Sigo riendo, sigo sintiendo que todo marcha enorme, que el mundo y yo al fin somo síncronos. El ruido de los golpes de la lluvia en mi cabeza, el zin zin de mis llantas con el agua, todo es música, sinfonía nada está mal. Un movimiento brusco y me balanceo de lado, una sombra se aleja. No alcanzo a comprender lo que ha sucedido. Todo ha sido veloz. La silueta es de un ser pequeño, ágil, conocido, colmillos de perro. Pierdo el control, pierdo el camino y termino detenido sin ningún daño pero mi corazón y mi mente fusionados no me permiten comprender. Estoy sonriendo, pienso en usted y en el beso que acabamos de darnos.


Don Pascual de Cártago

Volver al inicio

Report Page